Pero hay algo que no me gusta y tengo
la sospecha de que el imperio, que aparte de hijo de su mamá es
inteligente, nos está desviando la atención de donde deberíamos
tenerla, nos está distanciando de lo que para este momento es
el enemigo fundamental y nosotros ahí, cayendo en la trampa junto con
estos románticos muchachos de las Europas, a los cuales hasta palos
les están dando (que no eran necesarios), para que se sientan más
felices.
No voy a entrar en la discusión
de si las reivindicaciones de los chamas y chamos de la Plaza del Sol
son o no justas, porque claro que lo son. Pero es que ese no es el punto.
El punto es que aunque te apriete el zapato, puede haber otra tarea
más importante que el dolor de tus callos, y el que descuides la puntería,
el objetivo de tu esfuerzo social, puede ser pascuas para el imperio,
que celebrará como un gol a su favor el que te distraigas haciendo
un pase lateral.
En este momento hay una tarea, sobre
todo para los jóvenes del mundo entero, y esa el Libia. A diferencia
de Panamá un día, contrario a lo que pasó en Iraq, donde los
generales dejaron solo a Hussein, aquí en Libia el pueblo, junto a
su líder, están resistiendo a punta de su sangre y han logrado detener
y quizás hasta empantanar al imperio, que pareciera que pensaba que
la guerra contra la patria de Gadaffi iba a ser como una excusión de
sus cortapalos de fin de semana.
El esfuerzo, el sacrificio de Libia ha
sido tan grande, que para terminar de dejar en mala posición al imperio,
sus lacayos, sus tontos útiles y sus raticas, sólo falta una cosa,
que sí tuvimos por Viet-Nam, por Cuba, por Nicaragua, por Chile,
por Iraq, por Gaza, ¡una fuerte, poderosa e insistente solidaridad
internacional, que termine de acorralar al imperio y sus bombazos…!
No me extrañaría que los bienintencionados
jóvenes de las plazas europeas, hayan sido tentados, desorientados
por infiltrados agentes de la CIA, que bien saben hacer ese trabajo,
sobre todo cuando hay tantas y tan evidentes buenas razones para que
los muchachos y muchachas de Europa se movilicen.
Pero ojo, pestaña y ceja, que el imperio
es como el diablo, engañoso y engañador el porquería.
Si vemos la historia reciente, no es
suficiente que se reúnan jóvenes con un ideal químicamente puro,
distanciado de partidos y otras herencias políticas. En primer lugar,
esa no es una buena señal. Si los del partido llamado Socialista Obrero
Español han terminado en un gobierno maricón, eso no tiene nada que
ver con que esos jóvenes están usando derechos de protesta que ganaron
otros españoles, otros del PSOE en otras épocas y los comunistas españoles
con La Pasionaria a la cabeza, por supuesto. Esas plazas donde ahora
sientan sus bienintencionados culos están regadas con la sangre de
miles de patriotas españoles que se la jugaron para que un día en
esa tierra se pudieran hacer manifestaciones como la de hoy, sin que
te fusilen como a García Lorca, sin que te fusilen como a las compañeras
que están en un cuadro que me hace llorar cada vez que lo veo.
Si ustedes están allí muchachas,
muchachos, es porque un carajo como yo aprendió las canciones
de la Guerra Civil Española que su madre cantaba mientras hacía el
almuerzo, pero en Valdivia, por el fin del mundo, cerca de los pingüinos
de la antártica, es decir, por un esfuerzo mundial de solidaridad
que un día puso a España en el centro de la pelea, pero cantando dime
dónde vas morena no nos alejamos de la lucha, no le sacamos el que
te conté a la jeringa, más bien nos acercamos más a la candela y
sin complejos nos terminamos declarando antiimperialistas, entre otras
cosas, por si no quedó claro, por lo que el imperialismo le había
hecho a ustedes, los españoles.
Así que su equidistancia de todo,
echando a un mismo saco a cuanto político exista por ahí, no es un
buen síntoma, no para mi, por lo menos, y puede que no esté solo en
esto. Y si eso que estamos percibiendo de lejos no es lo que están
haciendo allí, mejoren, cuiden sus informaciones, que yo estoy bien
informado, yo veo el Dossier de Walter Martínez todos los días, por
el Venezolana de Televisión, se los recomiendo, pueden verlo por internet.
Los españoles tienen un dicho, que si
la caca se vendiera, los pobres nacerían sin rabo. Y el imperio hace
lo mismo, es decir, se las arregla para transformarlo todo a su favor
, con el método de envilecer y jorobar hasta la doctrina de Cristo.
