Aquel inolvidable 4F de 1992, viene a nuestra mente fresco y con todos los recuerdos como si fuese hoy. Estabamos entonces, junto con Pedro Jose Morales, compartiendo responsabilidades de dirección en el diario El Guayanés de Ciudad Guayana.
Aquel ambiente de silenciosa alegría. Todos estabamos a la expectativa de lo que sería el desarrollo de los acontecimientos y hasta haciamos conjeturas muy internamente sobre lo que serían los juicios populares contra los actores de un desgobierno que nos había sumido en el hambre, la desesperación y el amargo sabor de aquella matanza del 27 F, que representó un verdadero genocidio, donde miles de venezolanos rindieron sus vidas por oponerse a las criminales medidas económicas del paquete del FMI y los lineamientos de Washington.
Luego vendría los aciagos momentos cuando el comandante del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 y líder de la rebelión juvenil militar,Teniente Coronel Hugo Chávez, se presentaría ante las cámaras de TV y pronunciaria aquel histórico "Por ahora" que dejó en el ambiente el mensaje, de que se trataba de una rebelión popular ideológica y no el golpe machetero de los madrugonazos a que nos tenían acostumbrados en Latinoamérica, "Los cachorros del Pentágono" con sus golpes al amanecer para castigar a quien había osado cambiar una letra al libreto de la CIA y del Pentágono, en el ejercicio del gobierno que le había encargado.
"Aquel por ahora" fue objeto de largas discusiones, incluso con miembros de los partidos del status, que no querian aceptar nuestra tesis de que no se trataba de un golpista más y que era equivocado, presentarlo como el jefe de una mafia de asesinos, que pretendía matar al presidente Carlos Andrés Pérez y su familia. Recordamos la feroz campaña en ese sentido que desató el propio presidente, al punto que el entonces Ministro de la Defensa, muy tímidamente sugirió que la paararan porque estaba dañando la imagen de la FAN.
Pero ni la rebelión de los muchachos uniformados, o los Ängeles, como les llamó una docente universitaria, que luego los satanizaría al ver que su comandante no era un "Toys Media" y que no podían colocarlo al servicio de la élite que ella representaba, fue capaz de arrancar un álito de solidaridad en las bases que habían llevado por segunda vez a la primera magistratura a aquel populista, embaucador, oficio que no era nada nuevo para él,. pues lo había practicado desde sus años de mozo, cuando según algunos que le conocieron aseguran se dedicaba a vender jamelgos, por caballos de raza, en las ferias fronterizas entre el hermano país y Venezuela.
Esa actitud de repudio la aprovechó un surfista del oportunismo, para desde el Congreso Nacional, mientras un Senador adeco ya fallecido, torpemente pedía pena de muerte: al grito de: "Muerte a los golpístas"; montarse en la cresta de la ola y como Senador Vitalicio Socialcrsitiano, pronunciar un discurso de solidaridad, lapidando su posición con la proclama de: No se le puede pedir a un pueblo que muere de hambre defender la democracia". Eso le llevaría a un segundo mandato por desgracia para el pueblo que se dejó engañar y hasta fuerzas de izquierda formaron "El Chiripero", para apoyar a aquel candidato, Rafael Caldera, que luego de electo se convertiría en autista, frente a las demandas de cambio de sus electores.
Recordamos como periodista, lo que siguió luego de esa madrugada del 4F, la terrible represión, el afamado y conocido toque de queda que por quítame esta paja decretaban los gobiernos de la IV en el marco de la suspensión de garantías incluyendo el derecho a la vida.
No olvidamos los sensores de la DISIP, que nos apostaron en el periódico, para autorizar lo que se publicaba o no, que por cierto logramos engañar la primera noche con el cuento de los servidores del sistema y imposibilidad de mostrarles los archivos.
Aunque los paralelismos o comparaciones son odiosas, tenemos que hacerlo para invitar a la reflexión a los seguidores de quienes continúan cabalgando sobre el potro del golpe blando.
Vamos a rememorar los aciagos días del 11 y 12 de abril, cuando un grupo de fascinerosos asaltó el Palacio de Miraflores y secuestró al presidente Hugo Rafael Chávez Frías, con ánimos de ejecutarlo y de una vez se desató sobre la poblacion chavista la más feroz represión y peresecución política que registra la historia reciente. En Caracas, dos,alcaldes y un gobernador fascista encabezaron las turbas babeantes que buscaban afanosamente descargar su odio visceral contra los, negros, mulatos y aborígenes pata en el suelo que se habían atrevido a disputarle el poder a los "blanquitos de sangre azul", que desde la exclusiva zona del Este caraqueño, pretenden dominar al país.
En menos de 48 horas, un pueblo encrespado en las calles los puso en fuga, rescató a su presidente y devolvió el palacio a sus legítimos ocupantes, mientras la jauría escapaba rauda con el rabo entre las piernas, en busca de embajadas y otros refugios para eludir su responsabilidad en vez de asumirla como lo hizo Hugo Chávez el 4F. El Presiodente Chávez, regresó a Palacio y en vez de suspender las garantias y decretar el toque de queda, llegó con un crucifijo en la mano, presentó excusas por los errores cometidos y llamó a la unidad y paz del país. Ese llamado fue respondido con el canallesco paro patronal. Es bien grande la diferencia ¿Si o nó?.
Fijense que el gobierno bolivariano tiene un pueblo en la calle que lo defiende. Mientras CAP, tuvo un puerblo que hizo mutis y apostó a su enjuiciamiento popular.
Intentaron poner al pueblo en contra del proceso socialista, con el criminal paro petrolero y el pueblo nuevamente los rechazó y derrotó el paro, que todavía sus dirigentes, no han rescatado desde que se les fue de las manos.
El gobierno bolivariano dialoga con sus verdugos, al punto que ni siquiera con tanto vandalismo oposicionista ha suspendido ni una garantía, por el contrario ha tolerado y llamado al diálogo. Por eso compatriotas que siguen a los dirigentes del oposicionismo, miren el 4F y sus frutos, como una lección para la reflexión.
Periodista*
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