Para llegar a la zona 1 del barrio El Nazareno de Petare, es más o menos fácil, más no muy sencillo y aunque esto suene a contradicción, así son las rutas en las barriadas del municipio Sucre en el estado Miranda.
Primero, hay que tomar la vía del cerrito que está debajo del puente de Palo Verde, a la derecha, luego girar otra vez a la derecha como si se quisiera llegar a Mesuca, hasta encontrar la calle principal de Carpintero y otra vez a la derecha, buscar el sector de Valle Alto. Allí se va a encontrar el colegio Bartolomé Salom, que cruzará por la vía del costado y al bajar unos 400 metros, algo accidentados, porque la calle está algo deteriorada, encontrará el módulo de Poli-Miranda.
Justo allí, este miércoles, a las cuatro de la tarde, Aristóbulo Istúriz y Jesse Chacón, ambos candidatos del Psuv, uno para la alcaldía Metropolitana, el otro para Sucre, iniciaron su recorrido número 30 en la zona.
Esta vez “la actividad” – como la denominan todos sus colaboradores y militantes socialistas – incluía nueve sectores para un total de dos kilómetros y medio de caminata. Cuando la jornada terminó fueron en realidad once puntos distintos para un total de cuatro horas completas.
Es más fácil contar la historia que vivirla minuto a minuto, rodeados de centenares de personas que desean compartir con los candidatos aunque sea segundos de conversa y si a esto le añadimos ráfagas de lluvia y luego calor intenso; ¡Bueno! Así son los trayectos con quienes alguien un día definió como “par de dos” que en verdad despiertan furor a su paso.
Si las encuestas se midieran por jornada de calle, estos candidatos arrasarían porque ¡hay qué ver la gente que les sale al paso en estas caminatas!
Las calles del barrio Cuatricentenario son relativamente estrechas, aunque tienen circulación en ambas direcciones, pero como todo el mundo estaciona su carro donde puede, la historia se reduce a un canal y hasta los autobuseros sudan para pasar rozando entre un latón y otro.
Este miércoles, el escenario perdió cualquier descripción, porque además de la rutina diaria, había gente por todas partes, tratando de saludar mil veces y hablando a la vez.
Jesse y Aristóbulo son muy organizados en su accionar político, aun con las multitudes encima, se mueven en forma coordinada y hasta tienen tiempo, como dicen, “de compartir con la gente, escuchar sus problemas y propuestas e ir construyendo soluciones juntos”. A Jesse Chacón le gusta mucho “la nueva onda de participación popular”, porque es testigo del crecimiento y madurez del pueblo y porque ello le permite cada día ir perfeccionando las líneas del programa de gestión que ofrece. Aristóbulo Istúriz por su parte le da una valorización extrema a la profundización que se está gestando en la formación de consejos comunales, ahora con mayor conciencia y disciplina. Estos temas los abordan en todas sus aristas como la importancia de transferir recursos, elaborar proyectos, ejercer contraloría y pare de contar.
Entre Aristóbulo y Jesse hay tiempos de vida transcurrida, que los distancia a uno del otro, en más de 15 años de diferencia, pero hoy los dos convergen en la misma historia revolucionaria. Cada uno a su manera, se fue formando para transitar este camino socialista que ahora los encuentra. Juntos hacen la campaña ¡y vaya qué campaña: Original, alegre, dinámica, especial, aleccionadora e intelectual y muucho de andar!
Del sector 1 de Cuatricentenario, pasaron al 2, se metieron por el puente y empalmaron con la real de Carpintero. No es lo mismo cruzar este tramo en línea recta, que hacerlo zigzagueado de extremo a extremo y además saludar casi casa por casa. Cuando salieron de Carpintero, entraron al barrio El Nazareno por la calle Mara. Justo allí coincidimos con las esposas de los candidatos: Dinorah de Istúriz y Lesami de Chacón. Ambas los acompañan siempre en estos recorridos.
Dinorah es docente, Lesami periodista. Entre ellas también se cumplen los dos tiempos y una misma historia. Con cada una conversamos por separado, pero de pronto se parecían tanto las respuestas, que las juntamos para la reflexión final. Dinorah y Aristóbulo tienen 36 años de casados; Lesami y Jesse 6. Las dos, más que esposas se sienten compañeras de un mismo sueño, un mismo ideal de justicia social, aunque admiten que en sus casas los primeros socialistas “fueron ellos”. Aristóbulo es revolucionario desde los 14 años, Jesse desde los 17.
En el andar de estos escenarios políticos de campaña, es inevitable hacer muchas preguntas y hasta buscar en los recuerdos para saber por qué los esposos se llaman también “camaradas”.
A Dinorah y Aristóbulo les quedaría perfecto el título: “Una historia de docentes que se convirtió en una lección de vida” ambos estudiaron juntos en el Pedagógico de Caracas, se casaron cuando cursaban el quinto semestre y aun siguen construyendo camino.
Jesse y Lesami se encontraron cuando transitaban por los caminos marcados del Comandante Chávez. Ella ejercía la profesión, él era Ministro de Comunicación: “La comunicación en tiempos de revolución”. Cuando se casaron, el presidente les envió una carta y ella guarda en su memoria la conseja: “El amor de ustedes – les dijo – nació en tiempos de revolución y debe ser fuerte como ella para permanecer más allá de cualquier límite”.
Cuando ya llegaban al sitio conocido como “la Escalera de Nohemí” las esposas de los candidatos analizaban en profundidad la importancia de transformar el esquema de valorización de la violencia entre la juventud por mejores opciones basadas en la fuerza de la educación, la cultura y el deporte. Se habían alejado mucho de sus “camaradas”. Por esas coincidencias que ofrece sin explicación la vida, desde el camión del sonido se dejó escuchar la canción de Alí Primera que rezaba: “Vámonos pa llà, vamos a su encuentro”. Ambas sonrieron y apuraron el paso.
Por la calle principal de El Nazareno, los concejos comunales están realizando unos trabajos de reparación de vía y hay un trecho largo cubierto de piedras y otro con hoyos profundos porque están colocando tuberías. Esa zona angostita comunica con “Abasto Inglaterra” – así lo conocen todos – muchos vecinos le expusieron a los candidatos bolivarianos que allí es serio el problema del agua, producto de unas invasiones que ocurrieron del otro lado del cerro y les restringe el suministro. ¿Jesse cuándo es lo del tanque en Mariches? “Ya casi está listo” – respondió.
Los candidatos bolivarianos se devolvieron hacia la parada del barrio Brisas del Zulia, fue allí cuando desde la profundidad de una larga escalera que se veía infinita, se dejó escuchar una fuerte bulla de mucha gente que les pedía a los candidatos que bajaran para saludarlos. ¡Y bajaron! Era “La escalera La Esperanza” con exactamente 100 peldaños contados, bastante estrechos. El cambio de ruta ya estaba “en pleno desarrollo” y el tránsito por el sector Las Casitas llevó a más de un vecino a salir corriendo de su casa para ver de cerquita a Jesse y Aristóbulo. Ya pasaban las siete de la noche y la iluminación era escasa, pero siguieron para subir una pequeña cuesta que los llevó hasta El Morro y finalmente en El Obelisco se dio la despedida.
Según la última encuesta de IVAD que conduce Seijas, el 63% de los venezolanos prefieren el socialismo democrático; este miércoles dos de los más fuertes representantes de ese socialismo, caminaron un trecho del municipio Sucre y salieron empapados por una lluvia en dos tiempos; la del pueblo que los recibió con afecto y el agua que cae del cielo, que también fue intensa.
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