En el proceso de reformar el Estado aparecen por doquier un conjunto de trabas, obstaculos y resistencias que la inician los partidos politicos que son culpables indirectos de la pervertida situacion nacional desde la decada del 70, los cuales observan en las reformulaciones de ley la posibilidad de perder los privilegios que los mantiene en el poder disfrutando de un status incomparable y haciendo de las suyas a taves de los sindicatos y las instituciones publicas durante el ciclo de lnuestra democracia venezolana. En los ultimos años, Venezuela se vio en la obligatoria necesidad de someterse a una serie de cambios con el fin de reconstituir el Estado desvastado por dêcadas enteras de una mala administracion publica.
Las organizaciones politicas estan hoy de capa caida porque dejaron de ser la esperanza de un pueblo y en otro tiempo encarnaron movimientos populares, cuyos lideres representaban el irrespeto al ciudadano, corrupcion, incompetencia, perversiôn êtica y desconfianza, al punto que de todas estas desviaciones surgiô un movimiento que muchos llamaron antipolitica.
La antipolitica no es otra cosa que la lucha de una sociedad harta de vivir en miseria, mientras sus lideres politicos a quienes los venezolanos llevaron crêdulamente a representarlos, se llenan los bolsillos ccon el dinero que pertenece a todos y muy sonrientemente buscan ser reelegidos en sus cargos.
La Reforma del Estado es la garantia que ofrece el Ejecutivo Nacional para proponer alternativas de proyectos para el pais y dichos programas representan una gestion social porque determinan el cumplimiento de una labor por parte de las expectativas del ciudadano a travês del Poder Comunal y los vecinos de un sector que se consideran aptos para proponer un conjunto de ideas hacia el bien comûn. Es obvia la importancia de los ciudadanos en lo que ha de llamarse la nueva modernizacion del pais junto a unas organizaciones politicas sôlidas para ir hacia la transformacion del Estado.
Venezuela necesita ser reformada en una variable mûltiple porque asi lo exige todo el âmbito del Estado, desde el enfoque social, administrativo, militar, politico y educativo, siendo la columna vertebral de estos cambios la figura del presidente y la asamblea nacional,
Fedecamaras y el grupo opositor venezolano no quiere avanzar en las nuevas tendencias ideologicas del mundo. En la quincuagêsima cuarta asamblea anual de ese organismo rupreste, los representantes del mismo señalaron que : » Las reformas del Estado y de la administraciôn pûblica hay que emprenderlas de inmediato porque de ellas depende tambiên, en gran medida el exito de las modificaciones que adelantemos en lo econômico y en lo social « , Luego le dijeron a la prensa lo contrario. Al respeto Francisco Vivancos, economista y profesor de la UCV dice que no es una metâfora aquello de que el enemigo de la reforma lo tenemos adentro. La tradiciôn politica y social venezolana asigna un valor central a la intervenciôn. La tradiciôn a la que se refiere Vivancos no es otra sino la representada por la burocracia institucional, partidista y sindicalista que enarbolan los dirigentes gremiales y de partidos.
En la conformaciôn de este ideario estructural, el Estado participa como reformante y reformado, pues pone de relieve los cambios estructurales para producir reglas que incetiven la productividad, bienes y servicios pûblicos y darle apoyo a los ciudadanos para que seamos mas eficientes e ilustrados para asi desempeñar ese nuevo rol asignado en la lôgica de los programas de reformas.
*fiôsofo
emvesua@cantv.net