La bandera de la oligarquía boliviana es ahora la de los “2/3”. Entre los manifestantes convocados por los “cívicos” de Santa Cruz muchos lucían camisetas con el “2/3”. Esto significa que la Asamblea Constituyente y la constitución que vote será “desconocida” por ellos si no cuenta con una mayoría de 2/3 en la Constituyente. Tienen 2 banderas las autonomías y los 2/3. Ambas encubren el mismo propósito, desconocer a la mayoría popular que exige el fin de la Bolivia racista, la reforma agraria y la nacionalización de los hidrocarburos. Ellos no son el frente de los “2/3”, son en realidad el frente de “1/3”, es decir la minoría oligárquica que con el cuento de las “autonomías” logra manipular a sectores populares del Oriente boliviano y se propone derrotar a las mayorías obreras y populares de Bolivia.
El pleito de la Constituyente lleva ya varios meses. En realidad comenzó con la ley de convocatoria a la Constituyente, cuando el MAS pactó con los “cívicos” de Santa Cruz y el partido Podemos, el más importante de la derecha. El MAS en ese momento aceptó que todo se aprobara por mayoría de 2/3. Es decir, les regaló el argumento para boicotear la Constituyente.
La trampa se profundizó porque en la forma de elección, también pactada con la oligarquía, se hizo prácticamente imposible que el MAS sacara 2/3 de los Constituyentes aunque su mayoría fuese muy amplia. La ley electoral dividió al país en 70 circunscripciones que eligieron 2 por la mayoría y 1 por la minoría (aunque esa minoría fuera del 10%). Además se eligieron 5 representantes por cada uno de los 9 departamentos, favoreciendo así a la derecha que tiene mayoría en departamentos como Pando (70 mil habitantes) o Beni (400 mil) eligieron los mismos representantes que La Paz (2 millones) adonde tiene mayoría el MAS. De esta forma, aun una oposición derechista fragmentada logró 1 representante por cada circunscripción y otros por los departamentos en que ganaron (entre ellos los de menos población).
El resultado fue una Asamblea Constituyente con mayoría masista (137 más 13 diputados aliados, en total 150 de sus 255 diputados), pero sin los famosos 2/3 (que como quedó demostrado era matemáticamente imposible de conseguir). La oposición quedó con 105 diputados. 150 contra 105. Pero según la derecha “no es democrático” que aprueben una nueva Constitución reclamada por la aplastante mayoría del pueblo boliviano.
Presionado por las organizaciones indígenas y campesinas, el MAS, dijo que la Constituyente funcionaría por mayoría simple y que si no obtenía los 2/3 la Constitución se sometería a consulta popular. Una posición irreprochablemente democrática (aunque es cierto que rompe el acuerdo anterior). Los oligarcas pusieron el grito en el cielo y denuncian como “dictador” a Evo Morales.
No contentos con esto además pretenden una autonomía plena de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija al punto de poder decidir ellos sobre la propiedad de la tierra y la riqueza petrolera (¡nada menos!). Y además se oponen totalmente a darle autonomía a los pueblos indígenas que viven en Santa Cruz (y que están justamente en la zona petrolera y gasífera).
Ni siquiera en países con una constitución federal, como Brasil o Argentina, las riquezas naturales y poder sobre la legislación de tierras quedan en manos de los estados autónomos.
El trasfondo de las intenciones de los “autonomistas” no es ningún ideal regionalista, sino quedarse con las tierras mal habidas, con los latifundios, y con el control de los recursos naturales.
De esta forma pretenden anular completamente a la Constituyente. Condenarla a la total inoperancia y que termine su mandato sin hacer nada. La Constituyente fue una bandera de los movimientos indígenas durante años. Aspiraban y aspiran a una nueva Constitución que reconozca sus derechos culturales, que les de autonomías y tierras.
El MAS expresa distorsionadamente esta aspiración. Distorsionadamente porque los dirigentes del MAS no han llevado adelante su propio programa. Primero eliminaron uno de los reclamos indígenes que era que la Asamblea Constituyente tenía que tener una cantidad importante de representantes electos en forma directa por las organizaciones sociales. Luego porque han procurado permanentemente pactar con la oligarquía racista. Y pactar con la oligarquía es imposible si lo que se quiere es justamente liquidar el poder oligárquico. La Constituyente debería sesionar, y hacer una nueva Constitución cuyo primer punto sean todos los derechos indígenas y la reforma agraria, quitarle las tierras a los ladrones de tierras desde hace 500 años. Debería también sancionar la propiedad estatal inalienable de los hidrocarburos, minería y subsuelo, como fue la demanda central de la revolución del 2003. El MAS tiene mayoría y autoridad conferida por el pueblo, con el voto y por una revolución, para hacer esto. Recientes encuestas le dan el 62% de aprobación (¡en plena campaña opositora!) es decir casi los 2/3 famosos. Y Evo llegó al 80% de aprobación con el dercreto de reforma agraria. Ahora con el cuento de
Pero, claro, los “demócratas” de la oligarquía creen que los indios y campesinos no cuentan y decidieron cambiar las reglas de la democracia por la de los 2/3. Cuando ellos hicieron las leyes, las hicieron mediante feroces dictaduras que no consultaron al pueblo. Pero ahora piden 2/3. Ellos se dicen el frente de los 2/3. Son en realidad el frente de 1/3. Ese es el apoyo popular que por ahora tienen.
Pero tienen poder económico y político. Evo Morales acaba de anunciar “una conspiración interna y externa” y que “gente con vehículos sospechosos salió de la casa de un ex general del ejército”. No nos cabe duda de que conspiran contra el pueblo boliviano. Pero lo peor está a la luz del día y es la ofensiva de los “autonomistas” del frente de 1/3. Tampoco nos cabe duda de que el imperialismo yanqui alienta a los oligarcas de Santa Cruz.
Pero ante un gobierno vacilante que en lugar de llevar adelante el mandato popular los llama a conversar, su escalada proseguirá. Ahora Evo Morales los convocó nuevamente a negociar los 2/3 y la autonomía.
Ellos convocaron la semana pasada a movilizaciones masivas en Santa Cruz adonde acusaron al gobierno de “dictadura” y están cometiendo agresiones fascistas contra indígenas de Santa Cruz. Hay constituido una “Junta Autonómica” con los 4 prefectos (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija) que se erige como un gobierno paralelo.
Como lo están reclamando organizaciones vecinales de El Alto, los mineros y campesinos, y los indígenas de Oriente, hay que derrotar a la oligarquía. Hay que hacer valer la mayoría popular imponiendo la reforma agraria y la nacionalización integral, imponiendo el funcionamiento de la Constituyente para aprobar los reclamos populares, desarmar a los grupos fascistas, dar autonomía a los indígenas (rompiendo así el argumento “autonomista” de los oligarcas que tienen terror a la autonomía indígena). Para esto la única forma efectiva es la movilización popular.
Todas las organizaciones obreras y populares latinoamericanas tienen que solidarizarse con el heroico pueblo boliviano.
*El Socialista (mlamas@elsocialista-mst.org)
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