Un relato de Chéjov, la semiótica y la ética del alimento

Al cuento "Buena colección" de Antón Chéjov [Taganrog, Rusia, 1860/ Selva Negra, Alemania, 1904.], el maestro del relato breve, se convocó a un análisis semiótico. ¿Quizás este manuscrito se ajusta a tal estudio? ¿Será sólo una opinión lúdica del método semiótico? ¿Aunque para el lector avezado en esas investigaciones acaso tienda al equívoco? Pero en el riesgo descansa la aventura no sólo de la existencia también de la Literatura, el Arte y la Filosofía.

Por consiguiente surge este texto tal vez ajeno a la interpretación rigurosa. Pese a ello se conecta con el procedimiento lógico y la espontánea creatividad. Al comprender la sencillez de lo escrito se accede al placer intelectual de descubrir el orden revelador de los signos y lo imposible de agotar la imaginación, la significación y la concordancia semántica.

Sin demora es útil aclarar el sentido de las abreviaturas, símbolos lógicos, códigos, conjunto de enunciados, en fin, las reglas y lo que significa cada uno para la indagación semiótica de la sucinta narrativa de Chéjov; y de esa forma aproximarse al silogismo o deducción:

PN: Programa narrativo.

EP: Estructura profunda.

Vs: versus.

S1: Sujeto de hacer.

S2: Sujeto de estado.

Ov: Objeto de valor.

U: Conjunción.

∩: Disjunción.

(Ambas junciones indican el efecto final del hecho o las consecuencias).

F: Función.

( ): Enunciado de estado.

[ ]: Enunciado de hacer.

: Función de hacer.

En seguida se dividió el cuento "Buena colección" conforme a las medidas de tiempo, de espacio y del relato. Se contabilizan 16 segmentos que resultan de la suma del fraccionamiento. En el PN (programa narrativo) se generan cambios mediante el tiempo verbal y se distingue el primer enunciado como un argumento de "hacer". Chéjov redactó la introducción de la siguiente forma:

"Hace días fui a visitar a mí amigo, el periodista Misha Kovrov. Le hallé sentado en un sofá, limpiándose las uñas y tomando té. Me ofreció un vaso".

En este discurso además de la "temporalización" [de tempo: cálculo del ritmo en el relato: lento, rápido, entre otro] se nota el componente de la "actorialización" [de actante: actuación, acción, alusión del ser, el personaje; el sujeto que participa sea de manera activa o pasiva, esto lo indica el verbo] de Misha Kovrov y del narrador, sin nombre, que permanece en primera persona y mantiene el papel de yo relator. Deja entrever que es conocido y amigo del periodista. Éste lo recibe y agasaja al convidarlo a tomar té. Mientras el cuento sugiere rasgos autobiográficos de Chéjov (EP: estructura profunda). El narrador ejerció el periodismo y fue médico de profesión; en consecuencia, conocía por experiencia facultativa las enfermedades físicas y mentales.

Al visitante le agrada comer pan acompañado de té, empero, al periodista no. En este punto es evidente la contradicción que señala el par de opuestos, ya que Mischa considera el pan (signo) como un alimento contaminado. Él tiene sus razones y lo manifiesta con la premisa:

"A un enemigo le daría pan. ¡A un amigo jamás!"

Se observa en los actores significaciones antitéticas como: gusto vs desagrado, amigo vs enemigo. Mientras S1 (sujeto de hacer) representa al conocido, S2 (sujeto de estado) el periodista Misha y el Ov (objeto de valor) alude al pan. Las virtudes Vs defectos fluctúan de acuerdo a la opinión de ambos protagonistas. Para el invitado es indispensable paladear el pan con el té, la carencia de pan quebranta su costumbre de satisfacer el gusto Vs el disgusto que produce en Kovrov; según éste el pan está contaminado de inmundicias y por eso guarda los indicios que lo prueban. Los encontró en los panes en el transcurso de diez años –relación de tiempo—, los cuales conforman una variedad de:

"Basura; clavos, trapos, unos rabos extraños (...)"

