Finalmente, está planteada la cuestión fundamental de determinar hasta qué punto los medios afectos al proyecto bolivariano permiten una participación protagónica. Se debe verificar en qué proporción sirven de vehículo para los puntos de vista, los mensajes, críticas y propuestas de la colectividad. En algunos espacios se permite la intervención de las audiencias en forma de entrevistas, en otros, de llamadas telefónicas, en otros casos se convoca a una colectividad para que sus integrantes tomen la palabra en forma más o menos libre. Algunos de estos programas, como ?La lámpara de Diógenes? o los espacios abiertos para los comités de usuarios de los medios, han ido desapareciendo.
?Cómo repotenciar los medios bolivarianos?
Luis Britto García
Si el mismo Roberto Hernández Montoya, en tono de broma, admite no tener nada que decir luego de la intervención de Luis Brito García en el Foro sobre comunicación, me pregunto qué le quedará a uno que solo es un curioso de todos esos temas tan importantes para la profundización del proceso de cambios que se vienen operado en el país hace ya más de una década. Porque hay que reconocer el dominio erudito que tiene el profesor Brito sobre el tema de la comunicación en general y de la televisiva en particular, que le hacen ser una de las voces más autorizadas a la hora de discutir sobre la televisión que tenemos y la que desearíamos tener en un futuro inmediato.
Sin embargo, como venezolano preocupado por todo lo que por los medios privados y públicos vemos a diario, me atrevería a contrastar una idea que bien pudiera ser esencial en el abordaje del tema sobre los medios y cómo mejorarlos, o mejor dicho, resaltar un aspecto que en el diagnóstico de Luis Brito ?Cómo repotenciar los medios bolivarianos? publicado por este portal el 26 del mes pasado, queda, de alguna manera, diluido en el contexto y que considero que es el aspecto principal a considerar y por eso lo he colocado encabezando este artículo.
El profesor Luis Brito ha venido insistiendo en la necesidad de reducir el propósito informativo de VTV y variar la programación, considerando el carácter de entretenimiento que posee este medio, y señala la posibilidad de hacer más programas humorísticos como los de los Roberto, culturales como los micros del profesor Acosta, etc. No hay duda de que este tipo de iniciativas hay que promoverlas, incentivarlas para limpiar a la tv venezolana de tanta mediocridad, pero las medidas de este tipo son meramente administrativas y soslayan lo político, tan crucial en esta fase del proceso revolucionario.
Con un poco de voluntad de cambio e inventiva que demuestren los directivos de los canales televisivos, estaciones de radio y medios impresos de la Red de Medios Públicos se puede reorganizar los espacios para la incorporación de más y mejor talento en esas áreas específicas: humor, cultura, concursos, etc. Suficiente para darle un vuelco total a la programación, pero aún así se le estaría dando la espalda a un principio (¿oferta?) constitucionalmente establecido, fundamental de este proceso: la participación y el protagonismo de la gente.
La cuestión no es, a mi entender, limitar el tiempo de información, si no de darle cabida al pueblo para que se exprese y que se vea a través de ?sus? medios y se reconozca en ellos. Lo que hay que eliminar, además de los incert y saturación de información en la pantalla, son las cortinas que tratan de ocultar la protesta popular que sí explotan los medios privados y de derecha, lo que hay que eliminar es la presión a la que es sometido el pueblo con aquello de ?rapidito porque el tiempo en televisión??, cuando por otro lado vemos vedettes televisivas consumiendo el tiempo como les da su real gana, en aras de saciar sus veleidades y egocentrismo astronómico.
La verdadera revolución socialista está por darse, si y solo si se incorpora al pueblo venezolano para su creación, si se hace actor principal de ella, solo si se le deja asumir la responsabilidad de conducir su propio destino y no se le deje como simple espectador del proceso convocándolo y movilizándolo solo al momento de votar, tal cual ha sucedido desde tiempo atrás.
Valencia, 4 de diciembre de 2012