¿Qué hacermos camarada Narciso?

Evocando quizás a aquel Lenin de vísperas de Octubre,

el camarada Narciso Conde Isa se pregunta : ¿Qué hacer?

Con relación a la situación en la hermana República de Colombia.

Para pasar a renglón seguido a enumerar parte de lo que según él

serían algunas de las cosas por hacer.

Muy importante que alguien se haga la pregunta en estos tiempos

y más importante aún tratándose de una de las mentes preclaras

hoy por hoy de la revolución latinoamericana.

El camarada Conde Isa cuenta entre otras con una herramienta invalorable, su

destacado papel como organizador del Movimiento Continental Bolivariano.

Movimiento del que hacen parte activa las Fueras Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del pueblo.

Ante la arremetida militar del imperialismo en suelo suramericano a través de Colombia

las FARC son obviamente parte avanzada de la vanguardia para hacerle frente.

Una piedra de tranca que a pesar de ser, desde hace un buen tiempo,  verdadero Ejército Insurgente, al conservar las condiciones de guerrilla popular, se mimetiza,  se diluye, se escabulle, se crece y se reduce, manteniéndose en el tiempo como el ejército del pueblo, herramienta para la liberación nacional.

Este es el poder de la insurgencia popular para resistir y golpear a un enemigo de tan colosales dimensiones.

Tan solo con sobrevivir un movimiento armado está triunfando.

Máxime si cuenta con un basamento bolivariano y  comunista como las FARC.

Pero hay algo más, las FARC son parte de la vanguardia del pueblo colombiano, porque aunque no se trate de acatamiento a su convocatoria, la gran mayoría popular que no participa en la farsa electoral del uribismo pro imperialista, es decir el pueblo que se abstiene, está en sintonía con la política del movimiento insurgente. Otro tanto entre aquellos sectores engañados o lo que es peor obligados por los cañones del paramilitarismo para que voten por sus asesinos.

El desarrollo inevitable de las confrontaciones revolucionarias, la agudización de las crisis que conlleven al despertar de grandes contingentes populares, tienen en las FARC un destacamento de primera línea, dentro de la necesaria conformación de un amplio frente popular revolucionario.

¿Qué hacer? se pregunta Mario Conde Isa.

Qué hacer nos preguntamos todos.

Yo diría que entre otras muchas cosas

practicar la solidaridad revolucionaria con el pueblo colombiano insurgente.

Con sus organizaciones armadas.

El Che Guevara decía que la solidaridad es un deber y una necesidad.

Un deber por las obvias razones del apoyo necesario a las luchas  entre los pueblos

hermanos

Y una necesidad porque es una de las más productivas y ricas escuelas políticas.

Si queremos darle formación revolucionaria a nuestro pueblo, hagámoslo a la luz de la solidaridad internacional.

Por supuesto que esas banderas solidarias las levantaremos por la remota palestina, por Afganistán combatiente, por  Irak o Irán, por el mismísimo pueblo norteamericano y nuestros hermanos perseguidos  en territorio de los Estados Unidos.

Por todos los pueblos del mundo.

Y de entre esos pueblos tenemos el más cercano dándose muy duro con las fuerzas imperialista y desarrollando diferentes formas de lucha.

Una de ellas, la lucha armada, es tan importante y tan estratégica que el imperialismo lleva media década larga aportando cuantiosos recursos a sus gobiernos oligárquicos en todos los órdenes y a pesar de los golpes que ha asestado, no ha podido hacerla desaparecer, ni siquiera reducirla sensiblemente.

La solidaridad con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejercito de Liberación Nacional  es una tarea urgente, de primer orden para la revolución bolivariana, a nivel continental, allí nuevamente se juega el destino de nuestros pueblos.  

La República Bolivariana de Venezuela y demás países de la ALBA han mantenido una posición digna y soberana al rechazar categóricamente la definición de "Terroristas" que pretende el imperialismo imponerle a la insurgencia armada colombiana.

Pero falta mucho todavía.

Falta el ejercicio de una solidaridad activa de hermanos bolivarianos.

Falta desarrollar intensas jornadas de difusión y comprensión de ese proceso entre las comunidades que nos lleven a comprender la unidad entre la diversidad en un mismo proceso continental.

Falta derrotar ideológicamente a aquellas tendencias reformistas que suelen temer más a los movimientos radicales que al imperialismo mismo.

Tenemos que aprender a amar, con amor revolucionario a esas decenas de miles de hombres y mujeres que se juegan la vida a diario por el luminoso destino de los pueblos de Nuestramérica.

Tenemos que lograr, parafraseando al Che Guevara que ese amor se convierta en hechos concretos.   

mundoiribarren@gmail.com


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