La "rejuvenización" de la revolución es una indispensable etapa consecuencia de las realidades precedentes por inevitables. Cierto que el proceso revolucionario tuvo sus inicios por aquellas décadas de los años 20 del siglo próximo pasado cuando por "dictadura" se procedería a "asentar bases de revolucionarios" tanto en México como en el Caribe con atisbos de relaciones con Paris y Moscú. Eran tiempo álgidos mundiales, de incertidumbres e inquietudes ideológicas, de pensamientos encontrados allá y acá, donde "lo conceptual revolucionario" para nuestro proceso, aún era, profundamente, indefinido aun cuando los "aires ideológicos y conceptuales" acariciaban los pensares de "tirios y troyanos". Eran tiempos de revoluciones globales que más tarde se mostrarían, fundamentalmente, en Alemania primero con el concepto en "blanco y negro" y una praxis en conflictos revolucionario en aquella propuesta del "frente nacional anti-fascismo". Moscú comprendió la tesis conceptual considerando que sería en el colonialismo donde las "fuerzas obreras" podrían llevar a cabo una política real de "frente unido nacional" con las pequeñas burguesías y las burguesías nacionalistas como se observaba en la "China semi-colonial". Es, en ese orden histórico, que Rómulo Betancourt cuando el fracaso del "Frente Unido Nacional" sucedido en China por traición de Chiang Kaishek, sencillamente, lo definió como traidor cuando, en nuestra modesta opinión, fue consecuencia de una política no-china impuesta por Stalin y llevada a cabo por Mihail Borodin. Es decir, en última instancia, en la incomprensión conceptual de las variables que giraban no solo a lo interno de China sino en los escenarios internacionales a las puertas de la "Crisis de los 30", el avance del nazi-fascismo y el estallido de la "Segunda Guerra Mundial" que se expandió en la Región del Asia-Pacífico gracias al "Acuerdo Anti-Comintern" firmado por la Alemania nazi y el Imperio japonés.
En ese orden, sí la actual realidad juvenil no comprende esos escenarios adolece de bases ideológicas para comprender la actualidad-real y los procesos de "cambios profundos" en curso actual.
En las realidades actuales donde las tecnologías "han quemado" los libros, es decir, la lectura, las discusiones ideológicas en su consecuencia, en los sentidos amplio-nacional de las solidaridades revolucionarias como se expresaron cuando la "Guerra de Vietnam", sin profundizar realmente en los significados de las protestas de Ámsterdam, de Palestina, del significado antropológico-social de la "Masacre de Gaza" más allá de la bandera, de comprender las contradicciones en Bolivia y el sentido significado de Argentina-Milei, de la traición de Lula, del discurso de Managua y la importancia de México, más allá de "todo slogan", esa juventud "tiene pies de barro".
Nos permitimos considerar que estamos transitando por tiempos de "alta incomprensión ideológica" donde las "derechas propias y extrañas" sustentan sus bases ideológicas en sencillas frases con contenidos precisos y muy básicos pero efectivos, cuando consideramos la "alienación al dólar" a diferencia de la "alienación de Miami". Estamos en las puertas del debacle ideológico, así de simple.
En ese orden consideramos que no es un problema de discurso sino de contenidos conceptuales y es, en ese orden, cuando el Centro Nacional de Estudios Históricos se encuentra aportando, claramente, en expandir el conocimiento de la Historia Patria no solo creando conciencia sino profundizando el "Amor a la Patria", es decir, promoviendo el nacionalismo criollo.
La Patria ha creado intelectuales de alto nivel ideológico en el marco referente del proceso revolucionario como Brito, Hurtado, Carrero, en presentes tiempos y solo como referencia, pero, previamente, podríamos mencionar un alto número de patriotas quienes han estado en la palestra revolucionaria desde aquellos tiempos de los años 20 junto con el alto sacrificio de todas y todos aquellos quienes "tomando el mando" dieron su sangre por la Revolución en Venezuela.
UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA