Quizás la gran epopeya de Bolívar y Zamora, tuvieron el final marcado desde los inicios de su gesta. Ambos tuvieron que pactar con personajes de su época que aunque no les llegaban por los talones en sus dimensiones éticas, políticas e ideológicas, tenían un apoyo parcial de la población de aquellos días.
Bolívar con Páez, Jefe de los Llaneros, y Santander Jefe en Nueva Granada, el primero curtío por la guerra y el Llano, el otro por la buena educación y las riquezas, pero ambos ambiciosos y cuyo único ideal parece ser conquistar el poder en sus tierras para hacerlas sus haciendas.
Zamora con Falcón y Guzmán dos patiquines de buena postura, nunca con la dimensión ideológica de Zamora, ni proclives a que este ganara la guerra por supuesto, solo visionarios del poder en sus manos, como la historia lo dejó ver años después.
La Revolución no es guerra, esta ocurre cuando las sociedades no tienen mecanismos para la solución pacifica de los conflictos, cuando las partes no dan margen al proceso de cambio de la sociedad.
Por eso hay quienes no entienden la expresión “revolución pacífica pero armada”, que no es más que un proceso de cambio llevado a cabo dentro de los márgenes de la Constitución, la ley y la voluntad del pueblo, sin imposiciones de un bando que aniquiló en un conflicto bélico a otro bando de la sociedad, pero que en caso de que ese bando quiera saltar los mecanismos de esta sociedad encontrará una reacción que le someterá de inmediato.
Quizás aquí esté la génesis de estas reflexiones, ¿cuando y como gana una revolución? Cuando los revolucionarios llevan sus teorías a la población, les enseñan la dimensión revolucionaria y la población las acepta e incorpora a su vida allí es el momento en que se gana la revolución, la revolución triunfa cuando la población conoce sus ideales, su cosmovisión, sus principios y valores y los comparte, allí es donde se gana una revolución, no con la toma del poder a trocha y brecha.
La toma del poder en sí mismo es un instrumento para que la revolución haga realidad sus postulados, pero ¿cómo hacerlo si la población y quienes deben hacerla realidad los desconocen o no los comparten?
Ese es el punto en que la revolución triunfa, no con la toma del poder sino con la difusión, aceptación y desarrollo de sus postulados en la sociedad, transformándola en una sociedad nueva, haciendo que aparezca el hombre nuevo. Cómo se logra esto, a traves del estudio, la lectura, la práctica que generen una nueva cultura social, logrando arraigar esos postulados, valores y principios en la mentalidad colectiva como algo bueno y positivo.
allansclavijo@gmail.com
