20 de noviembre de 2024.-Un hombre acusado de matar a Laken Riley, estudiante de enfermería de Georgia, mientras salía a correr a principios de este año fue declarado culpable el miércoles y sentenciado a cadena perpetua sin libertad condicional en un caso que reavivó el debate nacional sobre la inmigración y la delincuencia, informó CNN.com
José Ibarra, un migrante indocumentado venezolano de 26 años, fue condenado por un total de 10 cargos, entre ellos asesinato, secuestro con lesiones corporales, agresión agravada con intención de violar y manipulación de pruebas.
El juez del Tribunal Superior del condado de Atenas-Clarke, H. Patrick Haggard, llegó al veredicto después de escuchar pruebas y testimonios de docenas de expertos y agentes del orden, así como de los compañeros de cuarto de Ibarra y Riley desde la semana pasada. La defensa y la fiscalía acordaron un juicio sin jurado, en el que el juez decide por sí solo los hechos del caso y la aplicación de la ley.
Riley, estudiante del campus de Atenas de la Universidad de Augusta, fue encontrada muerta el 22 de febrero en una zona boscosa cerca del sendero de la Universidad de Georgia que visitaba con frecuencia. Según documentos judiciales, la golpearon varias veces con una piedra en la cabeza y la asfixiaron.
La familia de Riley lloró y se escucharon múltiples jadeos y sollozos en la sala del tribunal cuando se anunció la primera decisión de culpabilidad. Su madre y su hermana describieron el impacto desgarrador de la muerte de Riley cuando hicieron sus declaraciones sobre el impacto de la víctima antes de que el juez dictara la sentencia.
“Este monstruo nos quitó la oportunidad de ver a Laken graduarse de la escuela de enfermería. Nos quitó la posibilidad de conocer a nuestro futuro yerno. Destruyó nuestras posibilidades de conocer a nuestros nietos. Y se llevó a mi mejor amigo”, dijo el miércoles la madre de Riley, Allyson Phillips, ante el tribunal.
“Él arrancó todos los recuerdos hermosos que podremos volver a tener con ella”, agregó mientras sollozaba.
Phillips describió a su hija como “inteligente, trabajadora, amable, considerada y, lo más importante, era una hija de Dios”.
La compañera de cuarto de Riley, Connolly Huth, le dijo al juez Haggard que ella perdió la alegría de correr y tiene miedo de retomarla.
"Ya no corro todos los días", dijo Huth. “No puedo imaginarme corriendo cuando estoy constantemente mirando por encima del hombro en público, preguntándome si soy el próximo”.
Mientras se leía la sentencia, se vio principalmente a Ibarra mirando hacia abajo. Había mostrado poca emoción durante todo el juicio.