Apenas iniciado el año 2023, diferentes titulares de las corporaciones mediáticas al servicio de la Casa Blanca, proyectaron al mundo que en Brasil se desarrollaba un golpe de Estado, pero no comunicaron, no indicaron que el golpe de estado en contra del presidente Lula, era dirigido por el expresidente el demente Bolsonaro, desde el Estado de la Florida. Recordemos la similitud con el asalto del Congreso de Washington en 2021, ambos acontecimientos en enero: Joe Biden electo a punto de asumir su presidencia y Lula da Silva ya iniciada la suya. En ambos casos, partidarios de presidentes salientes fracasaron: los seguidores del demente Donald Trump y como que la historia se repite
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden calificó lo sucedido de "escandaloso" y su asesor de seguridad nacional Jake Sullivan, dijo que Washington "condena cualquier intento de socavar la democracia". Nuestro apoyo a las instituciones democráticas de Brasil es inquebrantable. La democracia de Brasil no se verá sacudida por la violencia", señaló Sullivan en Twitter. Jair Bolsonaro le hiso mucho daño al pueblo Brasileño, el presidente Lula ganó las elecciones. Desde Estados Unidos a China, pasando por la Unión Europea y América Latina, numerosos países condenaron el asalto de simpatizantes del expresidente ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro al Congreso, a el Tribunal Supremo y el palacio presidencial, que algunos consideran un "intento de golpe de Estado" y "fascista", y expresaron su apoyo inquebrantable al mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
Los nuevos gobiernos progresistas de América Latina tienen millones de razones para triunfar, una por cada una de las personas de la región que hoy viven en situación de pobreza. Es decir, sin los ingresos o servicios mínimos para garantizar la satisfacción de alguna de las necesidades básicas, entre las que figuran no pasar hambre, tener un techo o que alguien los atienda cuando caen enfermos. El reto parecería demasiado ambicioso de no ser por los antecedentes. En los primeros 10 años de este siglo, América Latina ya tuvo una camada de gobiernos progresistas durante la que decenas de millones de brasileños, bolivianos y argentinos salieron de la pobreza.
La victoria del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, saludada rápidamente por la Casa Blanca, abre una nueva etapa marcada por el pragmatismo en las relaciones con Estados Unidos, con afinidades medioambientales pero también divergencias sobre las relaciones de Brasil, con China y Rusia, preocupa mucho para la Casa Blanca la presencia de Brasil, en los BRICS. Si el Gobierno de los Estados Unidos va por apartar del camino a la Felación Rusa y a China, también EE.UU, va por Lula, no es casual lo ocurrido.
La economía mundial sigue transformándose y un ejemplo de ello es lo que ha sucedido con el BRICS. Se trata del grupo de países conformado por Rusia, Brasil, India, China y Sudáfrica y representa a los países más poderosos dentro de las economías emergentes. Este conjunto fue creado en la década del 2000 porque se consideraban a estas naciones como las economías más prometedoras del momento. Por esta razón, su potencial financiero es muy grande, a tal punto que representan el 20 % de la inversión mundial y agrupan al 43 % de toda la población.
El mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro rechazó "de manera categórica la violencia generada por los grupos neofascistas de Bolsonaro que han asaltado las instituciones democráticas del Brasil" y respaldó a Lula y al pueblo brasileño, se niegan a reconocer un triunfo de la alternativa, los bolsonaristas de Brasil son émulos de los seguidores del demente Donald Trump que asaltaron el Capitolio en Washington.