Una revolución “… si es verdadera…”, como decía el Che Guevara, es natural y necesariamente imperfecta porque, siendo parte de un proceso de confrontación histórica en el seno de una sociedad, el cual pretende transformar los cimientos de un orden político; acumula en su desarrollo, múltiples factores endógenos y exógenos de carácter material y cultural que, en el marco del proceso de confrontación y afirmación de las nuevas hegemonías, puede extenderse durante un largo período, hasta que la nueva realidad emergente, confirme la justificación y viabilidad histórica de su existencia.
La revolución no fue inventada, ni mucho menos es un proceso privativo del proletariado y sus vanguardias revolucionarias en su lucha por construir la sociedad de los Justos: El Socialismo, porque su existencia se ha verificado a lo largo de todo el desarrollo de la Humanidad, incluyendo la actual fase burguesa, cuyos límites e imperfecciones se demuestran en el hecho de que, desde los primeros años de su surgimiento fue enfrentada por la nueva clase revfolucionaria: el proletariado y a lo largo de sus tres siglos de hegemonías sobre la Humanidad, ha sido severamente golpeada por importantes triunfos del proletariado y otras clases y sectores sociales revolucionarios y, además, se ha demostrado incapaz de imponerse sobre amplios agrupamientos humanos dentro de los Estado Capitalistas, en donde subsisten modos de producción, valores y tradiciones, típicamente feudales e, incluso, primitivos, los cuales no han sido eliminados ni absorbidos por la revolución burguesa mundial. (Revisemos las monarquías feudales europeas, asiáticas y africanas, la organización estamental hindú, la organización social y económica primitiva en África, América y Australia.)
La revolución no nace con la toma de un gobierno o el control del aparato burocrático de un Estado sino en un largo proceso de maduración en el inconciente colectivo de un pueblo alimentado por las condiciones objetivas y subjetivas en el seno de la sociedad y la construcción teórica de sus intelectuales avanzados, lo cual afirma el agotamiento de un modelo de sociedad y de Estado y el surgimiento de la necesidad histórica de construir otro que lo reemplace, acompañado de los aportes al proceso de organización y construcción teórica de las vanguardias políticas revolucionarias y su inserción en la conciencia de los sectores mas avanzados de las clases y sectores sociales que asumen la condición de sujeto revolucionario y arrastran a las demás clases hacia sus objetivos revolucionarios que, dependiendo del curso de eser proceso, pueden ser superados por nuevas realidades y nuevos sujetos y proyectos políticos presentes en el desarrollo de la revolución.
Toda revolución tiene su transición en todos los órdenes de la sociedad y el Estado PORQUE LA REVOLUCION NO SE DECRETA y es, antes que todo, un hecho cultural, que requiere de la aceptación consciente de la mayoría social que la impulsa y a favor de la cual se realiza el cambio revolucionario y, la longitud temporal de tal transición, no puede ser predeterminable por sus conductores porque, en el curso de los procesos revolucionarios son normales los retrocesos, estancamientos, avances y aceleraciones, derivados, no siempre de factores endógenos, sino también, de circunstancias surgidas en el exterior de los procesos revolucionarios.
Aceptémoslo!. La revolución bolivariana, socialista, nuestramericana, al servicio de la mayoría, como toda revolución, es naturalmente imperfecta y ello, además de ser una condición natural de todo proceso revolucionario, es hoy, parte de su riqueza política y cultural y, fundamento de su originalidad, lo que permitirá deslastrarla de todo dogmatismo manualista y nutrirla de todas las corrientes del pensamiento y la experiencia política revolucionaria, para fusionarla dialécticamente con el proceso histórico concreto del pueblo venezolano, en el marco general de la lucha por el objetivo histórico de la Humanidad: la Sociedad de los Justos: El Socialismo.
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