“Nosotros en las campañas electorales vamos a buscar los votos de las clases populares que constituyen mayoría en Venezuela; pero parece que después que tomamos las riendas del poder, no volvemos la mirada a esas clases populares sino en nuevas campañas electorales”1
Fabricio Ojeda (1960)
El día 26 de febrero estuve en Plaza Catia y presencie el acto “Prohibido Olvidar”, donde se conmemoraba los 21 años del glorioso 27-F. Allí, logre escuchar la consigna “Necesitamos Diputados como Fabricio”, incluso, algunos camaradas tenían franelas estampadas con esta frase. Ahora, esto no puede quedarse en palabras, es importante que nos organicemos y luchemos de aquí al 26 de septiembre para convertir esa expresión en algo real y tangible. Es necesario que esa consigna llegue a todos los rincones del país y logre contagiar a la base de nuestro PSUV y a la base de otras organizaciones políticas con convicción revolucionaria.
Para la militancia del PSUV, nuestra oportunidad se presentará en las elecciones internas del partido, donde la base será el factor decisivo en la escogencia de los candidatos que luego se postularán a la Asamblea Nacional. No podemos caer en la trampa de quienes están sedientos de poder y utilizan sus maquinarias arropadoras para imponer candidatos o candidatas, cayendo en los vicios de la tiranía adeco-copeyana, logrando desviar toda intención revolucionaria. La oportunidad de acabar con esos oportunistas de oficio la tenemos en nuestras manos, es ahora o nunca, nuestro deber es organizarnos para acabar con la apatía y el pesimismo que pudiera existir en algunos militantes, hay que tener bien claro que la revolución no puede ser secuestrada por cogollos que no tienen ni el más mínimo interés de contribuir en la construcción de la revolución necesaria que queremos. No olvidemos lo sucedido el 23 de enero de 1958, donde una dirigencia joven de espíritu e ideas revolucionarias con un pueblo que apostaba por la transformación del Estado venezolano lograron vencer a la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, y luego, la clase política ambiciosa que estaba en el exilio llegó a Venezuela para arropar a esos dirigentes rebeldes y a ese pueblo combatiente con la finalidad de sacarlos del paso, y así repartirse las riquezas del país entre los sectores más poderosos, quienes serían los únicos favorecidos en la difunta IV República.
Ahora bien, nosotros como pueblo no sólo vamos a utilizar el nombre de Fabricio como consigna, estoy seguro que vamos a ir más allá, el pensamiento y la acción revolucionaria de Fabricio, así como la de muchos y muchas combatientes más, nos pueden servir en esta etapa de profundizar nuestra revolución y, si vamos a hablar de Fabricio, debemos tener bien claro que era un hombre amante de la unidad, ya que no sólo se limitó a buscar la unión de las fuerzas revolucionarias, sino que además, estaba completamente convencido que era necesario la unificación entre civiles y militares para poder derrotar al enemigo interno y externo.
De esta manera, para demostrar nuestra coherencia con el pensamiento de Fabricio Ojeda debemos asumir un compromiso de cara a las elecciones parlamentarias, que esté fuera de toda práctica divisionista, y que permita concretar una victoria popular. Asimismo, debemos combatir de manera contundente a los perturbadores que se encuentran dentro de las filas de la revolución, evidentemente sin comprometer nuestra organización política, haciéndoles entender que el liderazgo no se decreta sino se construye.
¡¡El momento de profundizar nuestra revolución bolivariana ha llegado!! Por una Asamblea Nacional llena de liderazgos sinceros y revolucionarios.
“Si muero, no importa, otros vendrán detrás que recogerán nuestro fusil y nuestra bandera para continuar con dignidad, lo que es ideal y deber de todo nuestro pueblo.
¡¡Abajo las cadenas!! ¡¡Muera la opresión!!
¡¡Por la Patria y por el Pueblo!!
¡¡Viva la Revolución!!!”2
Fabricio Ojeda (1962)
gaprevol@hotmail.co
