La derecha intelectual está de luto

Murió uno de los últimos del boom literario de la década de los 60, Mario Vargas Llosa. Sin lugar a dudas, su obra volcánica llegó a los confines de la literatura universal. Sus obras más sobresalientes son: - La ciudad y los perros (1963) - Conversación en La Catedral (1969) - La tía Julia y el escribidor (1977) - La fiesta del chivo (2000) Solo cito estos títulos que fueron los que tuve la oportunidad de leer en la época de bachillerato, a excepción del libro "La Fiesta del Chivo" que lo leí hasta unos 6 años. Estas obras, sin lugar a dudas, catapultaron al escritor peruano junto a otras figuras destacadas de la literatura, como Pablo Neruda, Mario Benedetti, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Ernesto Sabato y, por último, el gran Gabriel García Márquez.

Fue la época de oro de la literatura latinoamericana y, como compensación, tres premios Nobel de Literatura. Neruda, García Márquez y Vargas Llosa; no sin antes mencionar a la poeta chilena Gabriela Mistral. Más allá de la anécdota del puñetazo que el escritor peruano le propinó a Gabo en 1976 por celos, fue el puñetazo que Vargas Llosa le propinó a la Revolución Cubana y a los distintos gobiernos de izquierda latinoamericanos. Como decía un escritor mexicano: "A Vargas Llosa hay que leerlo, pero no escucharlo, hablar de política". Esta pléyade de escritores, a excepción del nobel peruano, habían cerrado filas a favor de la Revolución Cubana. Eran épocas donde los intelectuales latinoamericanos tenían que definirse política y culturalmente; era la época de la Guerra Fría, del mundo bipolar. El rock, el hipismo, el cannabis, la poesía y la literatura eran el cóctel perfecto para disentir de todo lo que fuera imperialismo.

El escritor Vargas Llosa se sale del redil de los escritores afines a la revolución y toma una postura más conservadora en su espectro ideológico, alineándose con posturas ideológicas de personajes siniestros como Margaret Thatcher, invasora de las islas Malvinas en Argentina; Ronald Reagan, financiador de la dictadura de Pinochet; y termina graduándose como amigo de las ideas del fascismo franquista español. Últimamente, fue amigo del milico brasileño Bolsonaro y del esperpento del presidente de Argentina, Milei.

Para ser honestos, los poquitos intelectuales de la derecha latinoamericana perdieron a una de sus grandes figuras y el gran escritor peruano era uno de los pocos que quedaban defendiendo a ultranza el libre mercado capitalista y las ideas conservadoras y retrógradas del chafarote Donald Trump. Nunca se pudo entender cómo Vargas Llosa se declaraba defensor de las ideas de corte liberal, cuando, por el contrario, estas son disímiles al ideal conservador que él últimamente defendía a ultransa. En el Vargas Llosa político no hubo ningún asomo de rebeldía o protesta. Él nunca reconoció que la realidad fascista en las dictaduras del Cono Sur fueron opresivas, cuyas reglas no podían ser rebatidas. Pensamiento que difiere totalmente de su obra "La fiesta del chivo".". Paz en Su tumba .

Reflexión:La decadencia de los intelectuales burgueses que se acomodan a los vaivenes del poder puede llevarlos a una etapa de ostracismo intelectual, donde pierden su capacidad crítica y su compromiso con la verdad. En este sentido, la defensa de Mario Vargas Llosa al régimen de Alberto Fujimori, un gobernante autoritario y corrupto, es un ejemplo paradigmático de cómo un intelectual puede perder su brújula moral y ética. Adenda: "Ha de ser de la vida, si el que canta, no levanta su voz en las tribunas. Por el que sufre, por el que no hay ninguna razón que lo condene a andar sin manta".



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Jhon Jairo Salinas

Dirigente Social, Promotor de Derechos Humanos, Activista del Movimiento Social por la Paz en Colombia, Poeta y Escritor.

 jjsalinas69@gmail.com

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