Sin duda alguna que,
de los resultados del 2 diciembre, se desprende una gran derrota para
los sectores revolucionarios en Venezuela. Mas allá de lo “pírrico”
del resultado, el hecho de que se haya perdido, pese a toda la cantidad
de factores, variables y estructura institucional con que se contaba,
es definitivamente relevante. En teoría, se contaba con la casi totalidad
de las Gobernaciones y Alcaldías, con toda la estructura del gobierno
nacional, Ministerios, Instituto Autónomos, con la estructura de las
Misiones, con el liderazgo de un líder, que 9 años después, mantiene
niveles muy altos de aceptación popular (Liderazgo, sobre el cual ha
cabalgado gran parte de este proceso y muchos vivarachos y camaleones),
y con la ventaja adicional de fijar las reglas de juego (Cuándo se
hacía la elección, tiempo de campaña, etc.). Todos estos factores
a favor no fueron suficientes, y lo más extraño es que hace apenas
un año, en la competencia electoral presidencial, el Presidente obtuvo
el 63% contra el 37% de la oposición. Por ello debemos empezar reconociendo
que estamos en presencia de una derrota política y electoral. Asumir
que no ha pasado nada o ha pasado poco es pretender tapar el sol con
un dedo, o vivir en el mundo de la irrealidad. Definitivamente sí ha
pasado y debe, de manera obligada, conducir a responder preguntas básicas:
¿Por qué no fueron a votar 3 millones de personas que un año antes
votaron por el Presidente? Y ¿Por qué una cantidad indeterminada que
antes votaron a favor del Presidente en esta oportunidad votaron contra
el Presidente? Con la respuesta de estas dos preguntas podemos empezar
a encontrar explicaciones más allá de la típica búsqueda de culpables
o de explicaciones simplistas (Como que no hubo suficiente movilización,
falta de recursos o factores administrativos, en lo cual pueda haber
algo de verdad pero no creo que sea el elemento principal). Creo que
el problema es mas profundo y no creo que sean tan difíciles las repuestas.
Con preguntarle a algunos de esos mas de tres millones de personas cuales
fueron sus razones para adoptar la conducta electoral que adoptaron
podemos empezar a tener explicaciones sencillas pero ciertas. No creo
que la explicación sea que existan tres millones de traidores. A veces
la verdad la tenemos más cerca de lo que creemos y no la vemos o….no
la queremos ver.
Está demás decir la importancia de este debate. De la seriedad, profundidad y franqueza con que se aborde está el futuro real de este proceso. Hay que romper con el perverso método de debatir para no debatir nada, debatir solo cuando baja el “lineamiento” y bajo premisas preestablecidas para que arroje un resultado esperado. Semejante método para debatir no conducirá más que a nuevos fracasos. La discusión debe ser franca, abierta, sin cortapisas, sin ánimo de querer condenar a nadie pero tampoco ocultar responsabilidades, buscando las verdaderas causas, sabiendo distinguir las causas aparentes de las causas reales.
En mi opinión, este
resultado electoral puede tener trascendencia histórica sino se le
da la importancia que amerita. Pregunté a varias personas que votaron
por el Presidente en el 2006 y en esta oportunidad tuvieron una posición
diferente frente a la Reforma Constitucional propuesta. Las respuestas
que me dieron se pueden resumir en las siguientes:
1.-No fueron a votar
porque no compartían la Reforma y preferían abstenerse antes que votar
contra el Presidente. Es destacable, en esta respuesta, que se mantiene
el afecto hacia el Presidente más no se comparte la Reforma Constitucional
propuesta.
2.- No compartían la
Reforma y les parecía muy grave que se fuera a aprobar por lo que decidieron
asumir votar en contra.
3. No tuvieron suficiente
información de la Reforma.
Hay varios artículos
de la reforma que los encuestados objetaron pero el común denominador
de desacuerdo fue el de la posibilidad de reelección continua sólo
para el Presidente de a República. La percepción de los encuestados
era que si el Presidente tenía ese derecho debía ser válida la posibilidad
para todos: Gobernadores, Alcaldes, Diputados, Concejales, Juntas Parroquiales.
Entiendo que la razón
que explica esta propuesta como se hizo, solo para el Presidente, obedece
a razones políticas comprensibles desde una visión de izquierda. Para
los revolucionarios existía y existe la necesidad de la permanencia
en el tiempo de Hugo Chávez como Presidente de la República como garantía
cierta de continuidad de los cambios propuestos y del modelo político-social
que se quiere impulsar, dado que en el corto y en el mediano plazo no
existe un liderazgo emergente que siquiera se le aproxime al del Presidente
y que garantice la continuidad política electoral en el tiempo. No
se propone la posibilidad de reelección continua para el resto de cargos
de elección popular por cuanto no existe suficiente confianza política
en los actuales. Es lógico pensar que no hubo mucho entusiasmo en funcionarios
que no se vieron incorporados de forma directa en esta propuesta, coadyuvando
negativamente, esa falta de entusiasmo, en alguna medida, con los resultados
obtenidos. Casos resaltantes son los negativos resultados obtenidos
en los Estados Miranda, Carabobo, Lara, Anzoátegui, Táchira y Distrito
Capital con Gobernantes regionales muy cercanos al Presidente y receptores
de grandes volúmenes de recursos del nivel central; sin embargo fueron
los peores resultados del país. Cosa contraria sucedió con Estados
humildes y de poca recepción de recursos del nivel central pero
que resultaron con los mejores cómputos electorales nacionales; Estados
como Portuguesa, Amazonas, Apure, Guárico y Cojedes tuvieron este paradójico
comportamiento.
