Saludos de paz y vida compatriotas. La arremetida norteamericana por el dominio del mundo y el control del mercado petrolero cada vez se hace más evidente. En los actuales momentos, Estados Unidos desarrolla una contundente estrategia de explotación del gas y del petróleo, con la intención de ocasionar una debacle en el mercado mundial del petróleo y afectar directamente a los países pertenecientes a la OPEP.
En este caso, Venezuela como miembro activo y fundador de la OPEP, había venido alertando acerca de la necesidad de reunir a todos integrantes, para implementar una estrategia común para enfrentar la producción de hidrocarburos aplicada por EE.UU, pero no encontró respuesta favorable entre sus principales socios. La cesta venezolana acusa una fuerte caída del 12 %, no obstante, el presidente Nicolás Maduro Moros, aclaró que el precio actual del barril de petróleo no afectará la economía nacional.
Por su parte, la OPEP ante la contingencia tiene prevista una posible reducción de la producción del crudo, entre 1 y 1,5 millones de barriles por día; aunque se ratifica que la producción actual no sea alterada. Mientras la OPEP delibera, el imperio norteamericano no cesa en sus acciones y con la aplicación de la técnica de extracción de gas y petróleo de yacimientos no convencionales denominada fracking, ha emprendido la producción desbocada de hidrocarburos.
Para el conocimiento de todos, el fracking es la técnica de fracturación hidráulica que se emplea para la extracción no convencional de petróleo y gas, mediante la fracturación de la roca madre (pizarras y esquistos). Se utiliza una técnica mixta que, en primer lugar, implica perforar verticalmente hasta 5000 metros y luego entre 2 a 5 kilómetros en horizontal. Seguidamente, se inyecta a gran presión, agua con arena mezclada con una serie de aditivos químicos, lo cual fractura la roca y tanto el gas como el petróleo es liberado, ascendiendo al pozo de explotación. Y como ya es costumbre, Estados Unidos no asume previsiones ni responsabilidades con sus acciones anti-ecológicas y con su desesperante avaricia imperialista de acaparar el mercado de hidrocarburos, con el fracking ocasionará severos daños al ambiente en el entorno de los campos de explotación, lo cual implica una serie de impactos socioambientales a corto y largo plazo, tales como: la contaminación del aire, la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, las afecciones a la salud humana, las alteraciones del paisaje y el terreno, la contaminación de suelos y un inminente riesgo sísmico.
En Venezuela contamos con la mayor reserva comprobada de hidrocarburos de todo el planeta; por lo tanto, debemos permanecer alertas ante estos embates imperialistas, que aparentan controversias políticas y económicas entre países desarrollados, pero que estratégicamente van mermando la posibilidad de crecimiento a las pequeñas naciones soberanas que poseen importantes recursos energéticos, minerales y acuíferos.
Somos Venezuela, somos OPEP. VIVIREMOS Y VENCEREMOS.