En el Capítulo 1 artículo 4 del código de ética del periodismo venezolano dice que: “El periodista tiene la verdad como norma irrenunciable, y como profesional está obligado a actuar de manera que este principio sea compartido y aceptado por todos. Ningún hecho deberá ser falseado y ningún hecho esencial deberá ser deliberadamente omitido”, por tanto el periodista en el ejercicio de su carrera se somete a este principio como compromiso que ejerce como sujeto social que informa y opina ante hechos que son de interés colectivo y que contribuyen al desarrollo integral del ciudadano (art. 1, Código de Ética del Periodismo Venezolano).
En mi entrega anterior que titulé “Informen primero y averigüen después” (http://www.aporrea.org/medios/a113131.html), destacaba que en el afán de dar la primicia sobre un hecho noticioso se sometía a la opinión pública a una especie de desinformación y manipulación que puede ser considerada terrorismo mediático.
El hecho noticioso no es más que un acontecimiento abstracto que por sí solo no dice nada, el periodista por tanto cumpliendo con su normativa y responsabilidad no puede considerarlo noticioso sin antes realizar un trabajo de investigación que permita determinar la verdad sobre dicho acontecimiento, es decir la noticia no puede ser ambigua en cuanto no se someta a la búsqueda de la verdad.
La semana pasada se intentó vincular al Diputado al Parlamento Latinoamericano por el PSUV y ex Ministro de Finanzas Rodrigo Cabezas con el narcotraficante Walid Makled, mediante una foto producto de un montaje que circulaba por la web, tan es la gravedad del asunto que expertos en el área de diseño y fotografía de la oposición reconocen que dicha imagen es un montaje descarado.
Ahora ¿quién da la noticia?, la respuesta está en Globovisión mediante el programa Buenas Noches que dirige Karla Angola, Kico Bautista y Roland Carreño, que permanentemente atentando contra la ética del periodismo difaman, manipulan y degradan el ejercicio profesional de la información.
El periodista en su tarea debe estar consiente que tiene una responsabilidad moral y ética con la verdad, cualquier hecho debe ser investigado con profesionalismo para informar de forma precisa sobre un asunto en cuestión. No podemos confundir la libertad de expresión que tiene cualquier ciudadano de asumir una posición propia con el derecho a estar bien informados.
Ante la ausencia de una oposición política los medios de comunicación privados han ejercido ese rol protagónico en contra del gobierno, lo malo no es que se opongan a la revolución Bolivariana lo malo es utilizar la opinión pública como un laboratorio ideológico que defiende los intereses burgueses de las clases pudientes.
Ahora no planteo este caso porque crea en la neutralidad de la proporción de la información mucho menos cuando quien la ejerce se somete a su propia subjetividad, sino por considerar que quien maneja información que le llega a miles quizás millones de personas posee un compromiso con la verdad, por tanto esa subjetividad debe ser crítica y responsable en la búsqueda de la veracidad de la noticia.
“La razón es la cosa mejor distribuida que existe”. Descartes
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