La oposición fijó su
campaña mediática y de calle en varios aspectos y, desde su perspectiva,
logró sus objetivos. Convenció a su propia gente y a gente identificada
con el Chavismo de su mensaje. Utilizó el miedo como arma, medias mentiras
y medias verdades y en base a esto construyó sus puntos de ataque.
Estimuló el miedo al Socialismo tomando como modelos los ejemplos de
Socialismo Real fracasados y conocidos y colocándolos en letra de la
reforma y en boca del Presidente. Un intento de resumen de puntos de
ataque de la oposición podrían ser los siguientes:
1.- El miedo al Socialismo, tomando como base de descalificación el modelo socialista cubano: con toda la carga de medias verdades y grandes mentiras que sobre el modelo cubano se ha dicho, desde los tiempos de Rómulo Betancourt para acá: la pérdida de la libertad, que los socialistas son comeniños, que se quería acabar con la propiedad privada, las colas para comprar alimentos y productos de primera necesidad, la ideologización de la educación, etc. Esta campaña mediática sistemática y permanente, ante el común de la gente, se reforzaba con hechos circunstanciales como las colas por el desabastecimiento alimentario o comentarios inadecuados que hizo el propio Presidente en algunos momentos, cuando señalaba, por ejemplo, de una manera sana pero ingenua, que si alguien tenía 2 televisores podía regalar uno. Estos elementos fueron muy usados por la oposición para demostrar y convencer a los electores que marchábamos hacia un modelo similar al cubano.
2.- Que el objetivo
del gobierno era profundizar la centralización y liquidar a Gobernaciones
y Alcaldías. Esta tesis fue altamente atacada, basándose en la
propuesta de los nombramientos de los Vicepresidentes por regiones,
en una supuesta reducción presupuestaria de organismos municipales
y regionales y en la preeminencia de las organizaciones comunales.
3.- Que se pretendía
eliminar la propiedad privada:
Otro de los temas explotados por la campaña mediática de la oposición,
basándose en la propuesta de la propiedad cooperativa y las empresas
de producción social, las propuesta auto y cogestionaria en marcha
en algunas experiencias en el país. Esta mentira la convirtieron en
verdad y una buena parte de la población la creyó aún cuando
no estaba planteado en la Reforma.
4.-Que el Estado le
iba a quitar la patria potestad de los hijos a sus verdaderos padres.
Atacado, sobretodo, en los últimos días previo al referéndum.
5.- El sistemático
ataque a la gestión de gobierno:, Particularmente aquellas áreas
y programas que, ciertamente, aún no satisfacen necesidades colectivas,
tales como el déficit de viviendas, servicios públicos, la escasez
de alimentos, la basura, la impunidad de la corrupción y, muy
especialmente, la inseguridad personal.
Toda esta campaña mediática,
muy bien programada por la oposición, no encontró la respuesta oportuna
y adecuada de parte de quienes somos afectos al proceso bolivariano.
Hay que reconocer que el aparato mediático del gobierno fue un verdadero
fracaso; entiendo que eso explica la salida del Gabinete Ejecutivo del
ex ministro William Lara. En un giro que intentó dar el Comando Zamora
asociando la imagen del Presidente con el apoyo a la Reforma, inmediatamente
la oposición respondió diciendo que el Presidente seguía siendo Presidente,
aún cuando no se aprobara la reforma; hasta este punto estaba atenta
la oposición que por primera vez ve luz en 9 años.
Estamos en un momento
estelar para la reflexión y la autocrítica. Si no convertimos la reflexión
sana en correctivos prontos corremos el riesgo de perder una oportunidad
histórica como nunca más se presentará en decenas de años. La oposición
viene con todo. La campaña sistemática y permanente va a profundizarse
tocando elementos sensibles para el pueblo venezolano. Los nuevos escenarios
de medición de la confrontación serán las próximas elecciones regionales.
Una de las lecciones, sin duda, es que no es verdad que el pueblo venezolano
sea Socialista. Una buena parte del pueblo es Chavista mas no es Socialista
Pesa mucho la vieja prédica anticomunista betancouriana desempolvada
hoy en día, que encuentra caldo de cultivo en valores muy arraigados
en nuestra gente como el egoísmos el apego a la propiedad y a los bienes
materiales
La revolución Bolivariana
no puede cargar con el fracaso del Socialismo Real. Por eso creo que,
incluso a lo que el Presidente ha denominado como propuesta política
Socialismo del siglo XXI, debemos denominarlo antes que Socialismo,
Humanismo del siglo XXI, para romper con el estigma que en la forma
involucra la palabra SOCIALISMO. Hay que darle forma concreta a la propuesta
política del SOCIALISMO DEL SIGLO XXI que se hace, que se perciba como
una propuesta nuestra, propia, que no se asemeje para nada con ningún
modelo conocido, en la que quepamos todos y en la que todos tengamos
igualdad de oportunidades. Hay que ser eficaces en la gestión pública.
La gente quiere viviendas dignas, salud eficiente y educación de calidad.
Hasta ahora, quienes aún no sienten de forma concreta los beneficios
de esta revolución, han vivido de la esperanza de mejorar su calidad
de vida…esa esperanza no se va a mantener de forma eterna. Hay que
atacar de forma real la corrupción y la impunidad. Sugiero que se aborden
tres fuentes de corrupción: las colocaciones bancarias, los seguros
y los listados de precios referenciales de contratación. A los aliados
hay que darle trato de aliados. No puede ser que los aliados sean malos
cuando, no hacen lo que uno cree y cuando los necesitamos son los mejores
del mundo. Hay que tener respeto político por los aliados. Vivimos
en un país diverso en el que debemos aprender a convivir con las diferencias
Orlando Zambrano
C. I. 5.189.602