Marta Harnecker y lo medular del proyecto Bolivariano

“Yo digo, que El Presidente ha tenido tantas ideas extraordinarias,

Pero al examinar las ideas y ver la realidad, es decir la aplicación de esa

Idea, ves que hay un abismo entre una y otra”

Marta Harnecker

No es posible concentrar en una palabra, una idea que nos permita calificar las andanzas de Marta Harnecker por el proceso revolucionario bolivariano. No es fácil, pero si se hace un esfuerzo, Marta pudiera calificarse como una especie de “mañanita revolucionaria”. Su trabajo siempre es reflexivo y constructivo, focalizando toda su energía en el tratamiento práctico y teórico de uno de los puntos estratégicos para el desarrollo de la revolución.

“Una mañanita” es una palabra que trasmite frescura y energía. Esa es la percepción que tengo del trabajo que realiza Marta Harnecker por el proceso revolucionario, que toma cuerpo y sentido (en parte) en esa reflexiones que nos va dejando sobre el poder popular y las propuestas que nos presenta también sobre cómo debe construirse ese Poder Popular[1]. Estando centrado su trabajo en este tema de tanta importancia para el desarrollo del Socialismo del Siglo XXI, no exagero ni me equivoco, si expreso que Martha se metió en el mero centro de ese proceso que trata de enmendar los errores del socialismo del siglo XX.

Martha va sistematizando experiencias, contactos, jornadas de trabajo y todo eso va agregándole valor a una visión que cada día cobra mayor fuerza, según la cual; el socialismo del Siglo XXI será posible en la medida que el Poder Popular y las organizaciones construidas por ese Poder Popular, tengan la suficiente  fuerza para  sustituir  las instituciones del estado burgués. No hay otra; Marta, desde mi lectura,  va asomándonos varias ideas de lo que no es el Poder Popular y que los auténticos constructores de ese poder deben ir revisando. Si queremos destruir esa esperanza, improvisemos su conformación y esa esperanza se diluirá en un tiempo relativamente corto. Si queremos destruir uno de los aspectos estratégicos de ese proyecto bolivariano, alimentemos la conformación de  los Consejos Comunales y de las Comunas con la idea de construir  espacios de “participación” con la única y exclusivamente  idea de obtener algunos recursos  (dinero) desde los ministerios.

Esa circunstancia no es lo sustantivo en la conformación del Poder Popular. Puede recibirse muchos recursos desde los ministerios, puede asistirse a muchas encuentros con ministros, pueden consumirse muchas horas en reuniones de trabajo; sin embargo, eso no es lo sustantivo. Desde la lectura que hago a las andanzas y reflexiones de Marta Harnecker; el Poder Popular y la participación tienen sintonía con la construcción del Socialismo del Siglo XXI, sólo a través de la “toma de decisiones”, que no se reduce a decidir en una asamblea de ciudadanos sobre un proyecto particular para tramitar recursos ante un ministerio

Marta nos advierte que no es fácil el construir el Socialismo del Siglo XXI. El hecho de ser el Poder Popular un elemento sustantivo del Socialismo del siglo XXI y de tener ese poder concreción en la participación popular; Marta también nos señala, que esa idea, tiene su contrario dentro de las filas de la revolución. Es el poder, el tema de fondo y ese poder puede estar concentrado en el Poder Popular, como principio básico del socialismo del siglo XXI o concentrado en otras instituciones: Partido, Ministerios, personas.

 La vía de colocar el Poder Popular como centro del Socialismo del Siglo XX, supone un cambio respecto al socialismo del siglo XX, que centró el tema del control y del poder en las estructuras del Partido. No es que entienda que Marta Harnecker  diga que el partido no es necesario; lo es en cualquier discurso, simplemente que al redimensionarse el papel del partido, se le carga al proyecto bolivariano, las experiencias y los vicios del socialismo del siglo XX y se le resta sentido a la posibilidad de darle a las ciudadanas y ciudadanos la capacidad de transformarse a partir  de las decisiones que tomen y ejecuten.

Si es verdad la idea de la escuela de formación ideológica, creo que Martha es una parte esencial de esa escuela. Leer sus trabajos y seguir sus reflexiones que no son definitivas, es una de las más importante tareas que deben acometerse para darle viabilidad a la esperanza que el proceso ha ido generando.

Acortar las distancia entre las ideas y la realidad. Evitar los abismos entre esas ideas y la realidad, supone disminuir los largos y tediosos caminos burocráticos y crear un Poder Popular que tenga la capacidad de tomar decisiones.

evaristomarcano@cantv.net



[1] Puede verse los siguientes trabajos: 1) De los Consejos Comunales a las Comunas: Construyendo el Socialismo del Siglo XXI, 2) Gobiernos Comunitarios en Cumaná, 3) La Descentralización ¿Fortalece o debilita el estado nacional?, 4) Planificación Participativa en la Comunidad. Este último es un trabajo elaborado conjuntamente con Noel López.



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Evaristo Marcano Marin


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