Irán es una verdadera amenaza nuclear

No compartimos casi en lo absoluto ni la religión ni la ideología del actual Presidente de Irán. Creemos que es un furioso anticomunista disfrazado de furioso antiimperialista y antisemita. Es principal protagonista de un régimen de excesiva opresión y de esclavitud, especialmente, sobre la mujer. Sin embargo, nuestra opinión, así lo creemos, la caracterizamos por condenar, en principio, todo intervencionismo del imperialismo en los asuntos internos de Irán como igualmente lo decimos sobre Siria sin que compartamos la visión de gobierno del Presidente actual de esa importante nación árabe e islámica. En fin: en una lucha contra el imperialismo estamos de  lado de los iraníes y de los sirios aunque no estemos de acuerdo con ninguno de sus dos gobiernos actuales. Jamás caeremos en hipocresías como las del Presidente Santos de Colombia, quien exige que ningún Estado de América Latina y el Caribe intervenga dando opiniones sobre la búsqueda de la paz para los colombianos y colombianas y, por otro lado, acepta y se enorgullece de  la participación militar del imperialismo estadounidense en los asuntos internos de Colombia o en su conflicto político armado. En el mundo de hoy tiene gran vigencia la política del derrotismo revolucionario muy bien explicada por el camarada Lenin hace casi un siglo: en las naciones  atacadas por los imperialistas, los pueblos o los movimientos revolucionarios no sólo deben buscar la derrota o el retiro de las fuerzas de los invasores sino, igualmente, la caída de los gobiernos internos que los oprimen.

Los imperialistas amenazan constantemente a Irán y su gobierno alegando que mantienen una carrera desenfrenada por poseer armas nucleares.  Por su lado, el gobierno iraní jura y perjura, en nombre de Alá, que borrará del mapa a Israel y acabará con la presencia estadounidense en casi todo el mundo. Es como si un niño bravo por no lograr que sus progenitores le satisfagan sus gustos se altera  y prácticamente indefenso pero confiado en los poderes divinos de su Dios, cree que gozará de capacidad para exterminar a todos los adultos del barrio donde habita. Pero vayamos al grano y no precisamente de maíz.

Las más poderosas naciones imperialistas del mundo (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña) poseen la mayor cantidad, mortales y destructivas armas nucleares, pero actúan como un monopolio político contra cualquier Estado que trate de crear armas nucleares sin el consentimiento, esencialmente, del imperialismo estadounidense.  Pues, Irán no es precisamente del agrado de la Casa Blanca aunque en ésta conocen muy bien el anticomunismo del gobierno iraní.

Lo cierto, comprobado está, que el enriquecimiento de uranio por parte del gobierno iraní no expresa ninguna violación al tratado de No Proliferación Nuclear ni un desafío a acuerdos del Organismo Internacional de Energía Atómica porque no lo está haciendo con fines de crear  armamento de guerra para destrucción o exterminio masivos sino para el uso de la energía en función de progreso para beneficio social. Eso lo saben los imperialistas pero el estadounidense no está conforme con ello e inventa lo de armas nucleares porque el Estado iraní es enemigo del intervencionismo de Estados Unidos en los asuntos internos de otras naciones.

El argumento que maneja el imperialismo (esencialmente estadounidense) para hacerle la guerra a Irán, acusándolo de estar creando armas nucleares, es, simplemente, la imprudencia del Presidente de Irán de anunciar que “barrerá del mapa a Israel”. Imprudencia que no toma en cuenta ni siquiera que en  Israel hay gente que se opone al sionismo y está de acuerdo en convivir pacífica y solidariamente con los árabes y con los islámicos. A esos israelitas también promete el Presidente de Irán matarlos. ¡Santos Dios!, un gobernante que diga que quiere matar a toda una sociedad (donde incluso muchísimos son niños y muchísimas niñas y no poseen culpa del pensamiento y acción de sus gobernantes) por el simple hecho de no estar de acuerdo con el Estado que la preside, nos parece a la luz del sentimiento humano sin necesidad de ser un revolucionario, un crimen de lesa humanidad. Eso no es un sentimiento de comunista en ninguna región del planeta Tierra ni más allá de sus fronteras.

Ahora, cierto es que tanto el Estado imperialista de Estados Unidos como el Estado sionista de Israel quieren que la nación iraní viva desarmada y nada cree como  instrumento para la defensa de su región y de sus intereses. Ni siquiera, en el fondo de la verdad verdadera, desean que Irán  haga uso de la energía nuclear para fines de su desarrollo histórico-social. Ninguna inspección realizada por la OIEA en Irán ha llegado a encontrar una sola prueba de que se estén desarrollando planes nucleares militaristas nucleares. Quieren es otra prueba más contundente de indefección iraní: que el Estado iraní sirva de epígono al imperialismo y obedezca a los intereses económicos de los grandes monopolios imperialistas que dominan el mercado mundial. Ya los imperialistas creen que el mundo se olvidó de los inventos, sobre armas nucleares, que se hicieron contra Saddam Hussein para invadir Irak y garantizarse enormes negocios petroleros y gasíferos en la región del Medio Oriente y fuera de sus fronteras. Sin embargo, el imperialismo estadounidense no ha tenido reparo alguno, desafiando y no parándole bolas a nadie, en realizar grandes colaboraciones con Estados como los de la India, Pakistán e Israel para que tengan armas nucleares pensando en que un día tendrán que utilizarlas contra gobiernos revolucionarios de las regiones en sus alrededores. De paso, esos Estados han rechazado constantemente el suscribir acuerdos del Tratado de No Proliferación de armas nucleares. Bueno, el gobierno imperialista de Estados Unidos no sólo no ha hecho ninguna presión al respecto sino que ha guardado un silencio sepulcral porque está seguro que una conflagración mundial interimperialista esos Estados estarán de su lado obedeciéndole como hace un niño recién nacido a la teta de su madre.

Lo más seguro, estabilizada toda la región del Medio Oriente sin que en ninguna de sus naciones integrantes haya triunfado una revolución socialista, el imperialismo estadounidense, con aval o sin aval del Consejo de Seguridad de la ONU o de la OTAN, lance unas cuantas docenas de bombas en Irán auspiciando un conflicto violento para el derrocamiento del actual gobierno iraní. El oro negro continúa siendo razón fundamental de guerras o conflictos bélicos en el mundo. Cuando ya no exista petróleo y si no ha triunfado el socialismo en el mundo, nuevas serán las razones para que continúen haciéndose guerra imperialistas en el planeta. Quizás, algún científico llegue a descubrir algunas propiedades energéticas de gran valor en el barro… Entonces, adiós  mundo que te acabaste.



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El Pueblo Avanza (EPA)


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