¿Un canal como Globovisión funcionaría en el país del norte aquí sí. Por qué los venezolanos tenemos que calarnos un canal privado que las 24 horas del día conspira contra el estado. Que todos los días del año aupan a los delincuentes dentro y fuera del país. Dueños que están implicados en el asesinato del fiscal del pueblo, Danilo Anderson y aún andan impunes. Canal que tergiversa la información, se burlan del presidente, cuestionan toda su gestión, promocionan a personalidades de baja estima solo para continuar envenenando a sus seguidores.
¿Cómo es posible que un Leopoldo Castillo en su programa ¡Aló, ciudadano! de lunes a lunes denigra del proceso revolucionario, engaña a la gente, destila odio y confusión, y el Ministerio de Comunicación no los procese administrativamente. Qué atente comunicacionalmente contra las instituciones del país, especialmente contra el CNE. Viole las normas electorales, no respete los acuerdos, mantenga a periodistas palangristas para que inyecten su veneno contrarrevolucionario.
Toda la nación fue testigo de cómo participaron mediaticamente en el golpe del 11 de abril del 2002, del secuestro petrolero, de las guarimbas y aún estén en el aíre. Que se ponga a favor de los que delinquen, proteja a los prófugos de la justicia como Carlos Ortega y los Farías, conviertan a los victimarios en victima y el Estado no los pueda tocar. Qué se esconde detrás de todo esto. Acaso CONATEL no recibe a diario las cientos de denuncias y todo quede allí.
El programa del canal 8, LA HOJILLA, para no hablar de otro, cada día muestra hasta la saciedad, con sus videos e interpretaciones, como distorsionan la verdad, como lanzan por el aíre sus putrefacta información. Como cocinan sus ollas mediáticas, la forma en que participan de sucesos que sacuden a la opinión pública y luego se llenan la boca con sus tubazos. Extraña que sus cámaras, antes de los hechos, ya estén allí montadas.
Ese canal no pertenece a nuestra nación; con sus políticas editoriales y periodísticas demuestran ser un canal del Imperio y nosotros tengamos que aceptarlo impávidamente. Obedecen a una agenda oculta dada por la CIA que cumplen al pie de la letra. Invito a los comunicadores de investigación a que presenten en esta dichosa pagina revolucionaria de aporrea toda una cronología de ollas periodísticas que han montado sistemáticamente desde que Chávez llegó al poder popular. Ellos demarcan la agenda de la semana, mantiene a un sector del país en estrés, desmontan toda la información que se da desde Aló Presidente. Cuestionan los viajes de Chávez, se unen a las voces de todos aquellos que buscan derrotar este gobierno.
Ese es parte del historial de un canal infiltrado en nuestro país; y aún el Estado lo permite. Cuál es el miedo de cerrar ese canal. Yo propongo que el estado nacionalice a Globovisión, que lo compre y saque esa política fascista de desinformación y ese chance de conspiración. Por una Globovisión del pueblo, manteniendo el formato profesional pero cambiando su contenido conspirador. O en el peor de los casos ¡Ciérrenlo!
Juliocesar1221@yahoo.es