‘¿Nos odiarán?’: viajeros de Estados Unidos temen ser rechazados en el extranjero

Turistas estadounidenses temerosos de viajar por medidas de Trump

Turistas estadounidenses temerosos de viajar por medidas de Trump

Credito: Agencias

Cuando Franck Verhaeghe y dos amigos planearon un viaje a Ciudad de México en marzo, no solo decidieron dónde se alojarían y qué museos visitarían, sino también el idioma que hablarían: francés. "No es que piense que es inseguro para los estadounidenses", dijo Verhaeghe, de 65 años, quien vive en California, pero "me imagino que la gente de allí no está muy contenta con nosotros. Así que mis amigos y yo decidimos que en este viaje nos limitaríamos a hablarnos en francés".

A los dos meses de su segundo mandato, el presidente Donald Trump ha desatado el pánico en Europa por el posible colapso de las alianzas; ha inspirado boicots a los productos estadounidenses en Canadá; ha aumentado las tensiones entre Dinamarca y Groenlandia por la independencia de la isla; y ha provocado protestas en Estambul y Panamá por la posibilidad de una expansión territorial estadounidense.

Además, sus propuestas también están haciendo que algunos estadounidenses reconsideren sus planes de viaje.

Un ansioso viajero estadounidense que planeaba un viaje a Francia pidió a los participantes en un foro sobre Europa de de la página de Rick Steves que le explicaran cómo estaban respondiendo los franceses a los cambios de la política exterior estadounidense. Arriba, el Obelisco de Luxor y la Torre Eiffel en París.Credit...Ludovic Marin/Agence France-Presse — Getty Images

Ajustes de comportamiento

Desde la toma de posesión, algunas agencias están notando un descenso en las ventas de viajes internacionales de los estadounidenses. Los operadores turísticos están recibiendo consultas de clientes preocupados por cómo serán recibidos en el extranjero. La empresa de gestión de riesgos Global Rescue realizó una encuesta reciente según la cual el 72 por ciento de los viajeros estadounidenses "experimentados" esperaban que, en general, los estadounidenses fueran menos bienvenidos en el extranjero este año.

El nerviosismo no parece haberse traducido en cancelaciones generalizadas, pero las redes sociales y los foros de viajes están llenos de estadounidenses que se preguntan: "¿Nos odiarán?".

Christine Bauer, una jubilada de New Hampshire que está planeando un viaje a Francia, pidió a los viajeros de un foro sobre Europa información sobre cómo estaban respondiendo los franceses a los cambios en la política exterior estadounidense. Unos días después, se preocupó más cuando "Trump y Musk empezaron a insultar a la OTAN y a los países aliados". Ella y su marido no han hecho ningún cambio "al menos por ahora", pero tienen "la esperanza de que los viajes no se vuelvan más inseguros".

Vicci Jaffe, de 68 años, tiene dudas sobre una excursión a Berlín que quiere hacer este otoño. Su preocupación no solo se debe al auge de la extrema derecha en Alemania, sino también a los cambios políticos en su país. "¿Cómo me verán cuando esté en Berlín?", dijo. "Como mínimo, me siento avergonzada, pero ahora también temo represalias o violencia".

Algunas personas, incluido Verhaeghe, que viaja a México utilizando su segundo pasaporte europeo, están adaptando su comportamiento. Cheryl Carlson, de 63 años, educadora de Chicago, planea revelar su nacionalidad con antelación a los propietarios de los alojamientos en los que ella y su marido se quedarán durante un viaje a Canadá "para asegurarse de que nuestra presencia no provoque que un pequeño negocio se sienta incómodo al alojarnos". Peter Serkian, de 60 años, quien viaja a Canadá dos veces al mes desde Farmington Hills, Míchigan, paga en dólares canadienses, no en dólares estadounidenses. "Intento ocultar que soy estadounidense", dijo.

Sentirse asustado

Estas medidas son preventivas; ninguna de las personas entrevistadas para este artículo ha experimentado realmente un sentimiento antiestadounidense. Pero el nerviosismo está pasando factura. Cameron Hewitt, director editorial y de contenidos de la página de Rick Steves, ha observado un descenso en las ventas de guías turísticas, "literalmente a partir del día de la inauguración", dijo.

Lisa Wirth, propietaria de Ataxito, que ofrece viajes a Oaxaca, México, dijo que algunos clientes potenciales se han asustado. "Tuvimos varios viajeros estadounidenses que en febrero decidieron cancelar nuestro viaje de una semana de duración por diversas razones como que los compañeros de viaje con los que habían planeado viajar se desanimaron debido a la preocupación por la seguridad en México, o bien porque el gobierno actual y su ansiedad al respecto les hicieron suspender cualquier decisión de viaje a corto plazo", dijo. Otros lo pospusieron por "preocupaciones relativas a la inflación y la pérdida de empleos".

Jack Ezon, fundador de Embark Beyond, una empresa de viajes de lujo con sede en Nueva York, tuvo un cliente que canceló un viaje a México. "Iban a celebrar un cumpleaños y habían reservado todo el hotel", dijo. "Pero fue justo después de todo el asunto de los aranceles, y su equipo de seguridad dijo: ‘No vayan, hay un sentimiento antiestadounidense, va a ser demasiado peligroso’".

