Antigua y Barbuda, la Mancomunidad de Dominica, y San Vicente y las Granadinas, son tres pequeñas islas caribeñas que traen procesos de resistencia contra la hegemonía neoliberal al ser miembros de ALBA-TCP. Estados Unidos ha iniciado sus mecanismos de injerencia para desestabilizar sus gobiernos.
Cuando se informa de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de América Latina-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), organización interestatal contra-hegemónica a la dominación neoliberal que nació contra el proyecto liderado por George Bush hijo, el área de libre comercio de las Américas (ALCA), existen dos desinformaciones. La primera es parte del discurso de la derecha donde etiqueta el ALBA-TCP como un expansionismo estratégico de la ideología Bolivariana del Presidente venezolano Hugo Chávez, y no como una función internacionalista de solidaridad entre los pueblos. “Las Casas del ALBA, que el Gobierno de Chávez ha sembrado por toda la cordillera peruana, son lejos de ser instituciones humanitarias, en verdad son focos activos de propaganda revolucionaria para hacer morir el sistema democrático peruano” escribió el reciente Premio Nobel de Literatura y ultraneoliberal Vargas Llosa. Mientras el gobierno de Perú juzga de injerencia estas casas de solidaridad donde médicos cubanos y venezolanos hacen cooperación internacional con acciones como la Operación Milagro para operar de la vista a peruanos con bajos recursos, se ocultan las injerencias de los Estados Unidos en Perú mediante el trabajo de la Agencia Estadounidense de Desarrollo Internacional (USAID en inglés) que ha invertido en el país andino 166 millones en el 2010, 70 millones de los cuales por la supuesta lucha contra el narcotráfico. Según la investigadora norteamericana, Eva Golinger, y con la fuente de un informe publicado por la Fundación por las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE) antes de las elecciones parlamentarías venezolanas del 26 de septiembre de 2010 la oposición antichavista Mesa de Unidad Democrática (MUD) recibió de la USAID 40 millones de dólares para la campaña electoral. Como dice Golinger, “USAID no tiene ningún acuerdo ni autorización alguna del gobierno de Venezuela para estar en el país realizando actividades políticas intervencionistas”. De esta injerencia, que poco invierte en el desarrollo social a diferencia de ALBA-TCP, habla poco la derecha. La segunda desinformación es que gran parte de la izquierda latinoamericana, y más en Venezuela, es consciente de la manipulación informativa que utiliza la derecha y sus medios de comunicación, pero no son conscientes de la falta de información del proceso que viven ciertos países del ALBA-TCP. Se sigue la revolución ciudadana de Ecuador, el Proceso de Cambio en Bolivia, la Revolución cubana, el Socialismo del Siglo XXI en Venezuela, las transformaciones del gobierno Sandinista en Nicaragua, o incluso las resistencias del pueblo hondureño y las luchas a favor del retorno del expresidente Manuel Zelaya,... “pero de lo que no se sabe nada es sobre las Antillas de ALBA-TCP y sus procesos revolucionarios en Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas y la Mancomunidad de Dominica”, según la responsable de comunicación de la embajada de Venezuela en Bolivia, Ana Navea.
