¿Qué pasa con el nuevo asesor de seguridad nacional de Trump?

Más allá de las preocupaciones generales respecto del nombramiento de John Bolton como Asesor de Seguridad Nacional, también está el problema específico de su inminente acceso a la información más altamente clasificada de inteligencia que posee Estados Unidos.

Existe un número de razones de por qué a Bolton debería negársele el acceso, incluyendo su bien reconocida fama de abusar con sus subordinados en el Departamento de Estado y colegas de él en la ONU. Bolton también tiene una estrecha relación personal con Israel y su gobierno, cosa que podría haber incluido la divulgación de información clasificada. La conexión con Israel es particularmente sensible debido a que Bolton está comprometido con el multimillonario dueño de casinos, Sheldon Adelson, quien ha financiado sus actividades desde que salió del Departamento de Estado el año 2006. Bolton supo cómo devolver un favor, aprobando la sugerencia de Adelson de detonar un artefacto nuclear en el desierto de Irán, solo para advertirle sobre lo que podría venir. Adelson es uno de los más importantes donantes del Partido Republicano y estaba disgustado con Rex Tillerson y H.R. McMaster y fue pieza instrumental en sus remociones.

Ambos funcionarios apoyaron el acuerdo nuclear con Irán y ahora ambos están fuera. McMaster también fue motejado como "anti Israel" por haberse opuesto al traslado de la embajada norteamericana desde Tel Aviv a Jerusalén.

La afinidad de Bolton con Israel ha incluido la revelación no autorizada de informaciones clasificadas cuando fue Sub Secretario de Estado para el Control de Armamentos y Seguridad Internacional. A menudo colaboró con los israelíes, sin que el Departamento de Estado supiera lo que estaba haciendo, con el propósito de justificar un ataque norteamericano contra Irán. La estrategia para provocar una guerra incluía la presión diplomática, grosera propaganda y la producción de evidencias fabricadas por el Mossad.

Técnicamente, Bolton estaba bajo la supervisión del Secretario de Estado Colin Powell, pero violó las normas vigentes del Departamento de Estado haciendo una serie de viajes secretos a Israel en los años 2003 y 2004. De tal modo que cuando el Secretario de Estado estaba diciendo que la política del gobierno era no atacar a Irán, Bolton estaba trabajando con los israelíes sentando las bases para una nueva guerra. Durante una visita efectuada en el mes de febrero del 2003, Bolton aseguró en reuniones privadas con funcionarios israelíes que él no tenía ninguna duda que Estados Unidos derrocaría a Saddam Hussein antes de ocuparse de Irán y Siria.

Durante sus múltiples viajes a Israel, Bolton sostuvo reuniones no publicadas incluso con el jefe del Mossad, Meir Dagan, omitiendo si el cable de rigor informando al Secretario de Estado. Claramente esas reuniones tenían que ver con una estrategia conjunta sobre cómo producir las condiciones políticas para un eventual ataque norteamericano contra los iraníes.

Mientras John Bolton servía como embajador norteamericano ante la Organización de Naciones Unidas, también actuó a espaldas de su jefe suministrando a Israel informaciones cruciales sobre los planes norteamericanos en la ONU con el propósito de redirigir la política norteamericana. Dan Gillerman que sirvió el 2006 como embajador de Israel ante Naciones Unidas, cuando Bolton también era embajador, describió "como en más de un caso, el embajador Bolton me llamó para alertarme sobre el hecho que su misión --en la misión de Naciones Unidas—era votar contra Israel y me pidió que alertara el primer ministro, que en ese tiempo era Ehud Olmert". En más de un caso, el primer ministro llamó al presidente, que entonces era George W. Bush y consiguió que desautorizara al Departamento de Estado.

Regularmente, Bolton contactaba a los israelíes con el objeto de subvertir posiciones que eran apoyadas por el gobierno norteamericano como en el caso del mes de agosto del 2006 cuando el Consejo de Seguridad de la ONU estaba sopesando la Resolución 1701 con el propósito de poner fin a la guerra de un mes de duración entre Israel y Hezbollah en el sur del Líbano. Bolton advirtió a los israelíes que la Secretaria de Estado Condolezza Rice, planeaba apoyar la iniciativa. Gillerman informa que "en ese caso, John Bolton se puso en contacto conmigo alrededor de las ocho de la mañana, que son las tres de mañana en Israel, para decirme que ‘tú tienes que llamar al primer ministro y decirle que Condi Rice te vendió a los franceses’ ".

Dado lo que John Bolton hizo cuando estuvo en su último cargo, nunca más debiera permitírsele tener acceso a información clasificada ya que con certeza él abusará de ese privilegio con el objeto de favorecer su propia agenda. Resulta frustrante que indudablemente el presidente Trump le concederá a Bolton acceso a toda información clasificada, particularmente en su condición de Asesor, soberbiamente seguro de si mismo, siendo proclive a hacer lo que él considere conveniente sin tomar en cuenta las consecuencias, no se puede confiar que él hará lo correcto cuando se trate de seguridad nacional. Nunca debiera concedérsele acceso a utilizar inteligencia del más alto nivel y no se le debe poner en un cargo de autoridad que le permita cometer trastadas. Desgraciadamente, rogar al presidente Trump que revierta la decisión de asignar a Bolton en virtud del grave daño que inevitablemente causará a Estados Unidos es improbable que sea recibido favorablemente por la Casa Blanca.

Traducción desde el inglés por

Strategic Culture Foundation Sergio R. Anacona

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Philip M. Giraldi

Consultor. Ph.D., Director Ejecutivo del Consejo para el Interés Nacional


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