21-06-22.-Varios miles de indígenas de Ecuador llegaron el lunes a Quito en el octavo día de protestas contra el gobierno del conservador Guillermo Lasso, cuyo manejo de la situación fue tildado de "errático" por parte del Legislativo.
Con 81 de los 137 votos, el Legislativo -en el que el partido indígena Pachakutik es la segunda fuerza- aprobó una resolución en la que exige al gobierno una propuesta "seria, clara y honesta" de diálogo. Además, llamó a una mesa de trabajo a organismos como la ONU, la Cruz Roja, universidades y la Iglesia católica para proponer mecanismos de solución.
Tras la llegada de la marcha a la capital, Lasso amplió el estado de excepción que desde el sábado estaba vigente en las provincias de Pichincha (cuya capital es Quito), Cotopaxi e Imbabura, a las andinas Chimborazo y Tungurahua, y la amazónica Pastaza.
"Con esta decisión se precautela el bienestar de la ciudadanía frente a la violencia. A la vez se tutelan los derechos de quienes se manifiesten pacíficamente", señaló la casa de gobierno a través de su secretaría de Comunicación.
A pie, en motocicletas y en abarrotados camiones, los aborígenes iniciaron una marcha pacífica desde el sector de Cutuglagua, en la entrada sur de la capital. Al final se concentraron en universidades que sirven de albergue en el norte de la ciudad, de tres millones de habitantes.
Algunos cientos de indígenas también entraron por el norte. En la costera Guayaquil (suroeste) se registraros dos marchas multitudinarias: una por la paz y otra en contra el gobierno.
La opositora Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), que participó en revueltas que derrocaron a tres mandatarios entre 1997 y 2005, impulsa desde hace una semana marchas en Quito y otras ciudades, y bloqueos de rutas para reclamar al Ejecutivo una rebaja de precios de combustibles.
El galón de diésel subió un 90% (a 1,90 dólares) y el de gasolina corriente en 46% (a 2,55) en casi un año. Desde octubre pasado los precios están congelados por la presión social.
La Conaie, liderada por Leonidas Iza desde 2021, reclama rebajarlos a 1,50 y 2,10 dólares, respectivamente.
En una semana, las manifestaciones han dejado 63 agentes heridos y otros 21 retenidos y liberados, según la Policía.
La Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos reportó a su vez 79 detenidos, 55 civiles heridos.
Además, la policía informó que tres personas cayeron a una quebrada en Quito y una de ellas, un joven de 22 años, falleció. No obstante, destacó que estos casos "no tienen nada que ver con las actividades de mantenimiento del orden" y que son "accidentales".
Lasso acusó este lunes al movimiento indígena de tener la intención de poner fin a su gobierno, que inició en mayo de 2021.
"Hemos tendido la mano, hemos llamado al diálogo, pero ellos no quieren la paz, ellos buscan el caos, quieren botar al presidente", declaró el gobernante en un video divulgado en su cuenta en Twitter.
Para aceptar conversar, los indígenas, que representan más de un millón de los 17,7 millones de ecuatorianos, piden que el gobernante atienda un pliego de 10 demandas.
La lista incluye también una moratoria para el pago de deudas de campesinos con la banca, el control de precios agrícolas, más empleo, la suspensión de concesiones mineras en territorios indígenas y más presupuesto para salud, educación y seguridad.
Pero Lasso ha enfatizado que la rebaja de los combustibles no es negociable.
En la caravana, que ocupó los dos carriles de una gran avenida, iban hombres y mujeres con niños en brazos. Unos llevaban banderas de Ecuador y otros palos y escudos de madera y metal.
"Somos pueblo y tenemos que estar aquí hasta las últimas consecuencias", dijo a la AFP Víctor Taday, un indígena de 50 años de la provincia de Chimborazo (sur) y que vive en Quito.
Su deseo es que Lasso, un exbanquero de derecha, "se vaya".
La universidad Salesiana, en el norte de la capital, decidió el lunes "abrir las puertas" de sus instalaciones como "zona de paz y acogida humanitaria" para los indígenas y llamó "a deponer acciones y actitudes que interfieran o alteren los procesos de diálogo y la búsqueda de soluciones".
Tradicionalmente, los indígenas se alojaban en la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), también en el norte, pero la víspera la entidad fue ocupada por la Policía, que la requisó.
Allí se instaló personal de la Unidad de Mantenimiento del Orden "ante las amenazas de grupos sociales que usan como forma de protesta la violencia", dijo la institución policial.