Reflexiones ingenuas: "alienación"

"La libertad es siempre la libertad de

aquellos que piensan de otra manera"

Rosa Luxemburgo.

Una aclaración necesaria: La palabra Alienación proviene del latín y significa "extraño" pudiéndose interpretarse como "pérdida de identidad", desequilibrio, locura...

A propósito del "Día del Niño" me tomé el tiempo para hacer estas reflexiones.

Acompañando a unos de mis yernos fui a un centro comercial a comprar algunos presentes para regalar a mis nietos en la oportunidad de celebrar el denominado "Día del Niño" fecha impuesta por los medios de información, siguiendo la tradición consumista que nos obliga a regalar presentes a los niños de la familia.

El Centro Comercial en cuestión es el Centro Comercial "Las Trinitarias" situado en el este de Barquisimeto, capital del Estado Lara.

El caso es, que al igual de otros centros comerciales del país, desde el momento que uno entra a los susodichos centros inmediatamente se siente que está en otro país especialmente en los E.U., para ser más concreto.

Para empezar todos los establecimientos comerciales, inclusive aquellos destinados para comer, tales como restaurantes, cafés, venta de dulces, refrescos, jugos solamente expenden jugos o alimentos preparados al estilo de los modelos yankees, italianos, españoles, portugueses cuyas promociones están escritas en inglés y en pocas excepciones en italiano, portugués…

La mayoría de dichos negocios promueven artículos italianos, franceses, ingleses y norteamericanos tales como zapatos, ropa, juguetes, equipos de computación, medicina, música, belleza, arte, medicamentos…

La mayoría de los clientes visten gorras, ropas y calzados, anteojos cuyas marcas constituyen distintivos para ratificar que son importados y que no todos pueden adquirirlos debido al precio de venta de los mismos.

Los adornos que hacen alusión a la naturaleza tales como flores, árboles, son hechos de plástico lo que revela la desnaturalización de quienes lo elaboran y de quienes los adquieren.

A los trabajadores que se encargan de hacer las labores de limpieza les tienen asignados uniformes hechos de tela de mala calidad que los hace diferentes a los que hacen la función de seguridad, promotores, vendedores.

Confieso que fue el primer acto de alienación que protagonicé ese día al caer en la trampa mercantilista de celebrar el día del niño olvidando que el día del niño son todos los días del año, de la vida.

El segundo fue caer en igualmente en el engaño que pudiese adquirir algún objeto en un centro al que acuden aquellos que, engañados también, gastan sus ingresos económicos en trampas mercantilistas para "vivir" un día de alegría con sus hijos o familiares menores.

El tercero fue el acto de concienciación al asumir mi enajenación, mi alienación al conversar con uno de los trabajadores el cual me hizo un comentario acerca del calentamiento global por la destrucción del entorno natural por parte del hombre.

Me sentí como una alienígeno, un ser extraño en mi mundo, mi país, mi especie.

Fue en este momento que logré despertar de mi reificación, cosificación diría Thodor Adorno, y comprender el grado de explotación de los venezolanos y toda la humanidad producto de la neocolonización que vivimos en esta sociedad postindustrial, consumista de la cual es difícil escapar por la opresión que los medios de comunicación imponen al hombre actual.

Opino que la lucha por liberarnos de las cadenas del capital, de esta sociedad opresora que nos impone el consumo a través de los medios de comunicación, redes sociales, televisión, cine debe ser un acto de proyección y decisión social y política casi inmediato.

Esta sociedad no aguanta la superproducción, la dictadura del capital, de los centros de poder económicos, ideológicos, políticos.

En este sentido es necesario tener una gran batalla para lograr liberarnos de la tiranía consumista, lograr reencontrarnos con nuestro "yo", despojarnos de la alienación que nos esclaviza y potenciar nuestros valores, potencialidades, esencia humana.

Para luego es tarde.

Hasta la victoria siempre. Venceremos.



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Carlos M. Rodríguez C.

Estudió en la UCV. Docente jubilado

 carrodcas@gmail.com

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