A la par de la serie de nacionalizaciones que ha venido realizando el gobierno del Camarada Presidente, han saltado un grupo de individuos, cad quien por su lado, histéricos unos, con pinta de sesudos otros, a decir que en Venezuela vamos derecho a un Capitalismo de Estado, muy lejos –según los denunciantes- del socialismo.
En tales acusaciones –que desde nuestra ignorancia en torno al tema debemos respetar- hay algunos elementos extraños. Uno de ellos en que en tal señalamiento coinciden algunos que se autoproclaman verdaderos socialistas y otros que defienden con los dientes la economía de mercado, es decir, al capitalismo.
Otro elemento extraño es que nadie explica a nosotros, simples mortales, qué demonios es el capitalismo de Estado. Nadie nos dice cómo se detecta, a qué huele, cuál es su color, qué forma tiene. Algunos le atribuyen a León Troski el término, pero nadie cita en qué libro o artículo hizo referencia al mismo. Otros dicen que nació con la llegada al poder de Nikita Kruschov a la desaparecida Unión Soviética, sin argumentar el por qué.
Uno –ignorante, a fin de cuentas- supone que tendrá sus diferencias con el capitalismo sin apellido o capitalismo de libre mercado, si es que se insiste en apellidarlo; igual, debe contener diferencias con el socialismo, si partimos de que el jefe de la primera revolución socialista en el mundo, Vladimir Ilich Lenin, nacionalizó las principales empresas industriales y de servicio en aquella Rusia atrasada, sin que nadie, ni siquiera los anarquistas que son tan enemigos del Estado, le acusaron de aupar el Capitalismo de Estado.
Por otra parte, viendo el embrollo al ojeo, podemos visualizar una gran diferencia en el manejo de PDVSA en el gobierno de Carlos Andrés Pérez (nacionalizador del petróleo) y la forma cómo se emplean los recursos de la nueva PDVSA. En la primera el dinero se quedaba en pocas manos, sólo pagaban impuestos; en el segundo, la industria sirve para sostener las misiones y otros programas sociales que se adelantan dentro del proceso revolucionario.
La misma CANTV hoy cumple una función social que en tiempos de CAP no cumplió. Nacionalizar una empresa de transporte de alimentos se lleva a cabo para trabajar en función de la seguridad alimentaria.
Hay diferencias, ¿verdad?
También al ojeo podemos percatarnos que los ministros de economía, los gerentes de las empresas del Estado y otros altos funcionarios vinculados al aparato del Estado antes eran propuestos (por no decir impuestos) por los grandes grupos económicos; hoy no vienen de esos lares, al contrario muchos de ellos exhiben prontuarios de guerrilleros, encapuchados, agitadores y alzados en insurrecciones militares.
¿No será bueno valorar esta diferencia?
Entiendo que para muchos es difícil, basta recordar como Teodoro Petkoff, en tiempos del segundo gobierno de Caldera, resaltaba que Luis Matos Azocar era el primer Ministro de Hacienda de la democracia representativa cuya piel era de color y el pelo malo. Hoy es incapaz de resaltar que ninguno de los ministros de Chávez proviene de los grandes grupos económicos.
Así que los teóricos del Capitalismo de Estado tendrán que buscarle la caída a Chávez por otro lado para no seguir poniendo la cómica.
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