No es poca cosa todo el esfuerzo que hizo el Libertador Simón Bolívar para impedir el fracaso del gran proyecto Gran Colombiano, al cual se aferró hasta los últimos momentos de su corta vida.
La Unión del Virreinato de la Nueva Granada con la Capitanía General de Venezuela decretado por el Congreso de Angostura en 1819, debe enfrentar desde un primer momento, a la oligarquía bicefálica santanderista de Bogotá y a la oligarquía venezolana, amparada bajo los designios del caudillo llanero José Antonio Páez, quienes logran finalmente en 1830, la desintegración del proyecto Gran Colombiano del cual surgen las Repúblicas de Ecuador, Colombia y Venezuela. Este hecho histórico marcó el surgimiento de dos Colombias conviviendo en una sola, la Colombia oligárquica y la Colombia del pueblo.
Desde entonces y hasta el presente la oligarquía ha detentado el poder político y económico, convirtiendo al heroico pueblo colombiano en victima permanente de sus objetivos represivos, regresivos y hegemónicos. Esta Colombia la de las miserias oligárquicas siempre ha sido enemiga de la Venezuela Bolivariana, sin embargo la otra Colombia, la del pueblo, la de los obreros y campesinos, siempre será nuestra hermana. Por ello rechazamos y enfrentamos la Colombia de las nueve bases extranjeras impuestas por parte de un ejército imperial de ocupación, la de los millones de desplazados, la de los falsos positivos, la de los asesinatos selectivos, la del horror paramilitar la que manipula, discrimina y le hace la vida miserable a los seudos inmigrantes venezolanos, y la de la indignidad ilimitada frente a las ordenes de la dictadura bélico terrorista imperial yanqui.
Frente a ella reivindicamos la Colombia del pueblo, la creativa forjadora de riquezas, la de los mas de cinco (5) millones de refugiados en la República Bolivariana de Venezuela, a quienes queremos y apoyamos como hermanos, la de los luchadores sociales. Esa es nuestra hermana, la verdadera y autentica Colombia, la que lucha por la paz, la del realismo mágico, la inmarcesible*, la Colombia de Jorge Eliecer Gaitán, la del padre Camilo Torres, la de Manuel Marulanda Vélez, la de Gabriel García Márquez y Mauricio Babilonia con sus "mariposas amarillas... en definitiva la Colombia Bolivariana tan querida y amada por nuestro Comandante eterno.
*Inmarcesible: Del Himno Nacional de Colombia
( lo que no se marchita, júbilo inmortal)