Durante las últimas semanas hemos asistido a distintos ataques y amenazas procedentes de sectores que se identifican como bolivarianos contra la web revolucionaria Aporrea y contra uno de sus fundadores, el camarada Gonzalo Gómez, dirigente de la corriente Marea Socialista. Desde la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR) y el periódico "El Militante" consideramos totalmente inaceptables estos ataques y los rechazamos.
Lamentablemente, lo que se está haciendo desde algunos programas de TV de medios del Estado, como "Zurda Konducta", o por parte de algunos dirigentes del movimiento bolivariano que se han pronunciado sobre el tema, no es formular críticas o plantear diferencias con las ideas o la actuación práctica de tal o cual camarada identificado con Aporrea, sino tachar como "escuálidos", "contrarrevolucionarios", "traidores", etc. a camaradas de reconocida trayectoria revolucionaria. Con solo echar un vistazo a Aporrea se ve que estos compañeros siguen claramente ubicados en el campo socialista, bolivariano y revolucionario.
Esta forma de actuar no tiene nada que ver con el legado socialista del comandante Chávez. El comandante siempre defendió el debate democrático y honesto de las diferencias dentro del movimiento revolucionario. Incluso planteó el derecho a que surgiesen corrientes, tendencias, etc. llamándonos a ejercer la crítica y la autocrítica y a plantear el debate de ideas con el fin de hacer avanzar la revolución y corregir las posibles desviaciones, fallas y deficiencias. En este sentido, Aporrea es un foro imprescindible para que este llamado del comandante no se quede en palabras y que la defensa inequívoca del proceso revolucionario y del legado socialista del comandante Chávez vaya de la mano del derecho inalienable de todos los colectivos, organizaciones o corrientes revolucionarias en lucha a explicar libremente sus posiciones, así como de todos los colectivos de trabajadores en conflicto a plantear y ver reflejadas sus demandas y reivindicaciones o sus denuncias ante cualquier desviación burocrática. Cualquier calumnia contra Aporrea (ya no digamos cualquier llamado a cerrar esta web o limitar su difusión) sería un ataque a todos los que defendemos la revolución y al legado de Chávez.
Quienes atacan, recurriendo a métodos calumniosos y burocráticos, a Gonzalo Gómez, uno de los fundadores de Aporrea, o a la propia web, "olvidan" (y parece que quieren que olvidemos todos) el papel revolucionario que han desempeñado y siguen desempeñando estos compañeros. Como medio de comunicación revolucionario, Aporrea surgió de los propios activistas populares y obreros bolivarianos en lucha contra el golpe fascista de abril de 2002 y ha tenido desde entonces un destacado papel en la lucha contra el terrorismo mediático de la derecha: durante el paro petrolero, en la batalla de Santa Inés por la ratificación del comandante Chávez y en todas las campañas electorales, dando a conocer la lucha de los trabajadores de las empresas abandonadas por los empresarios contrarrevolucionarios, finalmente expropiadas (muchas de ellas) por el propio Chávez.
Más recientemente, Aporrea ha sido uno de los pocos medios que han contado la verdad sobre luchas como la de los trabajadores de Mitsubishi (donde dos trabajadores fueron asesinados por efectivos policiales y más de 600 trabajadores despedidos por apoyar al sindicato revolucionario SINGETRAM), Toyota, SIDOR y otras muchas empresas.
Quienes difaman a Aporrea también parecen "olvidar" que centenares de miles de activistas revolucionarios en todo el mundo han encontrado en este medio información veraz y contrastada sobre la lucha de los trabajadores y el pueblo venezolano. Ello ha sido determinante para el desarrollo de la solidaridad con nuestra revolución y para desmontar la matriz de opinión que intentan crear los medios de comunicación burgueses respecto a Venezuela.
Varios de los que han atacado a Gonzalo Gómez lo han hecho escudándose en la participación de éste en un debate público en el que éste confrontó sus opiniones con fascistas y contrarrevolucionarios como María Corina Machado y otros. Cualquier militante bolivariano tiene derecho a considerar si es acertado, necesario o tácticamente conveniente acudir a un debate de este tipo y con semejantes personajes y decirlo públicamente. Sin embargo, es totalmente inaceptable tergiversar la realidad y ocultar conscientemente a las personas que siguen VTV y otros medios públicos el contenido de las intervenciones de Gonzalo Gómez en dicho debate (que consistió en defender la revolución bolivariana y el legado de Chávez y criticar a los contrarrevolucionarios).
Resulta bastante curioso que quienes acusan de traidor a Gonzalo Gómez por acudir a hablar en defensa de la revolución bolivariana al acto antes mencionado no digan nada cuando algunos dirigentes bolivarianos llaman a la conciliación y el diálogo con los contrarrevolucionarios. Tampoco se les oyó criticar a, por ejemplo, José Vicente Rangel cuando pidió la liberación de un criminal como Iván Simonovis ni manifestarse con la misma indignación cuando colectivos de trabajadores y luchadores populares denuncian la connivencia de funcionarios del Estado con empresarios golpistas, contrarrevolucionarios y saboteadores.
Utilizar la foto del citado debate para atacar a Gonzalo Gómez, tergiversar sus actos, ideas y propuestas, no tiene nada que ver con el legado de honestidad y respeto al debate de ideas que nos dejó Chávez. Estos métodos calumniosos tienen mucho más en común con los métodos de tergiversación y distorsión de los argumentos del contrario empleados por el estalinismo y son enormemente peligrosos. Siempre que se han utilizado solo han servido para sofocar el imprescindible debate democrático de ideas dentro del movimiento revolucionario y debilitar y desmoralizar al mismo.
La revolución bolivariana se encuentra en un momento decisivo. Sólo puede avanzar dando solución a los problemas de los trabajadores y el pueblo mediante la expropiación de la burguesía, nacionalizando los medios de producción (la banca, las fábricas y la tierra) para planificar de manera democrática la economía y sustituyendo el Estado burgués por un verdadero Estado revolucionario. Ese Estado y economía socialistas solo los pueden desarrollar los trabajadores gestionando de manera directa la economía, dirigiendo a través de delegados elegibles y revocables todas las fábricas, bancos e instituciones. En un contexto de definición como éste, las masas están buscando ideas para llevar a la práctica el verdadero legado, socialista y revolucionario, de Chávez. La burocracia hará todo lo posible por deformar esas ideas y tergiversar las propuestas de quienes defendemos un golpe de timón a la izquierda. El único modo de defender y completar la revolución y forjar una genuina unidad de acción de los revolucionarios en la lucha es garantizando el debate democrático y honesto entre revolucionarios, defendiendo el derecho de todos los colectivos y tendencias revolucionarias y de los medios alternativos a plantear sus opiniones y rechazando los métodos basados en la tergiversación, la calumnia y la amenaza.