Como siempre me han gustado las cosas claras, sin tapujos, a la vista de todos para mayor claridad de lo que sucede, me hubiese gustado la presencia de la Unión Europea con sus observadores en el proceso electoral en nuestro país, pero con respeto a nuestras leyes. No podemos tener buenas migas con quienes hace pocos años, muy pocos para lanzarlo al olvido, esa Unión Europea, en tono y pose de arrogantes colonizadores, con el ceño de invasores, no reconocieron el gobierno de Nicolás Maduro, Presidente electo por la mayoría d los que asistimos a votar. Allá una oposición extremista que llamó a la abstención. Había aspirantes entre ellos, pero según algunos opositores de esa época y que siguen en su postura contra el gobierno de Maduro, pero más apaciguados hoy, llamaron a Ramos Allup y con voz de mando imperial, le ordenaron no participar en las elecciones. No se puede acusar a Nicolás del culillo de los demás. Henry Falcón se atrevió a forzar la barra, se presentó a las elecciones y de inmediato pasó a ser el malquerido de la oposición, de la Unión Europea y de los musiús del norte.
Los europeos impusieron medidas coercitivas, bloqueo económico, como castigo porque los indiecitos de acá no les hicimos caso. De inmediato reconocieron a un bien mandado parlamentario como Presidente porque se fue a una plaza a autoproclamarse Presidente Interino. Lo hicieron porque «les salió del forro». Disculpen la expresión, pero es la que mejor retrata el momento.
Años después quieren ser observadores, luego que el interino no les sirvió, y hasta reconocen a Maduro. Como dueños de las medidas coercitivas se las quitan a unos y las mantienen contra otros. Por primera vez me cayó bien el camarada Amoroso cuando les retiró la invitación. ¿Por qué? Los indiecitos de acá les dijimos, sin la prepotencia de ellos: «Porque nos salió del forro».