En este tránsito por la ciudad, me tope con una de las primeras cosas que yo habría eliminado en esta revolución bolivariana: las vallas publicitarias. No son lo único del revoltijo, obviamente, puesto que la televisión, la publicidad televisada, los habladores, dípticos, y demás herramientas de las que se sirve el capital, para vendernos toda su mercancía, especialmente para vendernos la porquería de sus ideas de cómo debe ser el mundo, y como podemos ser mas felices: compra zapatos Kike para hacer deportes, pues sólo así lograras ser exitoso en esa profesión, pero si no eres deportista no importa, cómpratelos igual, pues te dan prestigio; y así nos van diciendo que si no tomamos güiski de tal marca, nos fumamos todos los cigarrillos del mundo, nos pintamos y lavamos el cabello, con tal o cual champú, no seremos felices, y especialmente no seremos los mejores.
Pero cada vez mas, la publicidad y los medios audiovisuales, se van encargando de naturalizar la violencia y la muerte, por ello no debe extrañarnos, que sigamos quietos en nuestras casas, mientras Israel, secuestra, mata y humilla al pueblo Palestino, e inclusive viola la soberanía de este heroico pueblo, secuestrando en masa, a miembros del gabinete de gobierno y diputados de esa Nación.
Pareciera que no tiene relación lo que digo, pero es que la fragmentación que cada vez se hace mas pronunciada en este modelo del imperio, no nos permite establecer la interrelación que existe entre el ambiente cultural (lo que las personas hacen) y el ambiente natural (lo que existe en la naturaleza), la interdependencia que existe entre el ser humano y la naturaleza. Con sólo la conciencia de esta interdependencia, comenzamos a relacionarnos de manera distinta con el universo todo, pues nuestra espiritualidad comienza a restituirse, a sanarse. Como dice una hermosa canción: Sólo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente...
Pero ya se va convirtiendo en natural ser indiferentes ante el dolor y la violencia, y para muestra un botón: si soy capaz de que me muerda el perro bravo de una vecina, comerme una cucaracha, o colocarme una araña mona en la cara, sólo para tomarme una cerveza, si señores, soy capaz de lo que sea, sólo para tomarme una cerveza Regional, tal como lo hacen los tres personajes de la historia, que nos ha venido inoculando esta empresa cervecera, tan capitalista, imperialista, neoliberal, salvaje e indolente como George W. Bush, Ariel Sharon y otros que como ellos y las empresas transnacionales, constituyen el imperio contra el que debemos luchar.
El capitalismo salvaje le dice a los y las jóvenes, que no importa lo que hagas, pues está justificado si con ello logras alcanzar tu fin, y especialmente tus fines individuales, no los colectivos, pues el individualismo es una de las características de este modelo depredador y macabro. ¿Comerte una cucaracha para tomarte una cerveza? ¿cuál es el problema?, eso es lo que nos ha venido diciendo el capital, para lograr que banalicemos todo, incluida la muerte y la violencia. Y esto se traducirá mas adelante, en ¿por qué no complacer sexualmente a un profesor para que me pase una materia en el liceo o la universidad?, ¿por qué no vender drogas, traficar con niños y niñas, hacer porno-películas, y cualquier otra actividad de las que mas dinero le da al capital?, las actividades del submundo o inframundo, si no está mal, a fin de cuentas, esta es la moral que nos inoculan a través de la industria audiovisual, la moral capitalista: tanto tienes, tanto vales.
Y así todos los días vamos acostumbrándonos a lo feo, a lo escatológico, a la violencia, a la muerte, puesto que la industria de la guerra, quiere que quienes servimos a sus fines de alcanzar cada vez mas riqueza, nos roboticemos o idioticemos mejor dicho, para poder vendernos todo lo que ellos quieran, pero además les sirvamos con asumida complacencia: la colonización de la conciencia, que bien la hemos visto en aquellos venezolanos y venezolanas que arremetieron contra PDVSA en el paro petrolero de hace cuatro años, pues sus mentes están al servicio del imperio y no de la Patria.
Pero además, idiotizados y sumisos ante el capital, asumimos con serenidad la pobreza, lo feo, lo sucio, lo malo, pues el capital se encarga de hacernos creer que solo somos merecedores de eso, pues solo un selecto grupo de personas especiales a nivel planetario, por derecho divino han sido seleccionados para ser ricos, los demás a calárnoslas.
Lo mas terrible de esto, es que el medio utilizado es la industria audiovisual, especialmente la televisión, y nos idiotiza también para no percibir el peligro que el encierra, por el contrario, vemos como ingenuos los mensajes e imágenes que nos transmiten, y como en el sistema educativo no nos enseñan como ser espectadores críticos y criticas, indefensos nos sentamos frente al aparato, especialmente los niños, niñas y adolescentes.
Es hora que así como tenemos una Misión Robinson para leer y escribir, y ahora una Misión de Alfabetización Tecnológica, comencemos la Misión Comunicación, pues el lenguaje audiovisual también es un lenguajes, y como tal posee códigos, y construye metalenguajes y metamensajes, lo estamos viendo inclusive en la constricción del lenguaje en los mensajes por Internet y los teléfonos celulares.
La alfabetización audiovisual, es urgente para poder enfrentar el arma mas poderosa del imperio, estoy convencida de eso, inclusive, creo que por ello el pueblo pobre ha sabido enfrentarse al imperio como lo hizo en el 89¨ y mas recientemente el 12 y 13 de abril de 2002, pues el pueblo pobre en su mayoría no posee televisor, a lo sumo radio.
Vayamos por la alfabetización audiovisual o la transición de la revolución bolivariana puede ser puesta en riesgo en el mediano plazo, pues la abundancia de armas utilizadas a diario, y lo que es peor, dentro de nuestros hogares, nos van induciendo si darnos cuenta a aceptar como natural el consumismo, el mercantilismo y lo que es peor la violencia.
No a la hipnosis audiovisual ...