Sí hay algo que no se puede ocultar son los hechos históricos independiente de sus interpretaciones. El título propuesto nos señala, "sin querer queriendo", el camino de las guerras en las cuales ha estado involucrado el imperio norteamericano como imperio. Cada uno de esos escenarios tiene su propio momento como su "razón de ser" históricos teniendo en común en la participación de la gobernanza temporal en la Casa Blanca junto a la dirigencia temporal en el Pentágono, en cada circunstancia bélica. Cabría preguntarse cuál es la justificación de esa "necesaria participación bélica" sí es por ser imperio, como concepto histórico, sea bien por ser un escenario consecuencial-histórico que viene "adscrito" con la temporalidad al propio sistema capitalista.
Responsable y objetivamente nos permitimos precisar que la "Guerra en Corea" fue consecuencia inevitable del capitalismo mundial de la post-guerra por el triunfo de Mao Zedong y del Partido Comunista Chino en aquel 1° de octubre de 1949. El escenario circunstancial, justificado y circundante, al espacio geográfico del este del continente asiático, fue la derrota del Imperio japonés en la "Segunda Guerra Mundial en el Pacífico" con la consecuente ocupación y transformación constitucional para el Japón impuesta por EEUU de Norteamérica convirtiéndolo en una semi-colonia (Benedict, R. "El crisantemo y la espada"; Asomura, Tomolo. "Historia política y diplomática del Japón moderno"; Needham, J. "Dentro de los Cuatro Mares. El diálogo entre Oriente y Occidente").
La "Guerra en Vietnam" para Washington era una necesidad geoestratégica con miras al control geopolítico de lo que la Casa Blanca denominó, hasta reciente fecha, como la "Región de Asia-Pacífico". Consideramos que esa añoranza de los EEUU de Norteamérica de "ser la potencia occidental en Asia" la podríamos titular como el "complejo imperial heredado del siglo XIX" cuando las potencias testadas europeas se apoderaron del continente asiático. La actual denominación, de muy reciente fecha, ha sido definida como la "Región Indo-Pacífico" con contenidos profundamente diferentes con la previa denominación más arriba en mención.
Afganistán es la "guerra post-moderna", es la guerra de la "Crisis del Capitalismo post-imperialista". Sí hay una guerra que se diseñó y se sustentó en una mentira es por la destrucción de las "Torres Gemelas" en su simbología. Consideramos que es más grave, en su concepción, ésta a aquella justificada por la supuesta presencia de las "armas de destrucción masiva" en Iraq que provocó su "ocupación militar" por los ejércitos del Pentágono y la OTAN.
Ucrania. En los tiempos en curso, Washington, es decir, el sector político norteamericano, probablemente, con serias diferencias de criterios en el propio seno del Pentágono (sin que ello signifique tener que adscribirle excusas) ha venido desarrollando diferentes "matrices de opinión" ("guerra ideológica") con objetivos y consecuencias reales que llevaran, obligatoriamente, a Vladimir Putin a tener que asumir las responsabilidades ejecutivas, por inevitables, sustentadas en la inequívoca realidad referida a la seguridad nacional de Rusia (Razón de Estado) lo que significó el tener que tomar como también asumir las decisiones y consecuencias geoestratégicas que iban a significar una confrontación bélica sustentada por las suscripciones, a favor de Ucrania, desde Washington y Bruselas.
Consecuencias. Mantener el discurso referido a las guerras del imperio norteamericano es tan necesario como obligante pero también es necesario y obligante dar un paso hacia adelante tratando de percibir hacia donde trata de caminar el imperio yanqui en su actual desesperación geopolítica en cuanto que es, objetivamente reflexionado, el tener que aceptar que las preocupaciones políticas y militares de los Estados Unidos de Norteamérica son reales, dramáticas y demostrables, inequívocamente.
Hace años que Rusia y China vienen acercándose en diferentes áreas de cooperación equilibrada como de mutuo beneficio donde podríamos proponer como un comienzo a ese acercamiento a cuando alcanzaron solucionar el conflicto sobre el río Amur para, posteriormente, dialogar sobre los problemas fronterizos que provocaban las mafias, rusas y chinas, durante aquellos años de la perestroika. El "salto adelante" se produjo con Vladimir Putin y las realidades internas tanto en política como en economía en China.
Los acuerdos militares y de petróleo y gas alcanzados gracias a las paciencias sino-rusa han ido configurando una nueva realidad geopolítica con profundas consecuencias geoestratégicas en el noreste del continente asiático afectando, seriamente, las realidades geoestratégicas norteamericanas en la Región del Asia-Pacífico.
Es decir que la conjunción real que conforman una unidad sino-rusa de criterios geoestratégicos tanto los referidos a los sectores de la economía como los militares concluyen, necesariamente, en un gran bloque continental de poder que obligará al resto de los países del continente asiático a tomar decisiones geoestratégicas cónsonas con la nueva geopolítica que se está conformando en ese gran espacio geográfico (Legg, S. "The barbarians of Asia". Gumilev, L.N. "La búsqueda de un reino imaginario". Swaine, M.D. "The role of Chinese military in National Security Policymaking". Mulvenon, J.C. "Professionalization of the Senior Chinese Officer Corps").
UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.