En la "Buena colección", la "isotopía" [palabra restringida aquí al porqué del tema en vista de su ambigüedad polisémica e "iterativa" –la acción repetida—] significa el alimento corrompido con las cosas encontradas por Misha en los panes: fósforos, colas de ratón, ciempiés, clavos, cuerdas, trapos, uñas, (...) No obstante, el pan como refrigerio constituye para sendos personajes sinónimo de rosquilla, bizcocho, salchichón, sopa, albóndiga, panecillo, torta, cerveza y empanadilla.

Sin duda se requieren normas de higiene en vista de la alteración de los comestibles, bien sea, por descuido y la ausencia del control de calidad, inexperiencia y falta de responsabilidad de quienes los manipulan y preparan. En simultáneo se expresa desconfianza hacia la comida proveniente de afuera del hogar como el desconocimiento de la elaboración y de supervisar el proceso antes del consumo. Ya que pueden penetrar por la boca sustancias mórbidas que conducirían a penosas enfermedades. De aquí la obligación de mantenerse alerta y dominar la gula que consiste a la vez en instinto, imprudencia, debilidad y falta de disciplina.

La alimentación se debe sostener en lo natural y con preeminencia del criterio ético, puesto que en esencia somos naturaleza. Por otra parte en el planeta hay problemas sociales, políticos, económicos, debido al negocio del alimento. Asimismo la manipulación genética de semillas y las corporaciones que la administran de manera utilitaria y egoísta; la producción de transgénicos y los efectos contraproducentes para la salud y supervivencia de la humanidad. El uso de los alimentos como arma de guerra con el fin de provocar hambrunas, de propiciar la escasez para aumentar los precios, derrocar gobiernos soberanos y populares de carácter democrático con intención socialista. Los ejemplos sobran como en Palestina bajo el asedio del Sionismo. Y el arbitrario plan de apoderarse de las riquezas de los países en desventaja y ejercer sobre ellos un férreo dominio político y económico del imperialismo corporativo occidental de EE UU y la Unión Europea.

El monopolio de los alimentos, los excesivos aranceles y el aumento irracional de los precios en el mercado por la usura, genera conflictos. Mientras en algunos países se desperdician, en otros millones de personas padecen de hambre. En el capitalismo o neoliberalismo tales cuestiones competen a estrategias de la biopolítica y del biopoder al estilo malthusiano, ya que involucran la farmacéutica, la biología, la medicina, la ética, el cuerpo humano, el Estado; y la condicionante infiltración del subconsciente de los "subalternos" para vigilarlos y su gradual exterminio.

La problemática es compleja y requiere profundizar el asunto. Aunque la ciencia de la alimentación ha progresado y con exactitud se conoce ¿qué comestibles son provechosos o contraindicados? Hay informes de investigación nutricional que concluyen en señalar a la carne como el principio activo de numerosas enfermedades. Si bien, cada sujeto humano es libre de comerla o no, constituye un referente de conciencia moral; de actitud ética y filosófica de respeto a la vida.

Esta llamada de atención recuerda el imperativo categórico de Kant y el mandato de la práctica apropiada en el hombre (hembra o varón) para la supervivencia. Cuestión conforme a la exhortación de Hipócrates de Cos, ¿tal vez apócrifa o no?, contenida en el "Corpus Hippocraticum" de su Aforismos: "que el alimento sea tu medicina y ésta tu alimento (…) Si quieres ser fuerte y sano como un toro, no te comas el toro, aliméntate de lo que se alimenta el toro". Ello como metáfora o visión figurada de los vegetales: frutas, semillas, verduras. Los preceptos citados conducen a pensar en la fórmula ética de los estoicos, "vive de acuerdo con la naturaleza", el naturismo como un camino virtuoso hacia la salud y la felicidad.

