El presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, intenta salir de la trampa que le tendió Estados Unidos y la dictadura imperante en su país, al rechazar ahora el acuerdo denominado Tegucigalpa-San José firmado el pasado 30 de octubre, después que el Congreso retrasa su restitución y tras el anuncio de Estados Unidos de reconocer el resultado de las elecciones del próximo 29 de noviembre aunque para entonces continúe imperando la ruptura del orden constitucional.
El pasado sábado 14 de noviembre, Manuel Zelaya envió una carta al presidente norteamericano Barack Obama, donde detalla las negociaciones realizadas a todo nivel desde su destitución, detención y expulsión del país tras el golpe de Estado del 28 de junio pasado, y le recuerda su anunciado compromiso con la democracia, y la promesa de un nuevo tipo de relaciones con América Latina, ofrecida en la Cumbre de las Américas celebrada en Trinidad y Tobago a principios de este año.
En la misiva Zelaya explica porque rechaza ahora el acuerdo que aceptó el pasado 30 de octubre, y revela su decepción por el nuevo cambio de la política exterior norteamericana sobre el proceso hondureño.
Como ya muchos analistas advertían antes, la dictadura hondureña, encabezada por Roberto Micheletti, nuevo vicepresidente de la Internacional Liberal, entró en el proceso de negociación sólo para darle largas al asunto e imponer el candidato a presidente que resulte de las limitadas elecciones nacionales del próximo 29 de noviembre.
La dictadura hondureña ha aceptado negociar en cada instancia mediadora presentada a los pocos días del golpe de Estado, y siempre ha logrado evitar comprometerse a un acuerdo o cumplir con la parte que le toca. El acuerdo último, impulsado decididamente por Estados Unidos, y rubricado el 30 de octubre, preveía la conformación de un gobierno de unidad nacional y la restitución de Manuel Zelaya a la presidencia para cumplir el mandato que caduca en enero próximo. La trampa del acuerdo establecía que la restitución de Zelaya debía ser resuelta por el Congreso, la Asamblea Nacional, la misma que había avalado el golpe de Estado al destituirlo después de su expulsión del país.
Una vez llegado a ese acuerdo, la Asamblea Nacional dio largas a la discusión parlamentaria de la restitución de Zelaya, argumentando que ese órgano legislativo está en receso y que sus diputados están inmersos en la campaña electoral.
De esta manera, por la vía de los hechos, la dictadura pretende llegar a las elecciones, dentro de una semana, dejando a Zelaya encerrado en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde permanece alojado desde el 21 de septiembre pasado. No sería nada extraño que el presidente electo en esta farsa de elecciones libres, hasta indulte o convoque a Zelaya al traspaso de la cinta presidencial para legitimar su gobierno.
Zelaya rechaza el acuerdo
El mandatario constitucional anunció que el acuerdo del 30 de octubre ha quedado nulo al no cumplir la dictadura con sus compromisos. Zelaya tuvo que explicar que su rechazo al acuerdo no significa un abandono de su cargo. "Mi período presidencial termina el 27 de enero de 2010", señaló Zelaya en una entrevista para la estación hondureña Radio Globo. Afirmó que ni el Congreso Nacional ni la Corte Suprema de Justicia lo pueden sacar del mando, y que esos poderes del Estado le levantaron falsos juicios para justificar su derrocamiento y después designar a Roberto Micheletti como presidente de facto.
El mandatario constitucional indicó que la carta que envió al presidente de EE.UU., Barack Obama, en la que le dice que no aceptará "ningún acuerdo de retorno a la presidencia para encubrir el golpe de Estado", la realizó en su calidad de presidente de Honduras, y explicó que no ha renunciado al poder y criticó al actual gobierno de Estados Unidos a cuyos miembros dijo que "no son descendientes de (Abraham) Lincoln". "Como Presidente no voy a hacer ningún acuerdo. Yo renuncio a seguir hablando con el señor Micheletti, renuncio a seguir aceptando este diálogo falso, mentiroso, que (para) lo único que ha servido es para fortalecer al régimen y para debilitar a los Estados Unidos, que fue el que se debilitó", subrayó. "Cuando está cambiando Panamá, por ejemplo, es por instrucciones de ellos mismos" (Estados Unidos), subrayó Zelaya al referirse a la decisión del gobierno panameño que reconocerá las elecciones hondureñas del 29 de noviembre próximo.
El presidente legítimo de Honduras aseguró en su misiva dirigida a Obama que era "una disposición firme de no aceptar ya ninguna restitución que humille al pueblo hondureño ocultando la ilegalidad en que vivimos y la represión militar a que está sometido el pueblo más humilde", expresó.
