Después de ser requisado en el Aeropuerto de Barajas, y sin denunciar ninguna queja, Miguel Henrique Otero buscó un taxi y le dijo: “A la sede del diario El Mundo, por favor”. “¿Por casualidad le van a dar un premio? Preguntó el chofer. “¿Y usted cómo lo sabe?- “Porque he llevado a varios al mismo lugar, han venido de toda América Latina y todos son directores y dueños de medios de comunicación”.
Una vez que llegó a la sede del diario El Mundo, en Madrid, el director de El Nacional fue llevado por una anfitriona que lo estaba esperando, hasta el podium donde estaba la junta directiva del medio. Allí, una vez que se habló de “la defensa de la libertad de prensa en América y en el mundo, y la libertad de prensa y la libertad de empresa, y la defensa de los derechos humanos”, se procedió a entregar los premios.
El acto estaba presidido por la ministra de Cultura de España, Ángeles González-Sinde. Y entonces el director-editor de El Nacional tomó la palabra y dijo: "Quiero reconocer en este premio el llamado de atención que han colocado en dos aspectos gravísimos que tocan al periodismo en América Latina. El primero, el tema de la impunidad, y el segundo, la construcción de un andamiaje jurídico contra los medios que está trascendiendo a otras naciones como Ecuador y Argentina”.
Mientras hablaba el director del diario que el 11 de abril de 2002, cuando participó en el golpe de Estado, tituló “la Batalla final será en Miraflores, algunas personalidades conversaban en un lado del auditorium. “¿Hasta cuándo les van a seguir dando premios a estos sudacas?”. “Es una manera de apoyarlos para ver si tumban al dictador que tienen”.
Al final vino el brindis y las declaraciones y ¿hasta cuándo soportan a ese hombre en el poder? Y las risas y las promesas de verse pronto y las llamadas: “Mañana me ponen en primera página, y con un título provocador”. Unos días antes, en Mérida, México, la Sociedad Interamericana de Prensa celebró su 66 Convención y decidió darle el Premio a la Libertad de Expresión de la SIP, al presidente de Globovisión, Guillermo Zuloaga. Fue el hijo el encargado de viajar a México y recibir el premio. Guillermo Zuloaga solicitó asilo en Estados Unidos, después de participar en un congreso en Washington, donde dijo que en Venezuela se estaban violando todos los derechos y las libertades. Y, al ver que el presidente Chávez lo llamó El Rey de los Estafadores, sacó un remitido que fue leído por su canal donde decía que no quiere ver muerto al presidente, “yo lo quiero vivo para juzgarlo por todo lo que ha hecho”. Tanto Miguel Henrique Otero como Guillermo Zuloaga se han convertido en los defensores de la democracia venezolana. Gente que quiere volver al pasado, porque saben que, como dice el lugar común: Todo tiempo pasado fue mejor”.
Y ese tiempo fue manejado por ellos. Ahora vendrán más premios. Premios que permitirán denunciar al mismo tiempo la dictadura que está gobernando Venezuela. Ahora la mayoría de los venezolanos saben que, gente como Miguel Henrique Otero, Guillermo Zuloaga, Diego Arria, Pedro Carmona Estanga, Teodoro Petkoff, es la gente que nos quiere salvar.
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