Pequeñas islas revolucionarias
El 7 de noviembre de 2005, 14 países del Caribe firmaron el convenio de integración Petrocaribe, liderado por Venezuela al ser el principal exportador de Petróleo. El objetivo era vender la materia prima no con reglas del mercado internacional sino con subvenciones de PDVSA (Petróleos de Venezuela) y cooperar en la transportación del crudo y en la construcción de almacenamientos. De todos los países de la organización de cooperación comercial y productiva, 3 pequeños estados de las Antillas que pertenecen a la Mancomunidad de Naciones del Reino Unido, fueron más allá, y se insertaron oficialmente al ALBA-TCP entre el 2008 y 2009 para integrarse en la cooperación de desarrollo social. Baldwin Spencer es el presidente de Antigua y Barbuda, conjunto de islas independientes con un población de 87600 habitantes, desde el 2004 con el Partido Progresista Unido, y afirmó en su declaración de ingreso al ALBA-TCP, “sabemos ahora que el sistema financiero global basado en el capitalismo ha fallado y los principios que rigen en el ALBA son diametralmente opuestos a los modelos fracasados de desarrollo neoliberal”. Spencer, a pesar de no ser un socialista ideológico, reconoce que los mecanismos del capitalismo internacional y sus estructuras reguladoras como el Banco Mundial (BM) o el Fondo Monetario Internacional (FMI) no son la base del desarrollo de los países periféricos. Antigua y Barbuda el agosto de 2004 recibió 50 millones de euros del ALBA con bajos intereses para superar su déficit fiscal y cubrir los salarios del funcionariado, manteniendo la estructura pública del estado por encima de las privatizaciones neoliberales, y crear protección social a los más pobres y a los desempleados. Otro miembro, la Mancomunidad de Dominica, con 72000 habitantes, y presidida por Rosevelt Skerrit, también recibió en el 2008 un crédito del ALBA de 21 millones de dólares para el desarrollo de políticas sociales y no para infraestructuras en beneficio del mercado. Además, recientemente Venezuela firmó con Dominica instalar una planta procesadora de café en el país caribeño para potenciar la producción interna, ayudando en el equipamiento y la capacitación del personal local para, poco a poco, reducir su monoexportación. San Vicente y las Granadinas, con 104.000 habitantes, se formó como estado independiente en 1979 pero no dejó de ser dependiente del mercado internacional con una económica agraria exportadora y del turismo de países anglosajones. El actual Presidente laborista Ralph Gonsalves en la IX Cumbre del ALBA-TCP en Venezuela el pasado mes de abril, afirmó que “el capitalismo internacional ha generado pobreza y dolor a nuestro país, a pesar de que nosotros no tenemos nada que ver con la crisis, cuando pedimos ayuda el Banco Mundial no actuó como lo ha hecho el ALBA”.
Injerencia en San Vicente y las Granadinas
Poco tiempo ha transcurrido desde el ingreso de los 3 estados de las Antillas al ALBA-TCP para poder hacer un análisis exhaustivo sobre su beneficio en el desarrollo social y económico, pero lo que sí se puede analizar son las consecuencias que trae su fortalecimiento de relaciones políticas con gobiernos contrahegemónicos al modelo neoliberal y a las relaciones de dependencia entre norte y sur. Otros países, que entraron en Petrocaribe, no se han atrevido ir más allá y burlar el dominio y la injerencia del imperio de los Estados Unidos. Gonsalves ha vivido la experiencia. El pasado 12 de diciembre se celebraron en San Vicente y las Granadinas las elecciones generales parlamentarias, donde Gonsalves buscaba la reelección por 5 años más contra el opositor Arnhim Eustace del Partido Nueva Democracia. De 15 escaños que tiene el Parlamento, la formación de Gonsalves sacó 8 con el 51,6 % de los votos, perdiendo 4 de los escaños que tenía desde 2005, y la oposición sacó 7 con el 47,7% de los votos. A pesar de ser reelegido el Presidente, Gonsalves denunció públicamente en la Comunidad Caribeña (CARICOM) los intentos de injerencia de personal de los Estados Unidos y Gran Bretaña, para financiar grupos de la oposición. Dave Copps y Blake Burris, los cofundadores de la firma Co-Habitado de Texas, y vinculados a la CIA, fueron señalados por el mandatario como responsables de la propaganda antigubernamental con la campaña “Salve la democracia por sólo cinco dólares”. Los 3 estados de las Antillas no traen detrás grandes cambios a un modelo socialista, pero quieren transformaciones a favor de un estado más regulador de la economía social con altas inversiones públicas, siendo revoluciones contra el modelo neoliberal y la dependencia del norte gracias a el ALBA-TCP. Hecho que provoca un malestar al dominio de los Estados Unidos y acciona sus mecanismos de desestabilización, como sucedió con el golpe de estado en Honduras el 2009.
anibal_gb@hotmail.com