Cambio de postura de EE.UU.
El senador demócrata estadounidense, John Kerry, consideró que el acuerdo del 30 de octubre fracasó por el abrupto cambio de postura de la Casa Blanca frente a Honduras, al anunciar que avalaría los comicios, independientemente de si Zelaya era restituido o no. "Reconocer las elecciones aún cuando el régimen de facto no cumpla con sus compromisos causó el fracaso del acuerdo que el propio Departamento de Estado ayudó a negociar", dijo John Kerry, jefe de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
Diferentes gobiernos latinoamericanos, la Organización de Naciones Unidas (ONU), el Grupo de Río y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) anunciaron que continuarán con su postura de no avalar el proceso si no es restituido el orden institucional. Además, más de 240 académicos de universidades estadounidenses enviaron una carta al presidente Barack Obama, en la que le piden no aceptar los comicios, si antes no se repone a Manuel Zelaya.
Denuncia la misiva que Honduras se encuentra al borde de un precipicio porque el régimen de Roberto Micheletti pretende seguir adelante con la campaña para legitimar su gobierno ilegal e inconstitucional. "Con su disposición de reconocer estas elecciones, Estados Unidos va a contracorriente y en la dirección opuesta a la del resto del continente", advierten los expertos.
Zelaya denuncia retorno al pasado
Al mismo tiempo de enviar su carta al presidente Obama, el presidente constitucional de Honduras acusó al gobierno de los Estados Unidos de regresar a antiguas tácticas del pasado, cuando apoyaba abiertamente a los golpes militares en América Latina.
Dejando de lado el lenguaje diplomático, Zelaya criticó al papel desempeñado por Estados Unidos en la crisis desatada por el golpe de Estado en Honduras, al tiempo que aseguró que son cada vez más evidentes las pruebas de complicidad de EE.UU. para consolidar al régimen de facto. Parte de los hechos que prueban las acusaciones de Zelaya, son por ejemplo las múltiples reuniones que a lo largo de los últimos cuatro meses se han sostenido con las principales autoridades norteamericanas, que en público afirmaron defender la restitución de Zelaya en su cargo.
No obstante, funcionarios del Departamento de Estado en sus últimas declaraciones han puesto el énfasis en la celebración de las elecciones del próximo día 29, rechazadas por los sectores antigolpistas de Honduras. “Nos han dejado a la mitad del río diciendo ahora que su prioridad son las elecciones y no la restitución de la democracia”, dijo Zelaya a la emisora costarricense ADN Radio.
“El presidente Barack Obama nos ofreció en Trinidad y Tobago a todos los presidentes de América que él era el futuro, que íbamos a ver un Estados Unidos diferente”, recordó Zelaya. “Pero hoy -subrayó- han dejado de ser el futuro para ser el pasado nuevamente, el de los golpes de Estado, de las elecciones impuestas, de los fraudes electorales”, insistió Zelaya.
El Frente de Resistencia rechaza los comicios
El Frente Nacional contra el golpe de Estado, que lidera la resistencia popular contra el gobierno de facto, en su último comunicado condenó el intento de Estados Unidos de legitimar la asonada militar mediante los comicios.
Denunciamos la actitud cómplice del gobierno de Estados Unidos que maniobró para dilatar la crisis y ahora muestra su verdadera intención de validar el régimen golpista, afirmó en el texto. Apunta que el interés real de Washington es “asegurar que el siguiente gobierno sea dócil a los intereses de las compañías transnacionales y su proyecto de control regional”.
El Frente, una alianza de los sectores populares y partidos antigolpistas, anunció que desconocerá los resultados de los comicios, al considerarlos una farsa para asegurar la continuidad del poder de la oligarquía.
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Carta del presidente Zelaya a Barack Obama
La siguiente es la carta a la cual hace referencia el artículo de nuestro colaborador Ernesto Tamara, que Barómetro Internacional considera un documento histórico importante, que debemos publicar.
Presidencia de la Republica
Estimado Presidente Obama:
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Cuando nos reunimos por primera vez el 8 de julio con la Secretaria de Estado Clinton después del Golpe de Estado se dejo claro ante mi y ante el mundo la posición de la administración Obama de condenar el Golpe de Estado, desconocer sus autoridades y exigir el retorno del estado de derecho con la restitución al cargo del Presidente electo por el pueblo.
