“NO SE PUEDE CONFUNDIR LA TACTICA DE LLEGAR AL PODER POR LA VIA INSTITUCIONAL DE LA DEMOCRACIA BURGUESA, CON EL PROCESO HISTORICO DE CAMBIO QUE LA REVOLUCION SE PROPONE, LA REVOLUCION NO PUEDE LEGITIMARSE EN EL CONTEXTO DE LA DEMOCRACIA BURGUESA, SIN LEGITIMARLA A ELLA”
Muchas son las ideas que van surgiendo desde la praxis diaria del trabajo social y político, desde la comprensión que cada uno tiene, de lo que hemos instituido como “proceso revolucionario”, desde la interpretación como resultado de una realidad a la que enfrentamos, y por supuesto; el nivel de vinculación, que circunstancialmente se puede llegar a tener con los espacios donde se toman decisiones y donde los niveles de control de los recursos del estado, terminan haciendo de la soberanía popular una especie de maquillaje que cubre las arrugas de un sistema vetusto, cuya principal característica, es la capacidad de mimetizarse en discursos y consignas que el “marketing y la estrategia” se ocupa de convertir en esencia para la construcción ideológica, de un razonamiento vacío de contenido histórico y que se deslegitima rápidamente en la conciencia colectiva, comprometida con asumir el papel de sujeto político, agente de cambios y promotor de nuevas relaciones.
Hoy, nos ocupa la necesidad política de expresar algunas inquietudes que surgen, desde la condición de sujeto participante, protagonistas de ese largo proceso, que va dando; como resultado inocultable la formación colectiva y permanente, la elevación de nuestras capacidades de interpretar el entorno que nos rodea e identificar las fortalezas que como pueblo vamos desarrollando para combatir las desviaciones, para establecer dimensiones de participación que trascienda la herencia burguesa de resolver casi todos nuestros asuntos en el plano electoral y delegar nuestro poder de mayorías, en una porción política minoritaria, representativa de nuestras aspiraciones de pueblo que lucha por librarse de la incomprensión de las clases dominantes y la alienación de sus iguales.
Pudiéramos hacer un recuento detallado del proceso de conformación de las mesas técnicas de telecomunicaciones y contar desde nuestra perspectiva, la infinidad de tareas en las cuales el sujeto participante ha asumido rol de vanguardia y a la vez ha impulsado espacios, donde el reconocimiento ha sido la base fundamental para crear niveles de organización política comunitaria, en los que la fuerza de la comunidad organizada, pueda dirigir, orientar e incidir en el diseño de las políticas en el área de las telecomunicaciones, que respondan a las necesidades más sentidas de la gente y promover la cultura de la inclusión, que salde la deuda histórica sin la carga psicológica de la dependencia, y estimule la participación corresponsable en los asuntos públicos.
Creemos que todos somos importantes y por tanto seremos cuidadosos de que nuestras reflexiones, no puedan ser utilizadas por los interpretadores de oficio, para dar rienda suelta a sus minusvalías ideológicas y descarrilen la intención del aporte, que queremos dejar para el debate político, que contribuya a aclarar el panorama para divisar muy bien los objetivos por definir en esta nueva etapa.
Las mesas técnicas de telecomunicación como espacio de agregación ha logrado construir una lógica distinta, en la que el dialogo, el respeto, la capacidad creadora y el reconocimiento han sido eje transversal para sostener en el tiempo la identificación del sujeto participante y el compromiso militante de quienes aun sin recibir el consabido “beneficio”, siguen apostando por fortalecer un nuevo tipo de relaciones que van surgiendo en la práctica diaria de interesarnos por lo común, por lo de todos, comprendernos en la oportunidad histórica de gestionar los asuntos públicos, obliga de manera natural a repensar y a reconsiderar nuestra actuación como organización popular.
Desde las mesas técnicas de telecomunicación se ha construido de manera original una fuerza social que no se ha dejado secuestrar por la oficialidad política, que no ha cedido a las ansias de dominar que acompaña a quienes desde posiciones de privilegio han intentado desconocer, y han querido convertirlas en su fuerza política personal.
Las mesas técnicas de telecomunicación, tienen vida propia y son fiel expresión de la organización del pueblo en pro de reivindicaciones históricas, así, podemos conseguir diferentes formas de articulación y gestión colectiva de la política pública en el área de las telecomunicaciones, además del trabajo político necesario para vincularse con los planes locales, regionales y nacionales en pro de dar bases sólidas al proyecto de país plasmado en la constitución, plan de la patria y plan de desarrollo de la comuna.
He allí, una nueva realidad que va surgiendo y que debe enfrentar los vestigios de una herencia política que se resiste a morir, las mesas técnicas no deben convertirse en el trofeo de las disputas por el control de los espacios que escenifican las corrientes políticas incrustadas en la estructura del estado, que hacen del clientelismo, el sectarismo, el compadrazgo y el amiguismo, via de legitimación de la construcción popular de instancias de participación.
Muchos de los que hoy esgrimen discursos y se autodenominan voceros de mesas técnicas de telecomunicación, son advenedizos que no han logrado desarrollar su lógica egoísta en otros espacios de participación y pretenden imponer un discurso revisionista, reaccionario, sectario, como requisito para legitimar espacios que han funcionado sin tutelajes.
La coyuntura actual, requiere de mucha claridad política para evitar que terminemos identificando de manera equivocada al enemigo y estimulando el canibalismo político, como método para impedir el debate, que haga aflorar nuestras debilidades y descubra la vinculación con el poder constituido de algunos liderazgos impuestos desde la posibilidad de controlar recursos y políticas estatales, que no aguantan ni siquiera una pequeña auditoria.
Convertir a las mesas técnicas de telecomunicación en instrumento político de las clases dominantes, seria negar la esencia popular, liberadora, de la organización del pueblo para hacer frente a los intentos restauradores de algunos sectores que, aun vestidos de rojo y gritando consignas, adversan al pueblo en su intento de gobernar, porque solo reconocen el concepto burgués de democracia.
Las mesas técnicas de telecomunicación deben ir al debate abierto, plural, deben romper la imagen de apéndice que algunos buscan darle y establecer desde la experiencia, los mecanismos de participación que le permitan seguir siendo referente en la construcción de una nueva realidad, además debe garantizar la participación protagónica del pueblo en el impulso de una nueva forma de estado que tenga como base fundamental el reconocimiento del poder popular como la incidencia en la toma de decisiones.
El reto de las mesas técnicas de telecomunicación no está en crear estructuras de control burocrático o “infiltrar” dentro de CANTV algún vocero que haga las veces de la representación popular, el reto más importante, desde nuestra perspectiva político- social, está en:
necesidad de establecer vías efectivas de información y de formación
crear métodos de consulta permanente para construir consenso
fortalecer acuerdos que estimulen conciencia de poder
combatir la representatividad y promover instancias codecisorias
hacer seguimiento y sistematizar procesos
vigilancia y control de la gestión
unidad, organización y movilización conscientes.
Aceptar y reconocer a todos en sus realidades y negar la práctica política que insiste en imponer una visión única de los procesos sociales que se viven, es signo de madurez y de comprensión del rol que nos corresponde, hagamos lo necesario para trascender unidos, esta y todas las coyunturas por venir…
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