En seguida surge la pregunta: ¿significa lo mismo comer que alimentarse?, ¿comer es propio del instinto y alimentarse de la conciencia? Por lo demás el pan lo preparan con trigo, llamado "el señor de los cereales". En realidad el argumento de desvirtuar el pan deviene en parte de la harina refinada. Pues descascarillan del grano al afrecho, salvado o fibra, que su fundamento de sales y vitaminas para la nutrición; a más de contener proteínas sin toxinas al contrario de la carne. Es oportuno informar que Pitágoras en las mañanas se alimentaba de miel y pan de trigo integral, luego en la tarde de vegetales.

El trigo entre las mieses pertenece al reino vegetal (del latín vegetus que significa: vivo, inteligente, sano, enérgico, alerta, robusto, vigoroso). Quien sólo de vegetales se alimenta –el homo vegetus— percibe sensación de complacencia en su cuerpo, la mente y el espíritu. ¿La humanidad vegetariana y naturista sería más sana, longeva y con influencias favorables para la civilización? ¿Viviría en paz y feliz conveniente a la existencia espiritualizada? ¿Solucionaría mediante la conciencia el problema predominante del instinto animal y así adquirir el esplendor espiritual del Ser Humano?

Pero adueñarse de modo consciente de la disciplina para enfrentar el atavismo animal y liberarse de la atadura del sufrimiento, del dolor y la tragedia de generaciones, como experimento individual de la verdad, constituye un desafío difícil pero no imposible; en cuanto autodisciplina y control del cuerpo, de la mente, del inconsciente, de emociones y sentimientos que alteran alejando la serenidad. Una cuestión que atañe a la voluntad y la práctica más allá del simple deseo de hacerlo [Mahatma Gandhi, Autobiografía de Gandhi. La historia de mis experimentos con la verdad].

En la leyenda mitológica de la creación, el Génesis [1:29], Moisés relata que el "Creador" concibió los vegetales para la alimentación del hombre –vegetariano o vegetaliano— y del resto de los animales herbívoros. A propósito, el "veganismo o vegano" es un término controversial proveniente de la lengua inglesa y de uso reciente; posee connotación publicitaria, utilitaria y de marketing como patente registrada desde los años 40 del siglo XX, para el consumo y comercialización del vegetarianismo en el ámbito de la hegemonía cultural. No obstante, aparte de notarse como una moda novedosa, hay en ello criterios filosóficos de valor ético y actitud espiritual de tendencia naturista.

Acorde a lo dicho el hombre no debería comer ningún animal sacrificado; aunque tiene la libertad de hacerlo, por aquello del libre albedrío. Por otra parte: ¿la obra verde de la sobrehumana inteligencia como manifestación ontopoética de la naturaleza quizás persuadió de su poder y continúa haciéndolo a pensadores que adoptaron a los vegetales como su alimento habitual? Entre ellos nombran a Sócrates, Platón, Plutarco, Da Vinci, Newton, Rousseau, Tolstoi, Shaw, Tagore, Einstein (Gandhi, La base moral del vegetarianismo, El perro y la rana, Venezuela 2006).

De retorno al breve relato, La colección, Misha, motivado por las cosas que encontró en los panes, insinúa la negligencia de los individuos que manosean la harina de trigo, así, como el descuido de los panaderos al procesar el pan.

"– ¡Magnífica colección!

–Desde luego. Pesa libra y media. Y eso no contando lo que, por descuido, me habré tragado y digerido, que no será menos de cinco o seis libras (...)

Misha levantó cuidadosamente la hoja de periódico, contempló admirado la colección durante un instante, y la volvió a echar en el cajón".

El PN –programa narrativo— se describe como cambio emocional, resignación frente a las evidencias, en el amigo visitante; quien optó por degustar el té sin el pan, impedido de saborear su objeto de valor –Ov—. Lección a la cual se somete por la falta del pan y conmovido por la disciplina o la virtud del periodista de vigilar su alimento y el desenvolvimiento de sí mismo y la mente. Y de esa manera lograr excelencia de vida, de salud y predilección por la existencia sana. Como recompensa espiritual germina el ayuno vs la glotonería, y la restricción del deseo casi incontrolable de consumir pan.