La posición oficial de su gobierno y sus representantes que patrocinaron y firmaron las resoluciones de la ONU, OEA. En el que el tercer punto exige mi restitución inmediata y segura. A partir del 28 de junio de 2009 mi secuestro por los militares y destierro a Costa Rica. El Congreso de la República emitió un decreto ilegal donde ordena "Separar al ciudadano José Manuel Zelaya del cargo de Presidente Constitucional de la República" sin facultades constitucionales para hacerlo, y sin el debido procesos sin ser citado a ningún juicio.
Desde la primera reunión con la secretaria Hillary Clinton me propusieron la mediación del Presidente de Costa Rica Oscar Arias a pesar de que considero que es contraproducente dialogar con personas que tienen un arma en sus manos, acepte considerando el auspicio de EE.UU. y de la comunidad internacional.
En un comunicado de fecha 04 de septiembre del presente año la Secretaria de Estado Hillary Clinton expresaba a lo siguiente: ''La conclusión positiva del proceso iniciado por Arias sería la base adecuada para proceder con una elección legítima''. De todos es conocido que el Régimen de Facto sin la visita a Honduras del sub. Secretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, Daniel Restrepo y Craig Kelly no hubieran firmado el Acuerdo. Todos sabemos por que se rompió el acuerdo, Tegucigalpa – San José.
La propia Presidente Oscar Arias en aras de la verdad declaro que:
"Micheletti nunca tuvo voluntad de colaborar y que por el contrario se estaba burlando de la comunidad internacional y sólo buscaba dilatar el tiempo para nunca entregar el poder a quien corresponde". El Ex Presidente Ricardo Lagos, miembro prominente de la Comisión Internacional de Verificación en sus declaraciones confirmo esto, al manifestar: "El Señor Micheletti lo rompió", '' Micheletti hizo cosas que no debía haber hecho como decir 'yo formare un gobierno de unidad sin Zelaya" lo que hizo fracasar este acuerdo negociado.
El propio día en que se instalaba en Tegucigalpa la Comisión de Verificación, del acuerdo sorprendieron las declaraciones, de funcionarios del Departamento de Estado donde modifican su posición e interpretan el acuerdo unilateralmente con las declaraciones siguientes "…las elecciones serían reconocidas por Estados Unidos con o sin restitución…"; El régimen de facto celebro este cambio y utilizaron estas declaraciones para sus objetivos, e inmediatamente terminaron por incumplir y violar el Acuerdo.
Por lo anteriormente expuesto nos manifestamos de la siguiente manera:
Que el Acuerdo Tegucigalpa-San José queda sin valor ni efecto por incumplimiento unilateral del gobierno de facto. Este fue concebido para implementarse en forma integral y simultánea; pues no se contemplaron como doce acuerdos separados, fue un solo acuerdo con doce puntos el cual tenía un solo propósito, restaurar el orden democrático y la paz social, y con esto se revirtiera el golpe de estado, lo que implica el seguro retorno del Presidente de República elegido legítimamente por voto popular. Y con esto, propiciar un clima de reconciliación nacional y un siguiente proceso electoral constitucional, limpio, con garantías de participación igualitaria y libre para todos los ciudadanos de Honduras.
Que las próximas elecciones se debían desarrollar en un marco de legalidad y respaldo internacional especialmente de la OEA y NNUU y que fuera de esas condiciones políticas y de derechos ciudadanos mínimos para garantizar un resultado apegado a la libertad y a la transparencia. En esto, quiero anotar que la nueva posición de los funcionarios del Gobierno de los Estados Unidos esquiva el objetivo inicial del diálogo de San José, relegando un acuerdo con el Gobierno legítimamente reconocido hacia un segundo plano, y tratando de trasladar este acuerdo hacia un nuevo proceso electoral sin importar las condiciones en que se desarrolle. Entre otras, con recursos públicos están siendo autorizados por funcionarios públicos no reconocidos legalmente e imputados a un documento de Presupuesto que no ha sido autorizado por Presidente legítimamente reconocido.
En estas condiciones, este proceso, y por lo tanto sus resultados serán sujetos de impugnación y no reconocimiento; lo cual pone en grave riesgo la estabilidad futura de las relaciones entre Honduras y el resto de naciones que reconozcan sus resultados.
Como lo ha señalado el Secretario General de la OEA José Miguel Insulza, no existe un ambiente político, para elecciones, como lo ha observado y apuntado la Congresista Norteamericana Jane Sharkorky en su visita a Honduras, se observa un ambiente comprobado de violación a los derechos humanos en Honduras.
