Hace más de un mes cuando se iniciaron los hechos de Honduras, por la reacción internacional rechazando al golpe y la actitud combativa del pueblo de ese país -que aún se mantiene- muchos llegaron a pensar que los gorilas volverían a su jaula y se restituiría el orden democrático en la patria de Morazán, en cuestión de días.
Pero también hubo incrédulos –entre quienes nos contamos- que desde el principio señalaron la ingerencia del Pentágono en tal aventura de la oligarquía hondureña, a pesar de los lagrimones de solidaridad de la Secretaria de Estado, del rechazo nutrido de discursos en la OEA y en la ONU.
Con toda seguridad, si no fuera por la consecuencia del pueblo y las organizaciones sociales hondureñas, estimuladas por la extraordinaria labor informativa de Tele Sur, ya Micheletti y su pandilla durmieran en sana paz y Zelaya no fuera sino un exilado más saltando de país en país, acumulando la solidaridad teórica de los pueblos.
Los EEUU vacilan
a Zelaya porque dicen que rechazan el golpe; pero, en la práctica,
es por el apoyo real de ellos que se mantienen los gorilas en el poder:
la OEA como la ONU, no han pasado de lo declarativo y el Gran Mediador
Arias, ahora apareció con la “gripe porcina” y suspendió su
gestión por un mes. Es decir que en este estira y encoje, al legítimo
Presidente hondureño lo cargan de invitación a invitación y a lo
mejor, logran montar unas elecciones adelantadas, para perdonar
a los golpistas, aludiendo que es la mejor manera de evitar un
derramamiento de sangre en Honduras…burlando la voluntad popular.