Mientras me preparo para cumplir mi deber de patrullero; me lleno de la satisfacción que produce saber que estamos en el camino, que los objetivos revolucionarios se están cumpliendo a pesar de las dificultades que nos toca enfrentar con las cúpulas que tratan de evitar el avance del pueblo, que está dispuesto a cumplir los pasos para que mañana tengamos patria.
Entre los mensajes de texto que proporcionan los recursos y los “lideres” incluyendo los más encumbrados imponiéndose ante unas bases que están despertando, la lucha se hace titánica, el que entrega con el alma y el que se impone con el poder que proporciona el dogma contra revolucionario, infiltrado en una revolución que dejó de ser pacata.
Entre las satisfacciones que encuentro en el camino hacia cumplir mi deber; está ver en la televisión a un pueblo en una cola; donde la palabra demuestra la preparación colectiva que hay combatientes que pueden enfrentar a cualquiera, hasta periodistas que parecen montar trampas para evidenciarnos ignorantes ante los televidentes y da orgullo encontrar patrulleros que desmontan maniobras y con su hidalguía los desenmascara para que se vea lo que son, infiltrados en los medios de la revolución.
Mientras me adentraba a cumplir con mi deber de patrullero, mirando los medios nuestros, encuentro fallas grandes que son de forma y recuerdo los llamados del hombre que empuja, hoy no tan exactos; importante cuando incita a la preparación, no se puede dejar el rabo afuera y seguir el camino como si no importara, es necesario fortalecer la cultura revolucionaria, sobre todo en los que están encargados de mostrar los avances del proceso, que en algunos casos parece que no estuvieran convencido de lo que vienen avanzando y las contradicciones los presenta como opuestos al proyecto.
Quiero hacer un llamado de atención a los que están encargado de la preparación en todos los sentidos, así como se nota que hay un pueblo que viene avanzando, hay otra parte que no se está tomando en cuenta y cuando la canalla se da cuenta trata de explotar esa debilidad, hurgando en preguntas que reconocen no hay repuesta en la debilidad, no por falta de conocimiento, sino por falta del ejercicio, de la reunión, del debate, que es el que proporciona la fluidez en la palabra que es unas de las arma de todo revolucionario.
En este escrito quiero hacer un recordatorio a UN TAL HERIBERTO GONZALEZ, que no he oído hablar más de él (espero que no sea porque tiene alguna falla que desconozca) porque se lo necesario que es la ayuda que puede proporcionarnos en la formación, que nos hace entender, que PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
HAZTE CONCIENCIA.
Antonio Machuca.
machucamelo@cantv.ne