Veamos por ejemplo lo que pasó
en Egipto. De la sana, ingenua y valiente actividad de los muchachos
acampantes, resolvieron la transición de un dictador pro-gringo a un
gobierno igual pascual hasta en el reeditar las transgresiones de los
derechos humanos que hacía la vieja dictadura, ahora persiguiendo a
los líderes de la acampada.
O veamos a la gente que fue a votar con
lágrimas de emoción por el Obama. Cómo deben estar de arrepentidos
hoy. Es decir, que el imperio se las arregla para que esa gente,
que hace un encantador esfuerzo de participación, termine, por defraudada
y frustrada, alejada de la vida política donde tanto los necesitamos.
Y en este caso, con el agravante de estar consiguiendo que sirvan de
distracción, para que no enfoquemos hacia donde está el objetivo.
Me recuerda cuando en tiempos de la guerra de Viet-Nam a Johnson los
jóvenes norteamericanos lo tenían acorraladísimo llenando las calles
con su consigna “¡trae los chicos a casa, termina la guerra ya..!
Johnson, por entonces presidente de los Estados Unidos, pidió a sus
asesores que hicieran algo, y lo que salió de allí fue una tremenda
campaña publicitaria sobre el smog en Nueva York, y así toda la gente
preocupada de mira lo que está pasando con el smog en Nueva York, fueron
soltando la durísima presión que tenían sobre el gobierno, por rechazo
a la guerra de Viet-Nam.
El imperio es experto en estas tretas.
Ahora, con la “oportuna” acampada de los jóvenes españoles,
oportuna para el imperio, nos estamos desviando a la gran movilización
que deberíamos tener a nivel mundial, en contra de la agresión a Libia,
donde están corrigiendo y aumentando lo que hicieron con Yugoeslavia
en los años noventa… destruir un país desde el aire, a punta
de bombazos, resolviendo de paso, en este caso, el problema de aumento
de la demanda de petróleo, de los países capitalistas, creada con
el desprestigio en que han caído, después de los hechos de Japón,
las plantas nucleares como generadoras de energía eléctrica.
Y no insistan, por favor, en la justicia
de las reivindicaciones de los jóvenes. En el ajedrez, por ejemplo,
cuando nos amenazan con comernos un peón, no nos distraemos haciendo
acampar a los alfiles o con desfiles de caballos o mitines de torres.
Nuestra jugada debe ser, o apretar cachete con el peón, (correr, huir),
o defenderlo: si tu me comes, yo te como. Pero si nos distraemos perdemos
el peón, y ese peón, sólo ese peón puede definir el juego, podemos
perderlo todo por perder el peoncito, por no saber enfocar donde es
ques el momento político.
Es por eso que me atrevo a llamar la
atención en cuanto a que por muy bonito que se vea, el esfuerzo de
los jóvenes españoles y de otros países de Europa parece no estar
ayudando a salvar el planeta de la garra del águila imperial gringa.
A lo mejor friegan al Zapatero, o terminan de fregarlo, creo que sería
la expresión, pero eso no inquieta al bombardeante imperio, que seguirá
asesinando en Libia, en su reiterada nueva forma de “exploración”
petrolera. Más bien estará feliz, porque se sacudirán a un debilucho
Zapatero para encaramar en España a un presidente fascista y pro gringo
de verdad-verdad, la propia derecha.
Por ahí, en Dossier, nos mostraron una
pancarta donde apambichao se lograba leer “Gaza” y “Venezuela”.
No sé cuán presente están en esas acampadas la solidaridad internacional.
Lo que sí sé es que todo ese esfuerzo debió ser por Libia, por parar
al imperio, porque si paramos al dueño del circo, con mayor razón
le ganaremos a los payasos, con mis disculpas a esos trabajadores de
la risa y la alegría.
Recuerdo en los finales de los años
sesenta, la juventud chilena hizo una marcha de cerca de 200 kilómetros
de Valparaíso a Santiago, por Viet-Nam, en contra de la agresión gringa
contra el pueblo vietnamita. Cinco días marchando, entrando y saliendo
de pueblos y pueblitos, en solidaridad con esa lejana gente, cuando
sin dudas habían reivindicaciones locales que justificarían diez marchas
como esa. Pero fue por Viet-Nam, y en su hacer la juventud chilena creció
en su espíritu de lucha, para luego volcar esa experiencia en la victoria
electoral de Salvador Allende, en 1970. Por preocuparse de los lejanos
hijos de Ho Chi Min no se distanciaron, más bien se acercaron a la
posibilidad de derrotar a la derecha local, pero lo hicieron partiendo
por cumplir con darle al blanco internacional de ese momento, cumpliendo
el objetivo de ese instante, derrotar al imperio, que era la tarea de
esos días no sólo para los vietnamitas, no sólo para los chilenos,
sino para todos los pueblos del mundo entero.
