El Presidente Zelaya se la ha jugado. Está en Honduras, su Patria.
Aunque permanezca refugiado en la Embajada de Brasil, que jurídicamente es territorio brasilero, es obvio que atravesó medio Honduras para estar en Tegucigalpa, su capital, de donde fue sacado forzosamente el 28 de junio.
Nadie podrá ahora dudar de la calidad de líder que es José Manuel Zelaya, un hombre apacible pero firme, un hombre pacifista pero combativo.
No podía ser de otra forma ante la inmensurable lección de valentía y dignidad que el pueblo de Morazán ha dado con su resistencia tenaz.
Los fascistas usurpadores de la soberanía popular, no soportan la rabia por su propia ineptitud. Descargan, sin embargo, su odio hecho balas contra el pueblo.
La mueca que delata la cobardía de Micheletti es sólo el rostro del fascismo burgués arrogante cuando los fusiles le tienden a su paso la enrojecida alfombra de sangre inocente.
La represión desatada contra el pueblo que rodeó la Embajada de Brasil, haberle cortado a ésta el servicio eléctrico, el asesinato a mansalva de luchadores sociales, y, la concentración masiva de detenidos en un estadio deportivo, son las señales más elocuentes de que estamos ante un régimen nítidamente fascista.
Cualquier parecido con las criminales dictaduras sureñas no es mera coincidencia. Recordemos que la misma Doctrina de Seguridad Nacional con que el imperialismo adoctrinó a los militares del continente, tuvo en Honduras una sede permanente de entrenamiento y teatro operativo. Allí queda la base de Palmerola como tétrico testigo y muestra de esas prácticas asesinas.
Los militares argentinos también vinieron a Honduras a contagiar de fascismo a sus pares catrachos. Vaya combinación más letal contra los derechos humanos.
Por eso Romeo Vázquez y Micheletti han logrado conformar tan engranada estructura de poder. Nada más apreciado por una oligarquía rancia y parásita como la centroamericana, que unas fuerzas armadas brutas y ambiciosas.
A estos bichos de pezuña no les importa nada que no sea tener el poder. Para sostenerlo están dispuestos a cometer todos los delitos que haga falta. Incluso aquellos que están penados internacional e imprescriptiblemente, como los delitos de lesa humanidad en los que han incurrido esta semana.
Esa fuerza armada debe ser disuelta para que Honduras pueda avanzar. La comunidad internacional tiene que actuar contra los fascistas severamente, antes que se crezcan como pandemia por otros países del área.
La democracia sólo volverá a Honduras con Zelaya en el poder. El pueblo lo sabe y por eso se la juega con él.
Constituyente
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."
Simón Bolívar, El Libertador.
caciquenigale@yahoo.es
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