A propósito del análisis de James Petras

Salvador Allende y Chávez

Con motivo de estarse cumpliendo en estos días los cien años del nacimiento del Presidente Salvador Allende, se ha tenido la oportunidad de revisar documentos y leer nuevos análisis que intentan explicar la corta experiencia del socialismo chileno y de valorar toda la iniciativa de lucha, acción y reflexión emprendida por el Presidente. Estas nuevas reflexiones están asomando la conclusión de visualizar esta trayectoria de lucha como uno de los elementos constitutivos del Socialismo del siglo XXI. Es justa y razonable esa percepción, porque definitivamente, no puede pensarse en la posibilidad de Chávez, del proyecto bolivariano y de los obstáculos que ha superado el proyecto, sin un conocimiento y una revisión a fondo de la experiencia chilena.

En estos nuevos análisis de la experiencia Chilena y del papel o desempeño político de Allende en ese proceso, se ha estado considerando como un momento para establecer diferencias y parecidos entre Salvador Allende y Hugo Chávez. Se dice que las comparaciones siempre son odiosas y creo que en esta oportunidad, además de injustificadas no parecen muy pertinentes.

Uno de esos análisis comparativo a los que he podido acceder, fue el que se publicó este domingo (29/06/08) en la revista A Plena Voz y firmado por James Petras. Ese análisis comparativo merece ser leído y analizado, porque aborda ciertos asuntos, bajo una perspectivas, en el cual los tiempos y las relaciones de poder no se procesan como “insumos” de las dos experiencias que se concretaron en momentos históricos relativamente diferentes y donde la primera, es referencia para la última, más nos da lugar para restarle cualidades a ninguno de los conductores. Chávez y el proyecto bolivariano tienen la suerte (si puede usarse ese término) de haber emergido después de Allende y eso hace en este caso, que la comparación además de ser un poco injustificada, esté también fuera de cada contexto histórico.

Un primer elemento a considerar y que pone a las dos figuras en un plano relativamente distinto, se reconoce en que Allende fue un presidente que llega al poder con un claro proyecto socialista. Allende era un socialista y arriba al poder con un programa de gobierno socialista, trajinado en una larga lucha política. Como consecuencia de esa visión socialista; Allende es antiimperialista desde una perspectiva muy ligado con el pensamiento marxista. Chávez va llegando por “empujones” al esquema socialista. En discursos y entrevistas ha afirmado y explicado esa situación.

Su antiimperialismo, se alimenta primariamente desde los escritos y pensamiento de Simón Bolívar y posteriormente refresca este pensamiento con otras vertientes teóricas. Esas dos situaciones que pueden ser calificadas como simples y superficiales, tienen por su puesto un peso importante en el fortalecimiento de esos dos liderazgos y el desarrollo de ambos proyectos.

Allende llega al poder con un proyecto socialista y tiene desde ese mismo momento (y mucho antes ya) la vigilancia del imperialismo. Allende llega con “paquete” de nacionalizaciones de las empresas básicas y con un no menos complicado proceso de nacionalización de la banca que cubre más de 10 organizaciones financieras y esto ya es bastante, si se trata de comparaciones, que no es el caso de esta nota. Allende para hablar en términos muy coloquiales, tuvo “esas” bien puesta y eso no dice, que Chávez no las tenga. El Presidente Salvador desde muy temprano se confrontó duramente con el imperialismo y los intereses de la oligarquía Chilena; Chávez por el contrario, tuvo su “luna de miel”. Las nacionalizaciones de Hugo Chávez son muy recientes y con la banca; la propuesta ha quedado en simples amenazas. Claro, este hecho puede tener sus explicaciones, pero esas explicaciones se juzgan a partir de variables contextuales históricas muy particulares y los desempeños y cualidades tienen que ver con esas condiciones

Es posible también especular un poco y sostener también que Allende a diferencia de Chávez es un socialista orgánico, si es que ese concepto puedo explicarlo. Allende llego al poder con una alianza de partidos (unidad popular) con un programa popular igual que Chávez, pero los partidos que lo conformaron la Unidad Popular estaba teórica y prácticamente identificado con una posición clasista. No es el caso de Chávez ni de los partidos que le han dado sustento, porque en este caso, los trajes y los cuerpos de los líderes que acompañan al proyecto bolivariano no están ni han estado, curtidos con grasas y el hierro.

Petras a partir de sus reflexiones y de una consideración que hace al estamento militar en este trabajo, juzga el desempeño de estas dos referencias y liderazgos en estos términos:

“En otras palabras, Chávez en un político realista que comprendió mejor los limites de la democracia burguesa, a la vez que estuvo dispuesto a hacer uso de las prerrogativas del poder Ejecutivo para defender las reglas de la democracia popular en contra de la oligarquía interna y de los enemigos imperialistas externos (…) Chávez ve con mucha más claridad (…) la imperativa necesidad de crear una estructura de masas para el poder popular, al margen del ámbito parlamentario estrictamente electoral”

Pos claro (como dicen los mexicanos) esto no parece tener mucha discusión si obviamos los tiempos o momentos históricos y la especificidades de Venezuela y Chile. Si, es posible que Chávez haya tenido un sentido u olfato más afinado para captar las señales que venían de la realidad y para tratar el tema de las fuerzas Armadas con mayor tino, si embargo, no debemos olvidar que Chávez viene de ese mundo y los integrantes de las fuerzas armadas chilenas parecen que eran (y son) muy distintas a la procedencia social de los integrantes de las fuerzas armadas venezolanas y aún así; Chávez ha tenido sus dificultades y sobresaltos.

¿Tiene sentido considerar en una posible comparación las oportunidades internas de Chile y Venezuela?

Pienso que si; no pueden ignorase en el momento de valorar esa condición de “político realista”. Chávez tuvo como aguantar la embestida de hacer “aullar la economía” que se le impuso con el paro petrolero y políticamente, las fuerzas populares que lo regresaron al poder estaban menos desgastadas que las organizaciones y partidos políticos de la unidad.

Sería un absurdo afirmar, en función especifica de los dos golpes de estado y su desenlace, que salvador Allende fue más valiente y entregado a la causa revolucionaria que Chávez y que a Salvador Allende, el lema de ¡patria, socialismo o muerte! le viene más que a Chávez. Allende seguramente por impedimento tecnológico y de control de las comunicaciones no tuvo el consejo de Fidel o de otro veterano político y por eso resistió hasta la muerte; Chávez en cambio, tuvo otros apoyos y esa circunstancia lo condujo a tomar la decisión de irse hasta el fuete Tiuna para esperar otro momento que llegó muy pronto. Esto no da razones ni argumentos para decir que uno fue más valiente que otro.

Allende/Chávez es un tema para una larga consideración y reflexión. Son tantas cosas que tienen estos dos liderazgos, que una comparación resulta por ahora poco justificada. Lo verdaderamente correcto y justo es tener presente, que Chávez y el proyecto bolivariano es en parte posible ahora y en el futuro, a partir de una lectura y comprensión de ese proceso Chileno y del liderazgo de Allende. Chávez se complementa de Allende y creo que así deberíamos ver las dos figuras y los dos proyectos.



evaristomarcano@cantv.net


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Evaristo Marcano Marín


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