La creciente polarización global ofrece oportunidades para que China posicione su modelo como alternativa, pero China podría optar por adoptar una opción disruptiva que empujaría al mundo a una nueva Trampa de Kindleberger.
La Trampa de Kindleberger
El economista Charles Kindleberger fue uno de los arquitectos intelectuales del Plan Marshall y sostuvo que en los años 30 la ausencia de una potencia hegemónica dispuesta a proveer bienes globales y garantizar el orden económico que hasta entoces proporcionaba el Reino Unido, facilitó el colapso sistémico que se escenificó en el Crack Bursátil del 29, la posterior Depresión de los años 30 y que culminó con la Primera Guerra Mundial.
La Trampa de Kindleberger extrapolado a la actualidad, consistiría en ver a China no demasiado fuerte y algunos observadores temen que en la medida que vaya creciendo el poder de China, ésta optará por no contribuir a un orden internacional creado por EEUU.
China y el Poder blando
El poder blando, concepto acuñado por Joseph Nye para describir la capacidad de influir en otros países a través de la atracción cultural e ideológica en lugar de la coerción, ha sido una herramienta clave de China en su estrategia global
China ha emergido como un actor global en asistencia para el desarrollo, principalmente a través de iniciativas como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) y la Agencia China de Cooperación Internacional para el Desarrollo (CIDCA), creada en 2018. A diferencia de la USAID, que operaba mayormente con subvenciones no reembolsables, la ayuda china a menudo toma la forma de préstamos e inversiones en infraestructura, lo que permite a China ganar influencia en regiones estratégicas.
Impacto de los recortes de Trump en la USAID
En 2025, la administración Trump ha impulsado una reducción significativa de las operaciones de la USAID, incluyendo despidos masivos y el cierre de programas en todo el mundo. Esta decisión ha creado un vacío en la ayuda internacional que China está aprovechando. Por ejemplo, en países como Camboya y Nepal, China ha anunciado financiamiento para proyectos en salud, nutrición, saneamiento y desminado, ocupando espacios que antes apoyaba la USAID.
Esto refuerza la percepción de que China busca aumentar su "poder blando" en regiones donde la influencia de EE. UU. está disminuyendo.Así, en África y América Latina, China ha ganado simpatías gracias a inversiones y proyectos de infraestructura sin exigencias política y su imagen como líder tecnológico (Huawei, 5G, inteligencia artificial) refuerza su atractivo entre países que buscan modernizarse.
La creciente polarización global ofrece pues oportunidades para que China posicione su modelo como alternativa, pero China podría optar por adoptar una opción disruptiva que empujaría al mundo a una nueva Trampa de Kindleberger. Así, el hegemon EEUU ya no es capaz de estabilizar los mercados mundiales y China lo aprovecha para reducir la dependencia del dólar, lo que exacerba la crisis financiera y debilita la economía mundial.
Sin embargo, así como Kindleberger entendió que Estados Unidos no podría sustituir al imperialismo británico es posible que ahora China tampoco pueda o quiera llenar el vacío que está dejando Trump y caso de continuar la escalada de la actual guerra arancelaria, podríamos entrar en una espiral caótica que desembocaría en la Tercera Guerra Mundial en la próxima década.