La jugada maestra de Micheleti y la CIA, ha sido dilatar y engañar. Primero le hicieron creer a Zelaya que se conformaría un Gobierno de Unidad Nacional, en el que iba a ser restituido como Presidente legítimo, al mismo tiempo que la directiva de la OEA consideraba reincorporar a Honduras al Organismo, generando expectativas positivas en la Comunidad Internacional, mientras que Micheleti sigue ganando tiempo para cumplir con el cronograma electoral del próximo 29 de noviembre, con lo cual pretende demostrar un apego irrestricto a la Constitución hondureña ; acto seguido, una vez que Micheleti da presuntas muestras de flexibilidad en su postura a la Comunidad Internacional, descarta cualquier probabilidad de que Zelaya asuma las riendas del supuesto Gobierno de Unidad, anunciando que él mismo presidirá el “Gobierno de Unidad”, que descaro!!!!!!, tratando de lavarse las manos invocando la legitimidad del Congreso Hondureño para determinar si Zelaya es restituido o no.
Como escena final se ha anunciado una probable decisión del Congreso hondureño para el 02 de diciembre para decidir de la restitución, anuncio que permite inferir que muy probablemente se acepte la restitución de Zelaya en el Poder (por supuesto luego de que se haga pública la victoria del candidato presidencial de la derecha el 29 de noviembre), con lo cual se tratará de legitimar dichos comicios electorales, generando dos escenarios probables que terminarían beneficiando a la oligarquía hondureña; el primero como es lógico Zelaya no aceptaría ser restituido para gobernar por un mes, y declinaría probablemente a su restitución, ante lo cual el Congreso declararía la vacancia absoluta de Zelaya, afirmándose que fue restituido el hilo constitucional y posteriormente una renuncia presidencial; y segundo de aceptar Zelaya su restitución daría legitimidad a los comicios del 29 de noviembre, quedando obligado por las leyes a entregar el poder a su sucesor.