El argumento literario de Chéjov se asienta en la insinuación social del pan –Ov— referente al contexto intercultural de cualquier lugar o país donde se nutran de pan. De allí la universalidad de la trama como hecho cotidiano. Mientras con intención sicológica narra la debilidad, el hastío y la frustración del humano asfixiado por la rutina en la trivial y discordante existencia. Con esto demuestra la circunstancia contemporánea del hombre escindido, atrapado en la soledad, la confusión, el absurdo y lo superficial.

Chéjov se distingue por acoger el legado de Tolstoi y de Dostoievski, aunque lo original de su obra inutiliza el intento de precisar alguna influencia de esos narradores. Con reposada y sugestiva ironía, Chéjov como autor no participante y espectador, transfiere por medio del lenguaje una sensación visual, táctil, auditiva y de sabores, a modo de atributo hiperestésico que el lector reconstruye. Queda el problema de saber: ¿qué es el tratado semiótico? Al final del artículo en cierta forma se aclara tal interrogante. Con todo, continúa la narración:

"–Sin pan no suelo tomarlo [el té] –rehusé—.

–Manda por el pan".

El cambio de actitud de S1 (el amigo atendido), sugiere una mudanza de costumbre, lo sicológico, como estructura profunda –EP—, incumbe al efecto que le produjo ver la suma de cosas sucias halladas en los panes. La recopilación de una década por parte de S2 (el periodista).

"Yo cogí el vaso y me puse a tomar el té, sin volver a pedir que mandara por pan".

El S1 y el S2 revelan "disjunción" (no tener pan) del objeto de valor –Ov—. De aquí deriva la formulación:

PN = F [(S1 ∩ Ov) (S2 ∩ Ov)]

PN = F [S1 (S2 ∩ Ov)]

Se explica el programa narrativo –PN— como la sintaxis superficial del cuento, y, por supuesto, enuncia el desenlace de modificar la función –F— de hacer por estar. El resultado radica en la conversión de los S1 y S2 al interceder la tentativa de abstenerse del pan y la voluntad (virtud) de dominar la apetencia y el instinto. De tal forma notifica la disjunción –∩- que indica el abandono del pan –Ov- como función de hacer ( ). El S1 adquiere valores, conocimiento, continencia, cautela (renuncia) hacia los comestibles impuros, en correspondencia con la cultura saludable de la nutrición natural.

Como secuela no experimentaría enfermedades y el espíritu en equilibrio con el cuerpo, su santuario, ya que adquiere conciencia ética del saber sobre la alimentación. Ello según el pensamiento de Gandhi [el padre de la independencia de India del Imperio británico] y la doctrina práctica del ahimsa, la no violencia, aunque longevo y saludable no murió de viejo sino asesinado: "Caer enfermo tiene que ser una cosa que avergüence a todos. La enfermedad implica que se ha cometido algún error. Aquel cuyo cuerpo y mente son perfectamente sanos, jamás debiera sufrir una enfermedad" [Mahatma Gandhi, La curación natural, El perro y la rana, Venezuela 2006].

Al proseguir el razonamiento se observa la conjunción en el gráfico:

 

El S1 y el S2 están en conjunción –U— como resultado al lograr el valor de hacer. Entretanto sucede que:

Parecer = (S2 ∩ Ov) Privación del pan -Ov-

Ser = (S2 U Ov) Adquisición de la abstinencia -Ov-

Los objetos de valor –Ov—, además de signos se consideran concretos y abstractos en su dicotomía: Mientras que el anti sujeto –S2— trabajó para que el S1 no alcance al Ov apetecido –el pan—: visitante Vs visitado. Unidos por la amistad (signo) y la norma de nutrir el cuerpo con prudencia y saber alimentarse, diferente al simple paladear. Para que la mente obre luminosa y el organismo adquiera plena condición de bienestar y vigor. Asegura Gandhi en sus observaciones dietéticas: "el hombre come para vivir y no para gozar comiendo". Más adelante añade: "se debe comer para mantener el cuerpo en funciones, no para placer del paladar. Cuando cada órgano sensorial sirve al cuerpo, y a través del cuerpo al alma, su satisfacción especial desaparece, y entonces sólo actúa en el sentido que la naturaleza lo ha orientado" [Autobiografía, ob. cit.].

