La última transmisión que hizo CNN junto a Globovisión en homenaje al desaparecido, desgraciadamente, dictador chileno Augusto Pinochet, cuando se le reconocía “el legado” de un hombre que por todos es conocido arruinó el futuro social de las grandes mayorías chilenas, acomodándose a los intereses del mercado capitalista norteamericano y presentando a Chile como el ejemplo de insigne crecimiento económico para las grandes corporaciones y la miseria fría para las grandes mayorías pobres de ese país austral, es el último ejemplo de irresponsabilidad de los canales de televisión privada de Venezuela
Hemos dicho insistentemente la enorme capacidad de irresponsabilidad social, política, ética y moral de la televisión privada venezolana, diariamente violan y arrastran por el piso la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, La Ley Orgánica de Telecomunicaciones y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, no las han respeto nunca, ni la respetarán en tanto las mentiras y las calumnias sigan teniendo eco en televisoras como Globovisión, Radio Caracas Televisión, Venevisión y Televen.
Globovisión que depende de la transnacional de la desinforrmación CNN, para sus transmisiones internacionales, se encadenó para sumarse a este “Homenaje a Augusto Pinochet” y presentarlo como el paladín de la democracia, pero Dios mío en que cabeza cabe esta mentira del tamaño del Cerro El Ávila de Caracas, todo el mundo vio como este dictador provocó la muerte de cientos de miles de chilenos, el desasosiego de cientos de miles de exiliados regados por todo el mundo, como se asesinó a un Presidente legítimamente electo como fue Salvador Allende, que no fue un suicidio como dice CNN sino que luchó hasta el último momento porque con una ametralladora uzzi se defendió y murió tiroteado en legitima defensa del sistema democrático que él ayudo a construir y que en pocas horas un bandada de traidores y criminales de lesa humanidad acabaron, todos ellos dirigido por el General Augusto Pinochet, un nombre ya estigmatizado con el terrorismo de estado.
Si esta alianza infernal de Globovisión y CNN no se puede llamar satánica cuando transmiten semejante disparates, debería llamarse cortésmente irresponsable para cubicarla legalmente, especialmente Globovisión, un medio absolutamente irresponsable por farsante, por abogar a favor de la mentira y la descontextualización de la realidad nacional e internacional. Los venezolanos tenemos derecho a dignificar nuestro espectro radioeléctrico, no se trata de un beneficio que un presidente puede dar o quitar, se trata de un bien público que ha sido contaminado con la falacia, donde se engaña a jóvenes, niños, adolescentes y adultos venezolanos.
La muerte del General Augusto Pinochet ocurre en el momento menos oportuno, es lamentable porque se trata de un ser humano que tendrá que ser perdonado por Dios, si acaso le acepta el perdón porque por sus crímenes no debería tener ni el perdón del Todopoderoso, sino porque desaparece sin pagar ante la Ley Chilena las acusaciones que lo incriminaban en una serie de delitos del cual él fue responsable político, en todo caso su funeral debería ser caso personal familiar, y los juicios deberían continuar con otros responsables que todavía gozan de privilegios en el país de Neruda, entonces no nos explicamos como Globovisión en Venezuela y CNN en América Latina lo ha mostrado como “un ejemplar ciudadano que supo asumir sus responsabilidades” las mismas que ellos asumen con el Imperio, por ello es que decimos que se trata de una irresponsabilidad, porque lo mínimo que pudieron hacer es mostrar las dos caras de ese señor que deseamos descanse en paz por que se trataba de un alma en pena que no terminaba de entregarse al fuego del purgatorio por miedo a la justicia divina.
Globovisión haciendo honor al manual terrorista puesto en práctica por el Departamento de Estado Norteamericano, difunde este Homenaje a Augusto Pinochet, y aquí en Venezuela, los venezolanos, especialmente quienes tenemos la responsabilidad de denunciar semejantes atrocidades comunicacionales no podemos quedarnos con las brazos cruzados y esperar que nos monten otra mentira, otro disparate, otra irresponsabilidad mediática.
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