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Elecciones en crisis

Venezuela vive un proceso electoral en medio de una crisis que ha sido producto de errores propios del proceso revolucionario, entre los cuales, según nuestra óptica, que no tiene porqué ser la más atinada, a causa de la intolerancia, la ausencia de un debate realmente democrático y la aceptación del otro. Pero, la mayor incidencia en la crisis ha sido el factor externo, el bloqueo económico y financiero contra el país, las amenazas de intervenciones extranjeras, el reconocimiento internacional que se dio a un Presidente Interino que pretendió vender al país por parte, con el consentimiento de una oposición que perdió la brújula y se lanzó al vacío.

El próximo domingo serán las elecciones con uno de los candidatos bajo la real amenaza de exponer su vida en cada acto público, pues la mayor potencia ha puesto un alto precio a su cabeza. Esa misma potencia exige las mejores condiciones para la oposición, pero mantiene la recompensa por la cabeza del Presidente y candidato presidencial, quien hace acto de presencia en las tarimas con un margen de cinco seis horas entre anunciar su presencia y su aparición, como una jugada para disminuir las posibilidades de un disparo a distancia.

La otra opción es personificada por un candidato que en plena campaña anuncia que le van a hacer trampas, además quien carga con el peso de la candidatura es una dama proveniente de una familia de rancia estirpe oligarca, que ofrece privatizaciones. Una señora con buenos amigos, como bien lo señala Claudio Fermín, que le arman escenarios para convertirla en víctima de inventadas agresiones. Según Fermín, victimizarla le suma votos, salvo que los electores se den cuenta que están haciendo el papel de pendejos.

Los partidarios de la señora oligarca fueron los mismos que en 1998 pusieron a perder en las encuestas al joven Teniente Coronel Hugo Chávez Frías. El organismo electoral de la época, el CSE, separó de un día para otro las elecciones para adelantar las regionales, así evitaba que el fenómeno Chávez sirviese de portaaviones a los candidatos del chavismo a gobernaciones y alcaldías. Ese mismo CSE permitió el retiro de las candidaturas de AD y Copei, cuando ya el lapso para cambios estaba vencido. A Alfaro Ucero, el caudillo fundador de Acción Democrática lo expulsaron, lo convirtieron es una especie de paria. El famoso negro Encarnación se plantó en la puerta de la sede de AD para impedir que Alfaro Ucero, su jefe por más de 40 años pudiese entrar a ese caserón que era como su casa.

Así funcionaba la democracia representativa de entonces.

A ese oscurantismo no podemos volver. En esa democracia los observadores eran de palo.



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Pedro Salima


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