Durante los años que hemos ido avanzando en la construcción del socialismo bolivariano, han sido recurrentes los llamados de atención respecto a la importancia de la dimensión comunicacional en la lucha, a las denuncias sobre los abusos en el ejercicio mediático y en el uso del espectro radioeléctrico, a la experiencia en el área mediática de algunos de quienes se oponen al proceso político en construcción y en general, a una denuncia de lo que algunos definen como Guerra de IV Generación.
A pesar de todas estas advertencias y los aprendizajes que forzosamente habrían quedado, los detractores del proceso de cambios continúan haciendo de lo mediático una plataforma ideal para la desestabilización contra el Gobierno Nacional, sin importarles que en el intento atropellen no sólo las nociones más elementales del periodismo, sino hasta la moral y la dignidad. De “presuntos”, “hipotéticos”, “probables” y demás adjetivos que apuñalan al verdadero periodismo se encuentran plagados muchos espacios mediáticos, pasando por alto que la principal perjudicada en este proceso es la verdad y en consecuencia, todos quienes hasta de buena fe creen informarse con ellos.
De lo señalado, lamentablemente abundan ejemplos, así que sólo referiré el más reciente y bochornoso: medios y más medios dando espacios privilegiados a las acusaciones que desde el exterior disparaba sin ton ni son un exmagistrado mientras era entrevistado por una periodista venezolana que no se molestó en exigir ninguna prueba de sus acusaciones; como el objetivo de este “periodismo” es la desestabilización, ella puede obviar ese pequeño detalle. Es que así como un periodista de fantasía no le preguntaría al Superman de fantasías por qué puede volar pues él simplemente vuela y ya, para algún “periodismo” no es necesario preguntar a un acusador en qué basa su denuncia pues éste simplemente acusa y ya. Periodismo de fantasía con implicaciones de verdad: ponzoñosa combinación donde los deseos malsanos de pocos lleva a que todos perdamos. Para ellos, una mala noticia: el Pueblo cada día es más consciente y sabe distinguir la realidad.
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