No me cabe la menor duda que estos sentimientos
se sienten en esas acampadas, pero hay una diferencia entre los sentires
y los objetivos políticos.
Para que la acampada de las y los muchachos
españoles no termine en otra frustración que aleje a los jóvenes
de la lucha contra el enemigo fundamental, hago votos porque aunque
deban postergar reivindicaciones locales, vuelquen sus esfuerzos contra
el imperio que bombardea Libia y sus aliados europeos que nos dan a
diario un vergonzante refrito de la cultura occidental y nada de cristiana.
¿Creerán las muchachas y muchachos de las acampadas de Madrid y Barcelona que estoy en contra de ellos…? Por nada del mundo. Estoy haciendo con estas modestas líneas mi esfuerzo personal para defenderlos, para cuidarlos, para que con sus buenas intenciones no terminen en la máquina de moler carne del imperio, no los quiero huyendo de la política, quiero que sigan participando, que sean mi relevo, pero para eso hay que definir las cosas de manera de que no terminen siendo usados como distracción para bombardear más inpunemente. Es responsabilidad de ustedes, los acampados, el equilibrar las reivindicaciones y que se sienta, no como un agregadito que medio se ve en una foto, la solidaridad con Libia, con Gaza, con la República Bolivariana de Venezuela, con todos los pueblos que enfrentan de frente al imperio, pero sobretodo con Libia, que esa agresión es una vergüenza universal y está sucediendo en nuestras narices, pero sobre todo en la narices de ustedes, que son los dueños de este tiempo.
A otros nos tocaron otras guerras, y
a mucha honra, cumplimos. A ustedes les toca Libia, por lo tanto, no
permitan que el imperio saque las castañas con la mano de Los Indignados,
¡cumplan su responsabilidad histórica!.
A lo mejor les van a limpiar la plaza
para que ustedes se opongan y entonces en el tira y afloje los apaléen
y sean así la noticia del día: ¡huy! vean cómo los apalearon..!
No, chamos: desocupen la plaza disciplinadamente para que la limpien
limpiecita y luego que la noticia sea un gran festival de canto y poesía
por Libia, que en plaza limpia golpeemos más y mejor al imperialismo,
que gringolandia no use con ustedes la técnica del judo, sacando ganancias
de la fuerza del contrario. Que sean los imperialistas los que pierdan
esta pelea, y ustedes, con los pueblos, los vencedores.
Pero para eso, si mataron al tigre y lograron juntarse miles, no le tengan ahora miedo al cuero, no hablen bolserías de la política, así como así, metiendo a todos los que hacen política en el mismo saco, no les de vergüenza declararse compañeros de los pobres del mundo, y como Martí digan que con los pobres de la tierra quieren su suerte echar… Y si todavía un fantasma recorre Europa, no le tengan miedo, ese fantasma es comunista, miedo hay que tenerle a los Estados Unidos y a la OTAN, si nos pillan desunidos o desubicados, con la brújula mala.
Así como por España, cuando Franco
afilaba sus dientes contra la república, así como cuando el mundo
se movilizó contra la bestia nazi de Hitler, así como
un día se movilizaron millones defendiendo la paz que merecía Corea,
así como hace poco por Cuba, por Viet-Nam, por Nicaragua, por
Chile, por Yugoslavia, así hoy la tarea es Libia, que se juega con
valor su destino y el de nosotros, así que no deberíamos ver lo que
está pasando de brazos cruzados, sino golpeando al señor del Premio
Nobel de la Paz y sus bombarderos, con un extenso y eficiente movimiento
de solidaridad con Libia. No seamos parte del río revuelto que el imperio
busca para sacar ganancia de pescadores, seamos la vanguardia que golpea
al imperio primero, porque esa es la prioridad.
¿Es que estoy en contra de que los chilenos
marchen contra Hidroaysén…? No. Lo que digo es que si no marchamos
contra el imperio con la misma intensidad y fuerza mediática que lo
hacemos por estas nacientes reivindicaciones, si el imperio aplasta
a Libia y a los demás países que estamos en su lista, ninguna
Hidroaysén podrá ser evitada, ninguna reivindicación popular tendrá
vida, por muy reciente o novedosa o simpática que sea.
Así que a no perder la brújula,
para que nunca, nunca, tengamos que indignarnos, con Los Indignados.
El Tano,