"La libertad es siempre la libertad
de quienes piensan de otra manera"
Rosa Luxemburgo
Definitivamente estamos frente a una profunda crisis social, no sólo desde el punto de vista económico o de salud física u orgánica, sino también desde el punto de vista ético, moral, político, cultural.
Basta con leer o escuchar cualquier información en los mal llamados medios de comunicación social, redes, comentaristas de radio o tv, redes sociales para darnos cuenta de la pandemia desinformativa que asola a la humanidad.
Por supuesto, tal situación no es fortuita ni inocente. Se trata de un plan siniestro diseñado por los grandes consorcios informativos trasnacionales al servicio de los centros hegemónicos de poder con el fin de afianzar la ideología capitalista dominante en las grandes masas y con ello ahogar cualquier intento de subversión por parte de aquellos sectores disidentes que anhelan un mundo justo, humano, incluyente.
Esto se evidencia en el debate interno ya que muchos activistas de los sectores disidentes están penetrados (consciente o inconscientemente), inoculados por el virus de la ideología capitalista generando dentro y entre ellos debates patológicos que debilitan el fortalecimiento, consolidación y difusión del verdadero pensamiento revolucionario en todos los niveles y dimensiones.
Estas situaciones se observan en los debates, discusiones, foros y otras actividades realizadas en los sectores revolucionarios referidos las cuales se caracterizan por estar preñadas de confusión, lo que genera retroceso en las posiciones de clase para dar cabida a actitudes, aptitudes, posiciones políticas y filosóficas de derecha, afectando profundamente el avance de la revolución a nivel local, regional y sobre todo, mundial.
Algunas de estas anomalía o patologías las evidenciamos cuando centros de información, colectivos, grupos de opinión que originariamente asumían posturas revolucionarias hoy día hacen alianzas políticas con sectores claramente desvinculados del pensamiento y la praxis revolucionaria, además permitir el financiamiento por entidades (personas alevosas, empresas, partidos políticos, agrupaciones de derecha, sectores golpistas, sindicatos, etc.) para mantener un protagonismo desviado y perverso.
Aclaramos que con estas afirmaciones no estamos condenando posiciones críticas consustanciadas con posturas revolucionarias, al contrario, consideramos necesaria la crítica y la estimulamos, bienvenida sea. Nos estamos refiriendo a desviaciones pragmáticas, puntos de vista de derecha, posturas acomodaticias y personalistas, prejuicios personales, a afirmaciones nocivas, falaces y fuera de contexto. Deploramos profundamente esta situación pues hace mucho daño al fortalecimiento teórico del movimiento revolucionario y por ende, a la posibilidad de asunción a prácticas políticas y sociales cada vez más profundas en pro de la revolución socialista mundial.
Podemos reforzar el verso "la cultura popular tiene amigos por montones, pero en ella se colean los zorros y camaleones", y reafirmar la necesidad de estimular el debate para fortalecer el surgimiento de gobiernos revolucionarios en Latinoamérica impulsando con ello la depuración de tendencias reformistas y de derecha en su seno.
Deploramos, tanto la praxis burguesa del gobierno nacional como lo son las alianzas con los sectores de derecha (capitalistas nacionales e internacionales, partidos políticos de derecha, enchufados, oportunistas, nuevos ricos, funcionarios corruptos…) lo que se evidencia a las claras como una vuelta al capitalismo burgués a nuestro país, como las alianzas o posiciones de derecha por parte de los sectores genuinamente revolucionarios, al igual que las críticas malsanas, mal intencionadas, contrarrevolucionarias que persiguen, de igual manera, una vuelta de la derecha fascista al gobierno.
Exhortamos a los movimientos, tendencias partidistas, colectivos, grupos de opinión, organizaciones populares a elevar el debate político, al estudio, investigación, difusión y críticas constructivas, en pro de una direccionalidad realmente de izquierda, revolucionaria para lograr el sueño de Bolívar, Miranda, Simón Rodríguez, Chávez y otros combatientes en pro de una patria socialista, incluyente, revolucionaria.
Lo demás son cuento de camino.