El 6 de noviembre pasado, hemos comunicado nuestra negativa a continuar con el dialogo falso, y por lo tanto al expirarse el plazo el texto constituye letra muerta que pierde vigencia, porque un acuerdo se cumple en tiempo y forma, la violación de este por el régimen de facto es para nosotros la condición que determina que el acuerdo dejo de existir.
Indudablemente se perdió tiempo precioso en este intento fallido.
La elección presidencial esta actualmente prevista para la última semana de noviembre. En este caso, como Presidente Constitucional de Honduras, y como ciudadano que representa y fue elegido por voto democrático del pueblo de Honduras, me veo en la obligación de informar que bajo estas condiciones no podemos respaldarla y procederemos a impugnarlo legalmente en nombre de millares de hondureños y de cientos de candidatos que sienten que esta competencia es desigual y no se presentan las condiciones de participación en libertad.
En Honduras por la represión a que hoy está sometido el pueblo Hondureño, donde no se respeta ni la mas alta autoridad el Presidente ,de la republica donde no se considerado que en tres años logre los mejores indicadores económicos y la mas grande reducción de la pobreza de los 28 años de vida democrática ,donde fui derrocado por la fuerza de las armas, nunca fui sometido a un juicio ni al proceso debido y tengo hoy 24 acusaciones y ordenes de captura por narcotráfico corrupción y terrorismo entre otros, y donde la mayor parte de los Ministros de mi gabinete son objeto de persecución política y se encuentran huyendo del régimen en diferentes partes de América.
3500 personas detenidas en cien días, mas de 600 personas heridas y golpeadas en los hospitales, mas de un centenar de asesinatos y una incontable cantidad de personas sometidas a torturas cometidas contra ciudadanos que se atreven a oponerse y manifestar sus ideas, de libertad y justicia, en manifestaciones pacificas, todo esto convierten las elecciones de noviembre en un ejercicio anti-democrático por estado de ilegitimidad, por la incertidumbre y la intimidación militar, para grandes sectores de nuestro pueblo.
Realizar elecciones, en las que el Presidente electo por el pueblo de Honduras, a quien reconoce su Gobierno y la Comunidad Internacional, está prisionero, rodeado por militares en la sede diplomática de Brasil, y un Presidente de Facto, que impusieron los militares, rodeado por los poderosos en el palacio de gobierno, será una vergüenza histórica para Honduras y una infamia para los pueblos Democráticos de América.
Este proceso electoral es ilegal porque oculta el golpe de estado militar, y el estado de facto en que vive Honduras no brinda garantías de igualdad y libertad en la participación ciudadana, a todos los hondureños, es una maniobra electoral antidemocrática repudiada por grandes sectores del pueblo para encubrir los autores materiales e intelectuales del Golpe de Estado.
Las Elecciones son un proceso no son solo un día donde se va elegir, es un debate, es exposición de ideas es igualdad de oportunidades.
En mi condición de Presidente electo por el pueblo hondureño, reafirmo mi decisión que a partir de esta fecha cualquiera que fuera el caso, YO NO ACEPTO, ningún acuerdo de retorno a la presidencia, para encubrir el golpe de estado, que sabemos que tiene un impacto directo por la represión militar sobre los derechos humanos de las habitantes de nuestro país.
Sr. Presidente.
En la Cumbre de Países del Continente Americano celebrada en Trinidad y Tobago a principios de este año, donde estuve presente Usted manifestó
"Que dejáramos de acusar a Estados Unidos por lo que hizo en el pasado en el continente y que viéramos hacia el futuro". El futuro que hoy nos muestran al alterar su posición en el caso de Honduras y favorecer así la intervención abusiva de las castas militares en la vida cívica de nuestro Estado, (causa histórica del atraso y estancamiento de nuestros países en el siglo XX) No es mas que el ocaso de la libertad y un desprecio a la dignidad humana, es una nueva guerra contra los procesos de reformas sociales y democráticas tan necesarios en Honduras.
Presidente Obama.
Cada vez que se derroca un Gobierno legítimamente electo en América la violencia y el terrorismo nos gana una batalla y la Democracia sufre una derrota.
Todavía Nos resistimos a creer que este golpe de estado militar en ejecución en Honduras, es ya el nuevo, terrorismo de estado del siglo XXI. Y será el futuro para América latina que nos hablo en Trinidad y Tobago
Estamos firmes decididos a luchar por nuestra democracia sin ocultar la verdad y cuando un pueblo se decide a luchar pacíficamente por sus ideas, no hay arma, no hay ejército ni maniobra capaz de detenerlo.
En espera de su pronta respuesta, le reitero mi más alta consideración,
José Manuel Zelaya Rosales
Presidente de Honduras