Ese temor no se ha visto confirmado por la experiencia de otros clientes, dijo Ezon, quien añadió que las reservas a México han repuntado. Y las ventas a Europa están en auge. "Desde la covid, la recuperación de la crisis es mucho más rápida", dijo.

Es difícil precisar la causa del malestar de los viajeros. Los accidentes aéreos, los aranceles y la inestabilidad del mercado bursátil han contribuido, dijo Jeff Roy, vicepresidente ejecutivo de la empresa de viajes Collete. "Llevamos cuatro o cinco semanas un poco por detrás de lo que producíamos el año pasado por estas fechas", dijo Roy. "Hay tantas cosas ahora mismo, que en realidad es difícil saber exactamente qué está causando el cambio".

Lo que Roy describe como "leve inquietud" se está manifestando más en llamadas nerviosas que en cancelaciones. Y como muchas reservas se hacen con mucha antelación, no está demasiado preocupado por este año. Si continúa la incertidumbre, dijo, "no sé qué pasará en 2026″.

El interés del presidente Trump por adquirir Groenlandia ha provocado un aumento del interés turístico. Arriba, lIlulissat, Groenlandia.Credit...Carsten Snejbjerg para The New York Times

Interés inesperado

Algunos destinos han experimentado un mayor interés desde que Trump asumió el cargo. Después de que dijera que quería que Estados Unidos "comprara" Groenlandia —uno de los 52 lugares a los que debes ir en 2025 según las recomendaciones de The New York Times—, la autoridad turística de Groenlandia dijo que estaba observando indicios de "gran curiosidad por el destino".

La nueva atención ha tenido un efecto similar en Panamá, luego de la polémica desatada por Trump cuando ha dicho que quiere que Estados Unidos recupere el canal de ese país. Carlos Iván Espinosa, propietario de Panamá canal Tours, dijo que su empresa ha experimentado un aumento significativo de las reservas por parte de turistas estadounidenses. "Las declaraciones del presidente Trump", dijo, "están despertando curiosidad".

Eso no quiere decir que no haya habido protestas contra la retórica estadounidense, sobre todo en Canadá, donde los ciudadanos se han opuesto a los aranceles de Trump, así como a su deseo expreso de convertir al país en "el estado 51".

Pero esas protestas no se dirigen contra individuos estadounidenses, dijo Donna Salter, periodista jubilada de Vancouver. Ella, como muchos canadienses, ha renunciado a viajar a Estados Unidos mientras dure este gobierno, pero da la bienvenida a los estadounidenses. "Amamos a los estadounidenses y también amamos el dólar estadounidense, sobre todo ahora", dijo Salter.

No todos los extranjeros son receptivos. Un usuario de TikTok en Escocia dijo a los "turistas MAGA" que no son bienvenidos, y un granjero de la isla danesa de Bornholm rescindió un acuerd que tenía con una agencia de viajes estadounidense para recibir a turistas en su casa para tomar café y charlar. "Me sentiría ridículo si tuviera que hablar de democracia con representantes de un gobierno así", declaró Knud Andersen, el agricultor, a la emisora danesa DR.

En un viaje a Italia, Rebecca Andersons, de California, y su familia tuvieron un taxista cuyas críticas a la política estadounidense empezaban con Ronald Reagan y terminaban con Trump. Andersons le dijo que eran "demasiado jóvenes para votar por Reagan y que en realidad somos californianos que votaron por Harris". Aparentemente perdonados, más tarde cantaron junto con el conductor la canción "Volare".

Otros estadounidenses están adoptando tácticas destinadas a desviar las críticas, como responder a la pregunta "¿De dónde eres?" con el nombre de su estado. Sue Rook Nichols, de California, encargó en Etsy unos botones en los que se leía: "Yo no voté por él". Piensa ponérselos en un viaje a Europa.

Es posible que la táctica no sea necesaria. Mariana Hamman, propietaria de una agencia de viajes en México, dijo que ninguno de sus colegas había experimentado un sentimiento antiestadounidense. A veces se ven pintadas del tipo "Vete a casa, gringo", dijo. "Pero eso tiene que ver con el turismo excesivo, no con la política".

Cuando David Rojas-Klein, de California, viajó a México recientemente, su expectativa de que "vería algo antiestadounidense" nunca se materializó. "Lo que aprendí fue que la gente distingue entre el pueblo estadounidense y el gobierno estadounidense".

El temor a que la gente de otros países los equipare con las acciones de sus políticos es una ansiedad peculiarmente estadounidense, que también afloró durante la guerra del Golfo, dijo Hewitt, de la página de Rick Steves. "Si miras la historia, la mayoría de los países europeos han tenido experiencias con un gobernante del que, sobre todo en retrospectiva, no están especialmente orgullosos".

Bo Albertus, director de escuela de 57 años en Dinamarca, está de acuerdo. Administra un grupo danés de Facebook, con 89.000 miembros, dedicado a boicotear los productos estadounidenses. Pero los ciudadanos estadounidenses son bienvenidos en su país, dijo Albertus. "El pueblo danés no tiene ningún problema con los estadounidenses. Tenemos un problema con el gobierno estadounidense". Incluso un turista con una gorra de MAGA sería bien tratado, añadió, "porque en Dinamarca tenemos libertad de expresión".



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