Por lo demás se asocia la oposición de signos que indica el estudio del relato de Chéjov:

Ayuno Vs gula

Templanza Vs exceso

Evitar Vs favorecer

Renuncia Vs continuar

Alimentar Vs Desnutrir

Privar Vs restituir

Voluntad Vs pereza

Conciencia Vs instinto

El narrador expone la complejidad de comprender lo sencillo cuando interroga a la inteligencia sobre lo razonable, siendo esto correcto y válido. La interpretación atañe al examen lógico, el argumento crítico y el transcurso sistemático de los supuestos del escritor, en otras palabras, lo que quizá pretendió decir y significar como conclusión. Aunque implica distintos niveles para descifrar el texto enjuiciado bajo la óptica de cualquier procedimiento inquisidor y de exégesis.

En ese argumento corresponde desenredar el problema esbozado en líneas anteriores concerniente al razonamiento semiótico (de ςημεῑον, semeion, signo) o la semiología, como la ciencia que investiga los sistemas de signos –signum, marca, enseña—. El empirista John Locke (1632-1704) introdujo por vez primera en la Filosofía el término semiótica para incluir una de las tres vertientes de la ciencia [el sistema de los signos] y así lo equiparó con la lógica. El signo incumbe a la palabra que cita la idea y no la cosa, pero en principio resume a una señal verbal. Aunque la condición normal del signo demuestra cualquier realidad perceptible, pese a ello, acepta examinar el hecho que no se siente y además favorece el proceso de la comunicación. En tal sentido Umberto Eco afirma: "un signo es una correlación de una forma significante a una (o a una jerarquía de) unidad que definiremos como significado". [U. Eco, Signo, Labor, Barcelona 1976:168-169].

El concepto del signo es diverso porque incorpora palabras como: símbolo, señal, síntoma, indicio, representación, imagen, entre otras. Ejemplifica algo diferente para quien lo reconoce o siente. El lingüista Saussure subraya que el signo radica en la asociación de un significante o lo que representa (el pan como imagen, por ejemplo) y de un significado o lo descrito (la escritura del nombre de la palabra pan). A tal concepción se opone Peirce que establece la presencia del referente, la realidad nombrada, el relato de lo real designado por el nombre.

Saussure califica a la semiótica de "ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social" (Curso de lingüística general). Mientras Peirce la denomina "doctrina casi necesaria y formal de los signos" (en Deducción, inducción e hipótesis), el espacio para la teoría universal del conocimiento. Aunque Eco cuestiona la definición de los dos pensadores y considera que "la perspectiva de Pierce es más amplia que la de Saussure", pues, éste no comprende los procesos comunicativos actuales como los "cibernéticos". ¿Intuyó Eco el futuro inmediato de la transformación de la tecnología digital, los sistemas en línea y la inteligencia artificial como significación comunicativa del algoritmo? [U. Eco, La estructura ausente, introducción a la semiótica, Lumen, 1972:28-31]

La semiótica distingue como "signo" a todo –verbal o no— lo que sea posible de analizar. Su metodología distingue tres direcciones semióticas: teórica, descriptiva y aplicada. Ésta última se emplea en cualquier área del proceso de la comunicación, un arquetipo ilustrativo lo constituye su uso en la literatura. Y en efecto, la circunstancia del breve relato "Buena colección" de Chéjov crea un móvil coherente para ensayarla.

 

arjevach@gmail.com



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