Socialismo sin Chapeo

Resulta curioso que ante la cobertura mediática que tuvo la marcha del pasado
viernes 13 de Abril del corriente, para reforzar los valores e ideales de la
consolidación del socialismo se haya nutrido una matriz de opinión adversa sobre
los “asalariados” socialistas de la Administración pública que acuden a tales
eventos. Este tipo de especimenes, a pesar que nutren el lobby político del
socialismo, parecen estar sumidos en un maremagno cultural inconsciente, caracterizado
por el consumismo y la egolatría que tipifica según la sociología comparativa
a las sociedades capitalistas modernas. Si bien estamos en un proceso de profundos
cambios sociales aprovechando las bondades de las exportaciones petroleras y
la tan ansiada siembra petrolera que debemos consolidar, estamos fallando con
el “chapeo” y la sed de emolumentos por parte de quienes se jactan de trabajar
en los órganos y entes públicos bajo la sombra inerte y estéril del perfil del
funcionarios públicos al estilo de Eudomar Santos de la telenovela que causo
un impacto social crítico en los 90´ bajo la autoría de Ibsen Martínez (Por
estas calles).

Sería buenísimo que se conectaran de manera eficiente con el desarrollo de
las políticas públicas que beneficien al ciudadano como su cliente y de esta
manera consolidar la imagen ética de manera positiva que tanta tramoya y noches
de desvelo les ha costado a héroes anónimos, líderes comunitarios cuya presencia
no hace falta en estas concentraciones, porque trabajan en las comunidades,
caseríos y barrios, a cambio de un desasosiego aprovechado por quienes con sus
exorbitantes camionetas y equipos de sonidos se exhiben en estos espectáculos
patrióticos, y quien sabe que otra parafernalia.

En síntesis, se trata de rescatar el verdadero sentido ético, político e histórico
de estas manifestaciones que en primer lugar deben caracterizarse por la
espontaneidad que le imprime el pueblo. La revolución socialista es a través
de la praxis, pues de hecho, este tipo de comportamiento de ser acuñado por
los seguidores y factores de oposición pudiesen conformar una amenaza mediática
la cual combatiremos con el comportamiento decoroso y humilde de los funcionarios
públicos que en vez de chapear se avoquen a la ayuda, orientación y formación
de la masa que acude a las ciudades, desde el campo a la ciudad, a consagrar
todo este proceso de construcción social que estamos viviendo, sobre todo los
jóvenes profesionales socialistas. Y si no, que vean los avisos de solicitud
de empleo, no como los que sueñan la mayoría de los egresados universitarios
que aspiran a trabajar en una oficina en Miami o cualquier urbe cosmopolita,
pero sí los que desean trabajar por una sociedad, por mejorar su calidad de
vida, ya que carecemos de valores éticos ante el deterioro cultural al cual
estuvimos expuestos en décadas anteriores por nuestros líderes demagógicos y
cogolleros, sin pretender aceptar que el mal esté erradicado del todo en la
actualidad.

¡Que viva el socialismo, a lo criollo, pero con neuronas, praxis y conciencia

humana!


golliott07@mipunto.com


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Gabriel López Golliott


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