La segunda venida de Donald Trump

En el segundo discurso inaugural de Trump había un fervor mesiánico que no era evidente hace ocho años. Por más oscura que fuera la diatriba de 2016 sobre la masacre estadounidense, todavía existía la sensación de que Trump era un vendedor que presentaba una visión en la que no creía del todo, pero que pensaba que necesitaba vender para legitimarse ante sus propias filas de seguidores. Principalmente, parecía sorprendido de encontrarse donde estaba. El hombre que regresó al poder esta semana parecía más severo, más seguro de cómo aprovechar su autoridad y contra quién usarla, más confiado en su propia invencibilidad. ¿Esta exhibición arrogante fue infundida por haber sobrevivido la bala que le rozó la oreja, o por sus encuentros cercanos con el encarcelamiento y el hecho de que la Corte Suprema lo ungiera con un manto de inmunidad casi divino para hacer lo que quiera por cualquier razón venal? Probablemente, todos los hechos anteriores juntos

Tres días después de jurar su cargo como presidente de EE.UU. Trump celebró su primera gran aparición internacional, aunque en forma remota, en el gran cónclave económico mundial del año, el World Economic Forum de Davos, Suiza.

Donde se mostró muy agresivo con sus socios.Su mensaje en resumen fue algo así como la política de substitución de importaciones recomendada por Raúl Prebisch que estuvo de moda en Américalatina en la década de los 60’s: "O fabrican en Estados Unidos o pagareis altos aranceles.

Trump parece creer que Estados Unidos aún es el más importante mercado del mundo. Ese rol ahora lo juega China que es el principal cliente de la Unión Europea y del Sur Global, salvo para México y Centroamérica.

Trump, también insistió en que los socios de la OTAN deberán dedicar un 5% de su PIB a la compra de armamento hecho en Estados Unidos. Algo que ya había anticipado Mark Rutte el nuevo Secretario General de la OTAN. Ambas cosas son malas noticias para una Europa que ya ha visto sus finanzas debilitadas por los aportes en dinero que ha hecho para prolongar la guerra que la OTAN libra contra Rusia en Ucrania. Si Trump sigue esas políticas en Europa no tardaron en notar que su verdadero socio natural es Rusia; quien no solo está dispuesta a compartir con el resto de Europa sus muchos recursos sino que como la única gran potencia militar europea que queda; puede también protegerla en caso de una agresión de oltre atlántica.Pues desde la victoria contra los mongoles en Kulikovo Rusia ha siempre defendido con éxito la libertad de Europa contra la imposición de tiranías que pretenden imponer tributos.



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Umberto Mazzei

Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Florencia (Italia ) y Profesor Emérito de Relaciones Económicas Internacionales del Instituto Sismondi de Ginebra (Suiza)

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