La señal parabólica

Los cachorros del imperio no cesarán de ladrar, no muerden porque como caninos cagones solo ladran. Hay un detalle interesante, primero se visten de camuflaje, se cobijan momentáneamente con la sabana progresista, humanista pero al quedar descubiertos muestran sus verdaderas naturaleza de posiciones ideológicas y por ende para quienes trabajan. ¡Huele a azufre! En la secretaria de la OEA.

Pena, da lástima que un péndejo chileno como Inzulsa labre las palabras de Washington. Vergüenza y dignidad debe tener el minúsculo descerebrado secretario con relación a la República Bolivariana de Venezuela y con respecto al democrático e independiente gobierno revolucionario del Presidente Hugo Chávez.

Defender lo indefendible, cuño y miembro de la oligarquía internacional, como alcahueta que avaló soterradamente la defensa del asesino de Pinochet en la Chile endeudada de Allende. Ahora, en otras latitudes y sobre un canal golpista, cuya cabeza al frente es un tal Marcel Granier, chulo de Barcenas. Quién en su constante descrédito y ofensiva en contra del Chávez lo ha llevado a vomitar su bilis de la ambición, el chulo se consume en su triste y desesperación. Granier, no puede ocultar sus diáfanos anhelos de gomecista, su adorable cesarismo necesario, cosa que encaja perfectamente con la bendición cardenalicia de Urosa Sabino. Este señor, pierde su investidura religiosa y moral con sus sermones de la teología de la esclavitud. Ambos sectores, oligarquía e iglesia católica (casi toda su alta jerarquía) son zapatos de un mismo par. Comulgan con las hostias de la complicidad, con el vino de la explotación, rezan el credo del imperialismo. Mientras mi pueblo y nuestro gobierno lanza señales de nobleza, de firmeza, de autonomía e independencia. La otra señal, tiene una recepción anti parabólica, es una señal de pendejos desde la P hasta la O. A estos lacayos, se los tragó el salvajismo de la impureza, de la inmundicia agusanada, con la respectiva veneración hacia el Emperador. No tiene pueblo, ni patria.

Para estos miserables canallas y tramposos tendrán de los pueblos del mundo, del pueblo venezolano la contundente y oportuna repuesta de dignidad. Por cada arrogancia le daremos lecciones de hidalguía; por sus servilismos rastreros les daremos lecciones de pundonor; por cada entreguismo le daremos lecciones de emblema de la libertad e independencia patria. Por cada Diablo que adoren le tendremos el Florentino del llano: Hugo Chávez.

El balido protagonismo de Marcel solo es comparable con un mal chiste de la Radio Rochela desprestigiada. Su constante llanto de mariquita solo se compara con cualquier episodio de una burda novela. Sus extras noticiosos de la patulequera se asemejan a los berrinches de su granielito estupido.

¡Miren vale! Aquí les traigo una Biblia original, una cruz de palo de guayaba, agua bendita del Orinoco y la constitución de la republica para practicarte un exorcismo en publico.

¡Epa! No corran, no huyan, cobardes. ¡Carajo! Aquí huele a azufre.

miguel_agostini@msn.com


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Miguel Ángel Agostini


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