Nadie podrá pasar al socialismo sin antes haber navegado en las aguas
del capitalismo, más cuando las estructuras del sistema capitalista
dominan la esfera interna y externa, profunda y amplia hasta tal punto
que las estructuras y las superestructuras de este sistema se mantienen
vivas y muy activas. Para combatir esto, se le suma el trabajar por y
con un proyecto a largo plazo donde las necesidades primarias de la
población sean cubierta, que no solo se entienda que es proveer
facilidades para que los pueblos accedan a la alimentación, a la salud,
a una vivienda, al trabajo, sino que la parte educativa debe ser
contentiva de los lineamientos del saber, aplicar y ejecutar los
principios fundamentales del socialismo. La doctrina debe ser puesta
sobre la mesa de la discusión, sin miedo y decididos a escavarlas hasta
hallar sus raíces para que el árbol del socialismo se conozca desde su
base. El socialismo es un sistema que pone en el plano horizontal la
ética como valor práctico, con ella, va de la mano la honestidad, la
moral, la libertad, la igualdad de acceso y de una indomable e
implacable equilibrada justa aplicación de las leyes.
La búsqueda hacia el socialismo tienen, a través de la comunicación y el mensaje en este, además de ser veraz, oportuna y objetiva deber ser emitida por instituciones o personas ética y moralmente ejemplos a imitar, cuidando los antivalores sin caer en los desvíos, omisiones o lagunas por X o Y motivo. Como las comunicaciones mayormente son emitidas por los medios de comunicación en masa (prensa escrita, radio y televisión, ahora la internet) sus portavoces, protagonistas o quienes tenga la responsabilidad de prepararla, hasta él quien le toca emitirla, deben ser personas cuya probidad y entereza moral sea puesto a prueba del fuego ideológico del socialismo.
Visualizar el camino hacia el socialismo en el cementerio de una democracia o del sistema capitalismo casi moribundo o en vía de, no es cosa fácil, tampoco difícil. Se construye en su constante revisión y reimpulso, y se consolidar con su práctica cotidiana. Lo que demanda es tiempo, tiempo para el estudio, tiempo para la preparación, tiempo para alcanzar la conciencia revolucionaria y tiempo para llegar a la madurez política y social. Es claro, que el Socialismo es puramente compatible con la democracia, uno es parte del otro y viceversa, de modo que ambos por separado no se puede concretar. De allí, que los grandes poderes hegemónico rehuellan, combatan, nieguen u obstruyan toda tentativa de cambio en democracia, mas cuando el cambio van hacia el socialismo. Cada vez que hay un planteamiento democrático de cambio profundo de las instituciones y las leyes, aunque no se mencione la palabra socialismo es sinónimo de revolución, por ello el status quo reniega de esas formas del ejercicio político dentro de la democracia. Pero como ellos mismo hacen alarde de que son “demócratas”, es pues, bajo este término y concepto que se obtiene la daga ideológica y política con que se decapitan ética y moralmente ante el pueblo. ¿Qué le paso a AD y Copei? ¿No eran ellos los padres de la democracia y los instrumentos que la confirmaban? Siendo así, por qué temen tanto a los cambios promovidos por el gobierno bolivariano. Para no ir muy lejos, el caso por el cual está pasando Honduras, solo el hecho de poner una cuarta caja para que el pueblo manifieste su voluntad sobre si acepta o no la propuesta de comenzar un proceso de reforma constitucional, ya ese simple caso es un ejemplo patético de cómo una oligarquía se niega a que se le consulte al pueblo sobre un punto cardinal dentro de la democracia. Sus maquinarias activan el golpe de estado como arma “democrática”. Son ellos lo que manipulan los conceptos, las instituciones, las leyes, y cuando no les queda más salida, apelan a la criminal acción de derrocar a los gobiernos libres y democráticamente elegidos por el pueblo.
El germen de la transformación no es un gusano mayamero, sino la
voluntad de cambio por una mayor suma de felicidad posible. En
definitiva, el socialismo es el camino correcto, el sistema que
garantiza la misma subsistencia de la especie humana y del planeta.
Como germen, necesita muchos años para pasar a un árbol robusto y
firme, y muchos más para crear un bosque que cubra la faz de un país y
para extenderse en un continente. ¡Ah! Pero qué pasa si ese mismo
germen comienza a implantarse en varios países al mismo tiempo, y sí
ese crecimiento es paulatino y constante podremos ver varios bosques en
cada colina. Ese bosque latinoamericano y caribeño no es una sombra, ni
un dibujo en un papel, es una realidad.
Simón Bolívar y los libertadores causaron miedo a las oligarquías de su
tiempo. Hoy, Chávez causa pavor, pero la Cuba de Fidel, la Bolivia de
Evo Morales, el Ecuador de Rafael Correa, la Nicaragua de Daniel
Ortega, la Honduras de Manuel Zelaya, el Paraguay de Fernando Lugo, la
Argentina de Cristina Fernández, el Brasil de Lula y los países
miembros del Alba unidos, no causan ni miedo ni pavor, sino la
extinción del modelo político y económico más perverso y dañino para la
humanidad. Todos con la espada de Bolívar caminan por América Latina
derrumbando los monstruos del pasado que sustentaron a la democracia
representativa. De allí que la revolución debe ser permanente. Ni un
paso atrás.
Patria Socialismo o Muerte
¡Venceremos!
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