¡Llora por mi Argentina! ¡Si! Y llora de felicidad, porque cuando las lágrimas son de tanta alegría y emoción, Argentina se ha convertido en una sola nación en todo el continente, y esa inmensa celebración que se vive en Buenos Aires, Córdoba, Mar de Plata es la misma que nos une en nuestros hermosos espacios geográficos desde la Patagonia, pasando por la inmensa Amazonia, los hermosos paisajes de Centroamérica hasta la Baja California en la nación azteca, y nos imprime entre sus paisajes que las cataratas de Iguazú y el Salto Ángel destilan en sus aguas la transparencia de esas lágrimas de todo un pueblo que ama el fútbol.
Llora por mi Argentina! ¡Si! Y llora de felicidad, porque cuando las lágrimas son de tanta alegría y emoción, Argentina se ha convertido en una sola nación en todo el continente, y nos recuerda que nos une la historia de libertad de San Martín, Bolívar, Sucre, Morazán, Hidalgo e Iturbide, que es la misma historia de hazaña que Messi, Di María, Álvarez, Fernández, Mac Allistery, y el resto de la selección albiceleste lograron ante un enorme rival, y nos demuestran que pese a las adversidades y dificultades, nunca hay que rendirse y hay que seguir luchando por el triunfo, porque al final nos dicen que aunque haya habido lágrimas por sufrimientos y derrotas, estas también existen para mostrarnos los sentimientos de la hermandad, el amor y la gloria.
Llora por mi Argentina! ¡Si! Y llora de felicidad, porque cuando las lágrimas son de tanta alegría y emoción, Argentina se ha convertido en una sola nación en todo el continente, y ese blanco y ese celeste de su Bandera, son los cerúleos y el albugineo que se expande en el firmamento y se proyecta sobre nuestros ríos, mares y océanos, y nos recuerdan que esas lágrimas están llenas de pureza en cada espacio que nos rodea entre el Atlántico y el Pacífico, desde el sur hasta el norte.
Llora por mi Argentina! ¡Si! Y llora de felicidad, porque cuando las lágrimas son de tanta alegría y emoción, Argentina se ha convertido en una sola nación en todo el continente, y nos expresan que las letras de Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Octavio Paz, Mario Benedetti, José Martí, Rubén Darío, Rómulo Gallegos, Gabriel García Márquez y tantos otros, nos han llevado por el sendero de la grandeza de América Latina, esa misma Latinoamerica que hoy llorando de tanta pasión, nos dice que somos más que la pasión de El Gaucho Martín Fierro de José Hernández, porque cuando nos levantamos en identidad, esfuerzo, y sentido de lucha, y en cuya frase: "Mi gloria es vivir tan libre, como pájaro en el cielo..." es ese cielo que hoy, Argentina ha alcanzado otra vez en las páginas de la historia, y cuya hermosa realidad se confirma con tantas lágrimas de niños, mujeres y hombres.
Llora por mi Argentina! ¡Si! Y llora de felicidad, porque cuando las lágrimas son de tanta alegría y emoción, Argentina se ha convertido en una sola nación en todo el continente y cuya celebración estará enraizada en el tango, la samba, la cumbia, el joropo, la gaita, el merengue, la salsa, la trova, la ranchera y los tambores, porque al final, somos una rica cultura musical, y cuyo embriague está en ver jugar con máxima entrega a un equipo, y en cuya celebración estará el blanco, el rubio, el negro o el moreno, y cuyos rasgos distintivos sean europeos, criollos o indígenas, son la misma sangre que vierte sus lágrimas ante el triunfo de esa maravillosa selección.
Llora por mi Argentina! ¡Si! Y llora de felicidad, porque cuando las lágrimas son de tanta alegría y emoción, Argentina se ha convertido en una sola nación en todo el continente, y aunque emerjan sentimientos encontrados de dolor, frustración y hasta traiciones de quienes deberían ser los máximos exponentes del bienestar social para esa maravillosa nación y el resto de los pueblos latinoamericanos, sabemos que tenemos la fuerza, el ímpetu y la magia de volver hasta lo más alto convertidos en campeones, y donde cada lágrima nos llegará a la sima del alma y la cima del renacer ¡Llora por mi Argentina!
